Capítulo 24 - Segunda Parte

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No entendía porque se había ido así sin más. En mi mente no paraba de aparecer miles de situaciones posibles y cada cual era peor que la anterior. En todo el día no recibí ni una llamada ni un mensaje de él. Eso me frustraba. Quería entenderle, pero me ponía las cosas difíciles. En un momento estábamos mejor que nunca y al segundo volvíamos a lo de siempre.

Ala tarde le llamé. Tenía la sensación de que algo malo pudo haber pasado. Era eso o mi subconsciente que no quería pensar que en realidad Eric solo pasaba de mí. Para mi mala suerte y el calvario de mi mente no me respondió la llamada. No entendía nada. Pero estaba segura de que yo no iba a ser de las que se quedan en su casa pegadas al teléfono esperando una llamada o una mínima muestra de cariño de él.

El lunes por la maña necesité una taza grande de café para poder aguantar todo el día sin dormirme. No había podido pegar ojo en toda la noche. Mi mente traicionera no dejaba de pensar en él, en la noche anterior y en la forma que se fue sin mirar atrás. Esperé a Dan como siempre para irnos a la universidad juntos.

- ¡Hola mi cervatillo favorito ¡- puse los ojos en blanco.

- Supongo que me tendré que acostumbrar a ese mote.

- Bueno, siempre podemos cambiarlo por otro. Déjame pensar...

- No, mejor no lo hagas. Conociéndote a saber que mote perverso se le ocurre a esa mente tuya. - dije riéndome. Necesitaba estos pequeños momentos de risa para evadirme de todo, al menos para evadirme de él, aunque sea solo un momento.

- ¡Eh!, dirás esta maravillosa mente privilegiada.

- Clarooooo... eso mismo he dicho. - le dije sin poder evitar burlarme de él.

- Eres mala. - me miró con cara de enfado o eso intentaba. Yo sabía que él no se podía enfadar por estas cosas. Se estaba convirtiendo en nuestro día a día ya.

Me pasó el brazo por los hombros y riéndonos nos dirigimos a la universidad. Ya era normal estas situaciones entre nosotros. Estos momentos eran los que me encantaba compartir con Dan. Por estas cosas se estaba convirtiendo en mi mejor amigo de lejos.

- ¿Qué tal el sábado? Cuando me di cuenta ya no estabas te habías ido. - dijo tras estar en silencio un rato. Esa pregunta me puso nerviosa. No sabía que responderle a Dan. No sabía si decírselo, pero tampoco quería ocultárselo. - Tranquila ... os vi juntos y por tu cara de angustia puedo deducir que os fuisteis juntos. - dijo divertido. Eso me sorprendió, pero pensándolo mejor, nos besamos delante de todo el mundo así que no me extrañaría ser la comidilla de la universidad. Dan se paró y me miró a los ojos. - No puedo decir que me agrade, pero si tu estas bien con eso yo estaré aquí apoyándote.

- Gracias Dan.- dije con sinceridad. - significa micho para mi tener tu apoyo. - Dan me sonrió y entramos al campus.

Como supuse muchas miradas se dirigieron a mí en el momento en el que puse un pie en el campus. Me sentí incomoda al instante al ver como todos me miraban sabiendo lo que pasó. Dan me dio un apretón en el brazo para que supiera que él estaba ahí. Con una simple mirada le agradecí que estuviera allí. No me importaba lo que pensaba la gente, pero no puedo negar que me incomodaba y me ponía nerviosa que la gente a mi alrededor me mire y cuchicheen a mi alrededor. ¿Es que la gente no tiene una vida o nada mejor que hacer?

Estaba en mi taquilla cogiendo las cosas que necesitaría, cuando vi a Eric entrar en el edificio. O no me vio o me ignoró, pero pasó de largo y se dirigió hacia los vestuarios de chicos. Cuando me di cuenta de lo que hacía, ya estaba abriendo la puerta de los vestuarios y entrando detrás de él. La puerta se cerró de un golpe a mi espalda y cinco pares de ojos se dirigieron hacia mí en ese momento.

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