DIX

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Resopló con alivio al divisar la parada del autobús a un par de metros cerca de la secundaria, donde posteriormente el transporte se detuvo y fue ahí donde dio por concluida su viaje a la escuela.

Pues estaban claro que estaba molesta por el comportamiento egoísta y engreído de sus superiores; sin embargo, sentía que estaba traicionando a su familia con dicha rebeldía amorosa.

Se detuvo en las escaleras principales al momento de pensar: ¿Y si no aceptan su orientación sexual? Estaba claro que a pesar de estar en el siglo XXI todavía existía gente que era homofóbica. El pensamiento de que su familia formara parte de ésa tendencia repugnante le enfermaba.

—¡Kagami!

Su pulso se aceleró al oír aquella preciosa voz, girándose para ver a su azabache de ojos azulados llegar a ella con una caja con el logotipo de su panadería.

—Marinette, hola.—Sonrió a la par de la muchachita.—¿Qué traes ahí?

—Oh...—Bajó la mirada con un pequeño rubor en sus mejillas.—Son algunos macarones; pensé... Que podría compartirlos contigo a la hora del almuerzo.

El aire inundó sus pulmones y exhaló al momento en que el mismo ya no podía entrar.

—¿Me estás pidiendo una cita?—Comentó con humor en sus palabras; pero solo ella sabía que las decía enserio.

—Oh, porsupuesto.—Sonrió ella, atrapando y siguiendo el juego que Tsurugi había iniciado.

La esgrimista se mordió el labio deseando que su respuesta hubiese sido enserio.

—Entonces... acepto, my lady.—Sonrió enredando sus dedos con los de la Dupain, algo que al parecer no le molestó. Apenas había notado su atuendo sencillo; una sudadera negra con unos jeans pastel azul.—Lindo atuendo.

—Parezco hombre a tu lado.—Se encogió de hombros al momento de que ambas retornaron el camino a la segunda planta.

Desgraciadamente para Kagami, ella estaba asignada en otro grupo; le hubiese gustado estar en el de su amada para estar junto a ella y alejarla del señor modelo.

Rodó los ojos mentalmente ante al cruzar la imagen del Agreste por su mente.

Tal vez él la tendría en clases; pero ella la tendría en la hora libre, en una cita.

Le sonrió levemente al muchacho de cabellos azulados que se encontraba del otro lado de la puerta del aula de Marinette, pues al parecer estaba esperando a alguien del mismo lugar que ella

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Le sonrió levemente al muchacho de cabellos azulados que se encontraba del otro lado de la puerta del aula de Marinette, pues al parecer estaba esperando a alguien del mismo lugar que ella.

Todo estaría bien si no tiene ninguna intención con su azabache.

Pues se encargaría de hacerlo papilla con su sable de esgrima a mitad de la noche.

Vio sonreír al muchacho al observar a alguien que salía del aula; era la joven Couffaine acompañada de una rubia de vestido rosado. Ambas, al parecer, mejores amigas.

Me Gusta Ésa Azabache || MarigamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora