Capítulo 11 | Una vista al pasado

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ONCE

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ONCE

•UNA VISTA AL PASADO•

JAKE

Mientras el resto del equipo sigue entrenando yo me adelanto a los vestidores, le pedí permiso al entrenador poniendo la excusa de tener una "calamidad doméstica", éste accedió sin problema y me mandó 40 minutos antes de finalizar el entrenamiento.

Hoy era un día especial, por fin le iba a pedir a Clarissa que volviéramos oficialmente. En el poco tiempo que estuvimos juntos ella me comentó que nadie pasaba en su casa y supe que era una gran oportunidad para lo que planeo hacerle.

Hoy en la mañana luego de que ella se fuera al instituto, entré por la ventana y adorné lo mejor que pude su habitación. Esparcí por doquier pétalos de rosas azules, turquesas o celestes... como las mujeres las quieren llamar, yo lo veo todo igual, bueno, de ese color porque Clarissa me comentó que le gustaban. Coloqué un gran peluche de Stitch del mismo tono sobre sus almohadas y pegué las "razones por las que la quería a mi lado" en su pared.

Aunque me ha estado evitando todo este tiempo no me rendiría tan fácilmente. Ella simplemente es diferente y especial, logró algo que ninguna después de tanto tiempo ha podido: enamorarme.

No pregunten como, ni en que momento porque no lo sé. Yo diría que lo nuestro fue amor a primera vista.

Clarissa es una Diosa completa... de pies a cabeza, es capaz de embriagar con su aroma a cualquiera e hipnotiza a todo el que posa su mirada en ella. Es simplemente la definición de la perfección.

Mierda ya estoy diciendo cursilerías.

Pero no importa, por ella sería el hombre más cursi del mundo con tal de que me dijera que si.

En realidad no creía enamorarme de nuevo, no después de lo que ocurrió en Cuba, eso me dejó devastado por completo.
A veces las mujeres piensan que porque somos hombres no sentimos ni sufrimos por ellas. Creen saberlo todo, pero sobre nosotros no saben absolutamente nada. Nosotros también sentimos, también lloramos.

Le pedí permiso al entrenador para que pudiera salir antes porque debía marcharme rápido a su casa y terminar de arreglar la sorpresa, sólo espero que esté con mi hermana y no llegue a comer a su casa o si no ya no sería una "sorpresa".

Iba saliendo de los vestidores con prisa, pero al ver abierto el casillero del idiota de Alan me detuve. Sé que está mal agarrar cosas de los demás, pero quería saber de que tanto hablaba con mi chica, porque si, quiera o no ella es mía.

Saco su móvil de entre su ropa y lo desbloqueo, afortunadamente no tiene contraseña por lo que se me hace fácil entrar.

El Precio De Una Traición © |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora