Reina De Cuervos I: Entre Dos Mundos.

XII

Capítulo dedicado a _Silent_screams15

Escuchar la canción ;)

—Katy, por favor abre, llevas días encerrada aquí.

—Ya vete, Alex.

—Vamos, hermosa, sal ya.

—Largo.

—Katy, por favor...

—¡Dije largo!

Pasos comenzarón a escucharse lejanos, entonces supe que se había marchado.

Recoste mi cabeza en la almohada y volví a llorar como lo había hecho estas dos últimas semanas desde que Caleb de largo.

Su traición me dolió demasiado, aumentando la muerte de Diana.

Realmente la extrañaba.

Extrañaba sus consejos, abrazos y sus palabras reconfortables.

Extrañaba a mi mamá.

Hace dos semanas que no consumo mas que agua. O un café.

Sólo me sepillaba los dientes, me duchaba y otra vez a la cama a llorar.

Tomé a Mirko entre mis brazos mientras el pequeño acariciaba mi mejilla con su rostro.

Le había tomado cariño estos últimos días.

Por otro lado, Alec sigue aquí, es muy descortes de mi parte encerrarme en mi habitación y ni siquiera hablarle.

El cuervo viene a verme seguido, todas las noches esta aquí.

Alguien toco la puerta.

—¿Amor?-Era Alec, venía dos veces por día para intentar que yo salga.

—Necesito estar sola, Alec, por favor.

—Vamos, preciosa, abre, prometo que no te obligare a salir.

—Lo prometo.

Deje escapar un suspiro de mis labios para después levantarme con cuidado de que Mirko no se cayera de la cama e ir a abrir la puerta.

Al hacerlo me encontre a Alec preocupado, pero no me dio ni un segundo para decir "Hola" cuando rápidamente me abrazó.

Me quede paralizada en mi lugar.

¿Estaba abrazandome?

Definitivamente lo estaba haciendo.

—No sabes lo preocupado que estaba. No vuelvas a encerrarte así—. De alguna forma u otra pude salir del abrazo—. ¿Cómo estás?

—De la mierda. Aún no puedo creerlo. ¿Porqué demonios tenía que ser con mi madre? ¿Porqué tenía que hacerlo? Comenzaba a quererlo y él no le importo un carajo. Me siento tan... Utilizada—. Dije al borde del llanto.

—Oh, cariño, no llores. No te merece ¿De acuerdo? Tu eres demasiada mujer para él.

—Creí que por fin había llegado alguien especial, el indicado.

—¿Quién sabe? Tal vez el indicado esta mucho mas cerca de lo que crees y tu no lo has notado aún.

—Tal persona no existe. Yo jamás seré feliz y se muy bien que mi madre se encargará de eso. Ella nunca me dejará amar.

—¿Le tienes miedo?

—Le tenía. ¿Sabes? Una vez me compró un caballo. Recuerdo que ese verano fue la única vez que pude salir del castillo antes de ser reina. Sin embargo, estabamos en Roma, jamás me dejaría ir al jardín.