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Oh, Ophelia, you've been on my mind girl since the flood

11 de Abril, 2017.
10:38 hrs.
Ophelia.

Me había animado de valor y finalmente, después de más de una década, iba a confesarle a Marco mis sentimientos.

Tan solo ayer había terminado con Mario, pero poco y nada me importaba. Había pasado toda mi vida poniendo al resto por delante mío, ya era hora de hacer algo egoísta.

Iba a tocar la puerta de su casa, pero esta estaba abierta. Fruncí el ceño y miré a mi alrededor, no había nadie, así que cautelosamente me adentré en la sala de estar.

–¿Marco?– pregunté en voz alta, pero nadie respondió.

Recorrí con la mirada el lugar, pero lo que captó mi atención fue una caja de terciopelo roja en la mesa a tan solo unos metros de la puerta. Me acerqué y la tomé, y cuando l abrí vi un anillo de compromiso.

Ya no sabía cuántas veces Marco Reus me había roto el corazón, pero eso... eso fue demasiado para mí. Ese fue el día en que me prometí a mí misma olvidarlo, para siempre.

04 de Agosto, 2017.
13:40 hrs.
Marco

Alex respiraba pesadamente, como era de esperarse de una persona que tenía un arma apuntada directamente hacia él o ella. Lo peor es que la culpa era mía, y si abría la boca una vez más, tendría la culpa de algo mucho peor.

–Ahora, esperemos que sin interrupciones, continuaré con la historia– sonrió cínicamente–. Ophelia y yo tuvimos ese tipo de relación hasta Abril, cuando decidió que se había acabado. Como pueden imaginarse, no estaba feliz con eso... oh, ¿cómo estarlo? Sabía que estaba terminando conmigo para correr a tus brazos, y no podía permitirlo. Así que, tomé cartas en el asunto.

–¿Se podría saber qué cartas?– murmuré, tratando de sonar calmado.

–Simple: le hice creer por segunda vez que tú realmente amabas a Scarlett. Puse un anillo de compromiso en la mesa de tu sala de estar y procuré dejar la puerta de tu casa abierta, para cuando Ophelia se atreviera a ir a decírtelo viera qué «planes» tenías en mente.

Eso era tan enfermo bajo tantos criterios, pero tuve que permanecer calmado y en mi puesto.

–Déjame adivinar: lo encontró y decidió no decirme nada– Mario asintió fastidiado.

–Pensé que eso la haría volver a mí, pero no. Aparentemente se aburrió de los hombres y quiso mantenerse al margen de nosotros– rodó los ojos–. Así que tuve que activar mi modo príncipe encantador.

Dudaba sobre la existencia de este, o mejor dicho, la negaba por completo. Un príncipe encantador no apuntaría con un arma a la mejor amiga de su «princesa», y definitivamente no haría todas las cosas que él había estado haciendo durante los últimos meses, ni pensaría en todos los maquiavélicos planes que tenía en mente.

–Lo que dijo Scarlett.

–Así es, Marco. Y antes de que te lo preguntes: no, Scarlett no tuvo nada que ver con cómo cubrí mis pistas. De hecho, lo que te dijo es verdad, y fue de seguro la más inocente de las personas a las que visitamos, pero ya hablaremos de eso luego.

Me alegraba de cierto modo saber que mi ex novia no era un monstruo oculto como mi mejor amigo, al menos no todo lo que sabía o creía saber era una completa mentira.

Ophelia // Marco ReusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora