TROIS

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El recuerdo de Ladybug y Kagami estando a un par de centímetros para que sus bocas chocaran era lo que lo había mantenido toda la semana de malas; claro que trataba de controlarse, descargando toda esa energía en sus actividades siendo Adrien Agreste.

Ése día en particular era viernes, y como lo marcaba su horario, tenía clases de esgrima.

Debía admitir que el ver a Kagami no lo emocionaba, ya que ésta al parecer tiene intenciones con su Lady; era evidente que no le agradaba en absoluto.

—¡Woah! Adrien, si vienes inspirado.—Halagó el profesor al ver cómo derrotaba con facilidad a su compañero.

—Tiene razón, señor.—Habló el chico con quien combatía poniéndose de pie y tomando su sable que había caído a un par de metros.

El rubio no dijo nada, simplemente se limitó a doblar un poco su espada tratando de calmar sus ansias.

Plagg le había dicho que estaba celoso, algo que él negó rotundamente.

Pero al parecer sus acciones decían todo lo contrario, ya que se había distraído con el recuerdo, dejando que su compañero le diera una estocada en el hombro.

—¡Sí! ¡Te gané!—Exclamó su compañero con felicidad.

Él negó un par de veces y se acercó al profesor quitándose el casco de la cabeza, ignorando la felicidad exagerada del muchacho.

—Señor, necesito un descanso.

El de bigote asintió en aprobación ante aquella petición, ya que Adrien había sido el primero en llegar y se había puesto a practicar con él. Le enorgullecía el esfuerzo que le ponía a aquél deporte, pero sabía que sí el modelo lo practicaba en exceso habría complicaciones como consecuencia.

El de cabellera rubia tomó rumbo a los vestidores, que al entrar, se sentó en una de las bancas mientras buscaba en su mochila su termo de agua.

—Te ves estresado.—Habló Plagg saliendo de la mochila y comiendo una preciada pieza del queso camembert.

—No estoy estresado, Plagg.—Le contestó sin mirarlo mientras abría su termo de agua y empezaba a tomar de éste.

—¿Es porque te ganó aquél chico? Ni siquiera estuviste en posición de combate.—Trató de animarlo.

—No estoy estresado.—Volvió a repetir desabrochando su traje de la parte de arriba, dejando expuesto su pecho, espalda y brazos, cubiertos de pequeñas gotas sudor.

—Que asco.—Comentó el pequeño ante aquél olor que desprendía el cuerpo de su portador, escondiéndose al momento de escuchar pasos cerca.

Pero todo ya lo ignoraba. Simplemente se recargó en la viga de metal que estaba justo detrás de él y dejó que su cuerpo se enfriase mientras tomaba agua.

Pero entonces oyó cómo un sable caía al suelo, percarandose de la presencia de alguien de cabellos azabaches.

Era Marinette.

Una sonrisa se le formó al de ojos esmeralda al ver el rubor que tenía su compañera en las mejillas, quien trató de apartar la mirada para agarrar su sable con un poco de torpeza.

O bueno, intentar agarrar, ya que este mismo la hizo resbalar y caer en el regazo del Agreste, teniendo enfrente su abdomen mojado por el trabajo que había puesto en las sesiones de aquél deporte.

—¡Lo siento!—Finalmente trató de articular, tratando de pararse pero golpeando la mandíbula de Adrien.

—Ah...—Se quejó ante el dolor que le proporcionaba aquella parte.

—¡Lo siento, lo siento, lo siento!

—No... Importa.—Le respondió al momento que el dolor empezó a disminuir.

La Dupain-Cheng se mordía el cachete por dentro, imaginando que posiblemente tendría una hemorragia y perdería litros y litros de sangre, llevándolo al hospital y quedando en coma; el señor Agreste la culparía y la llevarían a la correccional de menores mientras Adrien despertaría en dos años y perdería la memoria, olvidándose totalmente de ella.

Lista para huir estaba, más sin embargo, el muchacho la tomó de la mano, haciéndola mirarlo sorprendida mientras él le dedicaba una pequeña sonrisa.

—Tranquila. Ya pasó.—Le dijo haciéndole una seña para que se sentara junto a él.

Dudosa, aceptó sentarse junto a él, sintiendo los nervios calentar su cuerpo.

—¿Por qué te ibas a ir?—Preguntó referente a lo de hace un momento.

—B-Bueno es que había quedado con Kagami para practicar.—Se excusó, siendo en parte verdad.

Adrien gruñó internamente al oír aquél nombre nuevamente. Odiaba admitir que aquella jóven, a pesar de tener cosas en común con ella, le estaba molestando su presencia en cualquier lado.

—Mejor hazlo conmigo.—Dijo al aire, mordiendo el interior de su labio, sintiendo la adrenalina fluir por su cuerpo.

—¿H-Hacer qué?—Preguntó mirándolo de reojo con los colores subidos.

—Practica conmigo.

—N-No lo sé...

No. No iba a aceptar ¡Claro que no lo haría! Había quedado con la chica Tsurugi para entrenar; pero...

—Ustedes tendrán un encuentro ¿Recuerdas? Quien gane tendrá el puesto.

Estaba consiente de que estaban pisando terreno peligroso. En lo absoluto. Pero ya no le importaba; desde un principio se propuso ayudar a su compañera para que tuviese el puesto en esgrima.

Y eso era justo lo que iba a hacer.

Porque ella era su amiga.

—Bueno... Está bien.—Accedió sonriéndole penosamente.

Él le sonrió e inconscientemente le tomó la muñeca, apretándola un poco y acariciándola con su pulgar, provocándole un grito interno a la jovencita.

—Una amiga... Una amiga...—Se repetía a si misma.

Porque sí, había visto y escuchando lo suficiente como para saber las intenciones del muchacho hacia la muchachita de coletas.

Y no le agradaban para nada.

•••

Me re inspiré escuchando a mis beshos rubios bien zhuloz bien papiz. Así que agradezcanles que hay capítulo nuevo uwur

¿Por qué para todos Mari es sólo una amiga wn? ;-; </3

¿Qué opinan? ¿Se prendió ésta mierda? Xdxdxd

Read you later (?

-May.

Me Gusta Ésa Azabache || MarigamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora