Capítulo 19

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POV ERIC

Estaba muy tranquila cuando dormía en mis brazos. Cuando empecé a escuchar sus gritos desde el salón no sabía lo que estaba pasando. Me asusté y fui a ver lo que ocurría. Al entrar en la habitación me encontré a Anni llorando en sueños y retorciéndose en la cama. Esa imagen me dolió mucho, pero lo peor de todo fueron sus gritos. No me los quitaba de la cabeza. No paraba de gritar que la dejaran, que todo acabara, ¿que había hecho para que le hicieran esto a ella?, que pararan ya, que lo que hacían le dolía. No pude soportarlo más y fui a despertarla.

Cuando abrió sus ojos vi terror, puro miedo. Era como si ella aún estuviera soñando. Se alejó de mi como si mi toque la hiriera. No sabía que hacer, si acercarme o no.

Cuando le dije que era yo su expresión cambió a una de alivio y se abalanzó a mis brazos. Hice lo mismo que hago con mi hermana cuando tiene pesadillas. No sabía que otra cosa hacer.

La curiosidad por saber que había soñado me mataba. Pensaba que lo que había sucedido antes con el apagón era una simple fobia a la oscuridad, pero ahora creo es algo más complicado que eso. Algo malo le tuvo que pasar, algo realmente malo.

Anni me transmitía mucho cariño. Siempre que estaba con ella tenía la necesidad de protegerla. Con ella estaba sintiendo cosas que nunca antes había sentido y eso me asustaba. Cualquiera que me conozca y me vea así, pensaría que me han abducido unos alienígenas. Este no era yo. Yo no actuaba así y menos con las chicas. Yo solo quedo con ellas en su casa para follar y al día siguiente como si nada hubiera pasado. Anni me estaba cambiando y no sabía si el cambio me estaba gustando o no. Estaba confuso.

La contemplé toda la noche dormir hasta que caí dormido.

La luz de la ventana me despertó. Era raro porque yo siempre dormía con las cortinas cerradas. Esa noche había dormido genial. Abrí los ojos poco a poco ya que la luz me molestaba. Delante mía apareció la cara de Anni. Estaba muy guapa cuando dormía. Pero, ¿qué estás diciendo Eric? ¿te estás escuchando? Tu nunca has sido así, espabila. Me levanté despacio para no despertarla y salí de la habitación.

POV ANNI

La luz que entraba por la ventana me despertó. Me sentía genial. Llevaba muchísimo tiempo sin dormir tan bien. Generalmente me tenía que tomar pastillas para conciliar el sueño y que las pesadillas no aparezcan. Esta noche no había vuelto a tener pesadillas desde que Eric durmió conmigo. Eric. Su nombre vino a mi cabeza de repente. Me giré, pero no estaba en la cama. Estaba segura que no soñé nada de lo que pasó anoche. ¿Dónde está?

Me levanté y fui a buscarle por la casa, pero no le encontré por ningún sitio. Ninguna nota ni ningún mensaje en el móvil. Simplemente se había ido. No sabía como sentirme al respecto. El hecho de levantarme y que no hubiera ninguna señal de él me enfadó.

Sentía que cada vez que dábamos un paso hacia delante luego era como si nos alejáramos más de lo que estábamos. Era frustrante. Odiaba encontrar algo bueno en mi vida y que se escapara entre mis dedos sin yo poder controlarlo.

Miré el reloj. Mierda eran las 9, ya llegaba una hora tarde. Me cambié rápidamente y me fui a la universidad. Con suerte llegaría a tercera hora.

El día se pasó demasiado lento y yo no podía quitarme de la cabeza todo lo que sucedió anoche. "Solo descansa pequeña. Yo velaré tus sueños por ti" me dijo. No podía quitarme esas palabras de la cabeza. Me habían hecho sentir segura, una seguridad que necesitaba, que anhelaba. Que Eric no estuviera por la mañana después de esas palabras me dolió. Tampoco le había visto en todo el día. Mejor así.

No pude evitar que una lagrima se me escapara del ojo. Para mi suerte sonó el timbre y me fui a los baños. Necesitaba refrescarme y olvidar. Después de todo lo que he pasado no podía dejar que un chico me destrozara. Pero lo que está roto no se puede romper, ¿verdad? Eso esperaba al menos.

Salí del baño y un chico me llamó. Me giré y no sabía quién era.

- Ey Anni, hola.

- Lo siento, pero ¿te conozco?

- Claro, no sabes quién soy. - me sonrió y me tendió la mano. - soy Manu tu compañero de trabajo.

- Manu, claro. Lo siento. No conozco a mucha gente aún.

- Tranquila te entiendo. Hay veces que esto parece un centro comercial en época de rebajas. - bromeó Manu consiguiendo sacarme una sonrisa. - bueno si quieres nos pasamos los números y vamos hablando lo del trabajo.

- Claro, me parece perfecto. - nos pasamos los numero y quedamos en llamarnos.

Parecía majo y lo mejor era que no parecía el típico chico que se escaqueaba de los trabajos, cosa que me tranquilizó.

En la salida de la universidad alguien me agarró del brazo. Me giré asustada. Me tranquilicé al ver que era Dan.

- Ey. - dijo tímido. - siento haberte asustado yo no...

- Tranquilo Dan, no pasa nada.

- Bien... ¿Quieres que vayamos a una cafetería que conozco para hablar? No suele ir mucha gente. Es tranquila y tiene unos cafés deliciosos.

- Sí claro.

Nos montamos en su coche y llegamos a una pequeña cafetería muy acogedora. Nada más entrar percibí el olor a café y chocolate que inundaba la estancia. Me gustaba este lugar. No sería la última vez que viniera, además estaba cerca de mi casa.

Dan y yo le pedimos a la camarera lo que queríamos. Él un café americano y yo un café bombón. Ese café estaba delicioso. Desde que llegué a España me lo pedía siempre.

- Yo... Anni lo siento. Sé que he sido un completo gilipollas y tú no has hecho nada para que te ignorase. Solo que...- se quedó callado

- ¿Qué? - le dije intentando que continuara.

- Es solo que te he cogido cariño y no quiero que nada malo te pase. Me enfade mucho con Carlos porque te llevo a las carreras. Allí suelen meterse la gente en muchos líos. Pero también me he dado cuenta de que no te lo puedo prohibir.

- Gracias por entenderlo Dan.- le agarré la mano y le di un suave apretón. El miro nuestras manos unidas.

- Bueno, ¿Qué te parece si para compensártelo vamos al cine esta noche?

- ¡Siii! Me encanta ir al cine, además hay una peli que llevo mucho tiempo queriendo ver.

- Espera, espera. Solo dime que no es romanticona. - dijo con una graciosa cara de pánico

- No prometo nada. - dije con una sonrisa malvada.

Su cara después de mis palabras era genial. Parecía que le iba a enviar directo a la guillotina. Cuando quería Dan era un exagerado.


AfterglowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora