Capítulo 22

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La tensión en ese auto era realmente palpable. Nos dirigiamos directo a nuestro encargo luego de aquella "discusión". Ya Gabriel no tenía ese elegante traje, ahora estaba totalmente relajado con una camisa gris de manga corta y cuello en V perfectamente ceñida al cuerpo y unos jeans algo ajustados. Sus Timberland eran identicas a las mías y eso me incomodaba un poco. 

Yo por otro lado, solo tenía unos short rasgados, blusa blanca de tirantes y mi cabello recogido, dejando a la vista la serie de tatuajes que tenía en mi espalda, brazos y piernas. Mi arma con silenciador se encontraba entre mi espalda baja y el short. 

-Hagamos esto, yo lo saco de la casa y tu lo matas, como en los viejos tiempos. -Gabriel encendió un cigarrillo, me ofreció una calada y no dude en aceptarla. 

-Como quieras, pero no me pidas que me detenga. Aunque... ¿No sería mejor que lo matemos dentro de la vivienda y ya? -El pareció pensarlo un poco pero al final terminó por aceptar. 

Todo consistía en borrar del mapa a uno de los socios de Richard que se quiso pasar de listo con todos los Storm robando algunas de las acciones de los hoteles en Caracas, Margarita y Puerto la Cruz, 3 de las instalaciones con más ingresos en el país. Tuvimos que movilizarnos desde Valencia a Caracas solo para esto, al menos nos pagarían bien y no teníamos que preocuparnos por volver hoy mismo pues nos podíamos quedar en la casa del viejo en Palos Grandes.

Al llegar al conjunto residencial y ubicar la enorme casa del hombre, respiré profundo y repasé todo lo que tenía que hacer. Me bajé la blusa un poco para que mis senos resaltaran, me maquillé rápidamente de una manera un tanto... llamativa. 

-Una vez que esté dentro me encargaré del resto de los gorilas. Llama si necesitas ayuda. -Me dijo seriamente. 

-Nunca he necesitado ayuda para esto. -Me bajé del auto y cerré la puerta con fuerza. Seguía molesta, nerviosa... Asustada. Alejé todos esos pensamientos de mi mente y me concentré en mi objetivo. Una vez que lograra pasar por aquella gran puerta, Gabriel llamaría al equipo para hackear el sistema de seguridad y acceder a los vídeos de las cámaras de seguridad. 

Con la seguridad que me caracterizaba, toqué el timbre de la mansión y minutos más tarde me abrió un hombre de alrededor de 35 años. No estaba segura si era del servicio o de los guardaespaldas del socio de Richard. Me miró extrañado y yo sonreí, me acerqué sugerentemente a él, pasé mis brazos por su cuello como si fuera a besarle y cuando por fin empezó a salir de su trance y asombro, le partí el cuello con fuerza. 

Dejé que el cuerpo cayera inerte al suelo y observé el panorama. Me dirigí a la puerta de entrada y le di la señal a Gabriel. Caminé de manera relajada por el gran salón y tomé nota. Las casas aquí eran demasiado similares, lo único que podía cambiar era la fachada y la organización del salón principal, del resto, hasta las habitaciones estaban en las mismas alas. Cuando iba subiendo las escaleras para dirigirme al despacho, apareció una de las mujeres del servicio y tuve que golpearla con fuerza en la cabeza antes de que gritara que había una intrusa. 

Gabriel había entrado y caminaba por la casa buscando a más personas que pudieran complicar el trabajo. 

Fue demasiado sencillo dar con el despacho, pero no esperaba que estuvieran 3 gorilas allí

Sabiendo que no podría con esos 3 yo sola, saqué mi arma y les disparé sin pensarmelo dos veces. Entré al despacho y allí estaba el hombre, sentado frente a su escritorio con un montón de papeles. 

-¿Pero que mier...? -Le disparé en una de sus manos y el pegó un grito. Le había tomado totalmente desprevenido. 

-Callate imbécil. -Lo tomé por el cuello de su camisa, lo alcé y le di un fuerte golpe en el rostro. -¿Creías que podías robarnos y salir ileso? 

La Chica StormDonde viven las historias. Descúbrelo ahora