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Oh, Ophelia, you've been on my mind girl like a drug

10 de Abril, 2017.
16:59 hrs.
Ophelia.

Habíamos acordado reunirnos en un parque cerca de su casa. Me había invitado a esta, pero quería ser concisa y terminar con esto de una vez.

Tenía altas esperanzas con Mario cuando empezamos a vernos en secreto. Pensaba que me ayudaría a superar a Marco, pero supongo que eso era estúpido. Ni trece años siendo ignorada ni su indiferencia me habían hecho olvidarlo, ¿por qué parecía buena idea acostarme con otro tipo?

Supongo que solo quería ser amada, y Mario me hacía sentir eso.

Llegó justo a la hora que lo había citado, con la típica sonrisa de oreja a oreja que lo caracterizaba.

–Hola– lo saludé en un susurro, él solo me dio un beso en la mejilla.

–Hey, ¿qué tal?– asentí. Frunció el ceño–. ¿Todo bien? Te veo tensa.

Tenía que hacerlo rápido, como sacarse una tirita.

–Tenemos que dejar de hacer esto, Mario– su sonrisa desapareció en un dos por tres.

–¿Qué dices?

–No quiero seguir en esta... lo que sea que seamos.

–¿Por qué no?

–No... no puedo sentir por ti lo que tú sientes por mí, y lo siento, en serio– soltó una risa seca.

–¿Lo sientes? ¿Acabas de terminar conmigo como si nada y «lo sientes»?

–Yo... no sé qué decir, Mario– suspiré–. Se acabó.

–No se ha acabado, Ophelia. Te ganaré de vuelta– se volteó, luego de eso susurró algo que me heló la sangre y llenó mis pesadillas–, por las buenas o por las malas.

04 de Agosto, 2017.
12:29 hrs.
Marco.

–Mierda, mierda, mierda– Alex se agarró del cabello y se sentó en el sofá en el que yo estaba antes–. ¿Qué vamos a hacer?

–N-No lo sé– no encontraba palabras que decir, y eso era difícil.

–¡Estamos en su maldita casa! ¡En su sótano! No hay nada ni nadie que le pueda impedir... ya sabes.

Matarnos.

–Necesitamos actuar con naturalidad, como si no nos hubiéramos enterado de esto.

–¿Y cómo mierda planeas hacer eso? No creo que ni la mismísima Meryl Streep pudiera hacerlo si su vida se encontrara en peligro.

–No lo sé, Alex. Sólo sé que tenemos que intentarlo si queremos salir con vida de este lugar. Mario es peligroso, eso está más que claro, y si dejamos que sepa que lo hemos descubierto... nos hará daño.

Había dolido mucho para mí decir eso. Después de todo, Mario era mi mejor amigo, yo había confiado en él por años. Dolía saber que todo había sido una mentira, dolía saber que era un maldito enfermo.

–¿Cuál es el plan?– preguntó Alex, nerviosa.

–Guarda los papeles y las fotos en la caja. Deja la caja donde la encontraste, lo mismo con la llave– ordené, y así lo hizo–. Ahora, vamos a pretender que estamos buscando en los libros, tal como Mario cree que estamos haciendo, al menos hasta que llegue.

Ophelia // Marco ReusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora