Capítulo 9

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En cuanto salimos al callejón el aire frio me golpeó de frente. Era tarde y la noche había refrescado mucho. Se notaba que estábamos entrando ya en el otoño. Me abracé a mí misma intentando entrar un poco en calor. Miré a mi alrededor y todo me daba vueltas. Me senté en el suelo apoyada en la pared.

- ¿te encuentras bien?

Me sorprendió la pregunta de Eric, pero teniendo en cuenta todo lo que había pasado hace unos minutos me la podía esperar.

- Si. - dije con timidez. - eso creo.

Levanté la mirada y Eric me estaba mirando fijamente con una mirada extraña, distinta. Ya no vuelvo a beber más. Creo que el alcohol me está haciendo ver cosas que no son.

- Bueno... ¿Dónde dejaste a la Barbie? - no pude haber dicho eso. Me di un golpe mental a mí misma.

- ¿Barbie? ¿Quién es... un momento te refieres a Ángela?

- Ángela si ella. Deberías de ir con ella seguro que esta como loca buscándote. - Sin decir nada se echó a reír

- ¿de que te ríes? No veo la gracia por ningún sitio. - el aprecio que le estaba teniendo hace unos minutos estaba desapareciendo por el enfado. Pero aun así él no paró de reír.

Me levanté decidida a irme, pero cuando estaba llegando a la puerta Eric me agarró del brazo y me acercó a él poniéndome contra la pared. Me ponía nerviosa esa cercanía.

- Vale, lo siento, lo siento. Pero es que me ha hecho gracia que estuvieras celosa.

- ¡yo no estoy celosa idiota! Ya te lo dije que lo único que despiertas en mi es...

Pero no me dejó continuar ya que sus labios se juntaron con los míos. Al principio no reaccioné por la impresión, no me lo esperaba. El me besaba con intensidad intentando que yo le siguiera. No sé si fue el alcohol o qué, pero le seguí el beso. Abrí mi boca dejando que su lengua entrara en mi boca. Cuando lo hizo todos los pelos se me pusieron de punta. Era como si me hubiese dado una descarga eléctrica.

Una de sus manos me sujetaba de la cabeza mientras que la otra me acariciaba la cadera. Llevé mis manos hacia su pelo, era tan sedoso que se me escapa entre los dedos. De repente la puerta de la discoteca se abrió de golpe chocando contra la pared. Eric y yo nos separamos en ese momento sin saber lo que había pasado, nos habíamos dejado llevar. O eso quería pensar.

- Anni por fin te encuentro. - me giré y era Dan. Noté como me ponía cada vez más colorada. No sabía si Dan nos había llegado a ver o no, pero esperaba que no. En ese momento miró a Eric. - ¿Qué hacéis los dos aquí fuera?

- Solo la acompañaba a tomar el aire, ha bebido mucho y necesitaba despejarse.

Dan me miró para comprobar que lo que había dicho era verdad, pero en su mirada ví que no llegaba a creérselo del todo.

- Ya... deberías entrar Anni ya está refrescando y te podría poner enferma.

- Claro.

Miré a Eric, pero este solo miraba a Dan fijamente. Sin más me dirigí hacia Dan. Este me pasó las manos por los brazos intentado que entrara en calor.

- Estás helada. Vamos dentro antes de que te resfríes. No sé cómo la has dejado que saliera sin chaqueta aquí fuera Eric. - le reprochó Dan a Eric.

Eric le dirigió una mirada de odio a Dan que hasta a mí me asustó, pero el chico parecía que no se daba cuenta. Eric y yo nos miramos los ojos antes de entrar y volví a sentir esa electrizante sensación.

Cuando entramos le dije a Dan me sentía un poco mal y que quería volver a casa. Él me quiso acompañar, pero me negué. En cambio, me acompañó a la puerta para coger un taxi.

- Descansa Anni. Mañana hablamos. - me dijo con una tímida sonrisa antes de que arrancara el taxi.

Cuando llegué a casa ni me desmaquillé, directamente me tiré encima de la cama estaba cansadísima y todo me daba vueltas. Antes de caer en los brazos de Morfeo en lo único que pensé fue en el beso con Eric y las sensaciones que eso había despertado en mí.

AfterglowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora