Decir que me siento cohibida en mi propia casa es una expresión demasiado grande, sobre todo para una niña de 12 años que debería sentirse feliz por la vida que lleva, pero no es así.
Mi nombre es Tabitha Alexander, soy de Venezuela y como anteriormente dije, tengo 12 años.
Mi padre es el dueño de Industrias Alexander. Esa empresa ha pertenecido a mi familia por generaciones y ahora ha sido el turno del gran Henry estar al mando de todo. Desde que lo promovieron se ha comportado a la altura en su puesto, pero en casa... Simplemente ya nada es como antes.
Mi madre por otro lado, es la mujer más plástica que podrán conocer en la vida. Desde que tengo uso de razón he visto como se deja llevar por el dinero, supongo que es algo típico de los R
eyes. Según mi nana, toda la familia de mi madre es interesada y tiene algo de razón, supe por mi propio padre que ellos nunca tuvieron dinero y en el justo momento en el que Amanda conquistó a mi padre, hicieron todo lo posible por obtener un poco de su fortuna.
Se que es horrible expresarme así de la mujer que me trajo al mundo, pero ella no se ha esforzado por tratarme como su hija, yo tampoco debería tratarla como mi madre.
-Tabi, cariño, cámbiate de ropa, hoy tendremos visitas y no permitiré que te veas como alguien de la calle. ¡Anda!-
-¿Qué tienen de malo mis pantalones? Se ven bien...
-Pareces un hombresito y se supone que eres una niña. Y demonios ¿Esa es la camisa de tu primo Andrés? Quítate eso antes de que la queme.-
Y ahí iba yo, obedeciendo a mi madre para no seguir entrando en disputas mientras ella cerraba de un portazo la puerta de mi habitación. Ya ni siquiera me daban ganas de discutir con ella para hacerla enojar, simplemente seguiría fingiendo que soy una niña normal y feliz.
Tuve que dirigirme a mi gran armario y escoger cualquiera de los tantos vestidos que mi madre se empeñaba en comprar. Ni siquiera me fijé en cual había escogido, solo lo tomé, me quite mi ropa de "hombresito" y me lo coloqué. Al verme en el espejo bufe. ¡Que asco!
-Mi niña. - Mi nana se asomó por la puerta y al verme vestida, sonrió con ternura.- la Sra Alexander me ordeno peinarte, tienes que estar lista en media hora. -
Ella era lo más parecido a una madre. Me ha criado, cuidado y aconsejado desde que tengo memoria. Marilyn es una gran mujer, lastima que la vida la ha tratado a las patadas.
-Si nana, lo sé, no quiero estropearle las agradables visitas desconocidas de mi madre como la última vez.
-Eso fue un desastre mi niña. En primer lugar no debiste hablar con ellos. -Me sentó en sus piernas mientras intentaba controlar la larga melena castaña y hacerla ver decente.
-Estaban hablando sobre la manipulación de armas glock. ¿Qué querías que hiciera? Sabes que me gustan esos temas. ¡Auch!
-Lo siento, tienes que cuidar más tu cabello Tabi. -Contestó entre risas. -Ya, pero se supone que eso era un secreto. Además. eso de pedirle al Sr Cubillan que te mostrara su arma y que tu le quitaras el seguro y apuntaras a tu madre tampoco fue una buena idea, ahora ella está mucho más pendiente de las actividades que haces en tus ratos libres y te tiene miedo. Es cuestión de tiempo para que se entere de tus clases en el polígono de tiro.
-Si, pero ya no importa nana, ya se manipular un arma y dispararla, si quiere prohibirme ir al polígono, que lo haga, igual puedo practicar aquí cuando ella no esté en casa, lo cual es prácticamente todo el tiempo.
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La Chica Storm
ActionMi infancia puede considerarse una de ensueño para cualquier persona en el mundo. Era única hija, mi familia contaba con más dinero del necesario y no es para menos, después de todo, mi padre es uno de los mejores empresarios del país, sin embargo...