En Mi Camino

Capítulo 3

Capítulo 3

Unos rayos de luz impactaban sobre mi cara, bastante molestos. Intenté abrir los ojos pero la luz del sol me cegaba. Esperé unos segundos hasta que poco a poco mis ojos se acostumbraron a la claridad y ya podía ver con normalidad. Miré el reloj, las 11 de la mañana. Aunque la comida que nos preparó la madre de Max estaba buenísima y me lo comí todo, estaba hambrienta, solo pensaba en bajar a la cocina a desayunar, pero me percaté del desorden que había en mi habitación. Anoche estaba tan cansada que me quité la ropa y no la guardé, la dejé tirada por algún lugar de la habitación y me metí en la cama directamente, sin siquiera bajar la persiana, lo bueno es que hasta que no me han dado los rayos de sol directamente en la cara no me he despertado, menos mal. Me puse a buscar la ropa y a doblarla, no se como lo hice pero la camiseta estaba en una esquina, y los shorts que me puse, justo en la esquina contraria. Primero recogí la camiseta, la doblé y la guardé, y después los pantalones, pero mientas los doblaba vi caer un papel. Me paré a cogerlo, estaba bien doblado. No recuerdo haberme guardado ahí ninguna nota, y no parecía ser un tiket de compra ni nada por el estilo, así que lo abrí. En el papel había un mensaje escrito asique me dispuse a leerlo.

"Espero verte en la fiesta"

Cada vez tenia menos ganas de ir a la fiesta, de verdad, y eso que siempre que hay una, soy la primera en ir. Bueno eso era antes, cuando vivía en san diego, pero es normal, allí conocía a todos los que iban ya que la mayoría eran mis amigos, y los que no pues iban a mi instituto o les conocía de vista o eran amigos de amigos, y en cambio aquí no conocía a nadie, solo a Max. ¿Sería de él esa nota? Seguramente. Vaya idiota. Pero había algo más escrito.

"PD: bonito culo ;)

Dylan"

¿Bonito culo? No, no podía ser. ¿Me había puesto él ese papel? Solo he visto a dos chicos aquí, a Max y a aquel engreído que me silbó desde la casa de Max. ¿Dylan? ¿quién es Dylan? Esto es como un rompecabezas. Tal vez, pero es muy improbable, aunque tal vez si lo piensas tiene sentido. ¡Sí eso es, debe de haber sido así! Dylan debe ser el chico aquel que estaba en el balcón, y quien me silbó. Obviamente si estaba en casa de Max es porque se conocen, probablemente sean amigos, son iguales, entonces son muy amigos. ¿Mejores amigos? Quien sabe, pero se conocen. Alomejor ese tal Dylan le habló a Max de mi. ¡Ya esta! Por eso Max me dijo que le habían hablado de mi, y bastante bien. Chicos... que cerdos son. Dylan le habrá pedido a Max que me pusiera el papel, para que más adelante yo lo encontrara. Entonces... tanto Max como Dylan estarán en esa estúpida fiesta... Decidido, no iré. Hice una bola con el papel y lo enceste en mi papelera, aveces me creía jugadora profesional de basquet, pero quién no lo ha hecho alguna vez. Bajé las escaleras corriendo hacia la cocina. Estaba hambrienta, y me había entretenido con la nota asique ahora tenia muchísima mas hambre. ¡¡Hmm mama ha traído croissants!! Cogí un vaso, la botella de batido de chocolate, un par de croissants -que me parecían gigantes, pero... que más da, ¡me muero de hambre!-, un bol, y unas fresas. Sí, no hace falta que lo digáis, hago unas mezclas muy extrañas y como muchísimo, pero es que me gusta demasiado, y un caprichito de vez en cuando no hace mal a nadie. Mientras desayunaba llamaron a la puerta y mi madre avisó diciendo que ella iba a abrir. La oía hablar con alguien, pero no sabia quien era, no reconocía su voz, eso sí era un chico. Hubo un momento que ya no les escuchaba, pero seguían hablando, porque la puerta seguía abierta. Solo se escuchaban susurros. No le di importancia. La puerta se cerró, supongo que ya se habrá ido, pero no.

- No la he escuchado bajar, puede que siga durmiendo.-dijo mi madre-

- Tiene una casa realmente bonita, me gusta mucho. Si esta durmiendo no la moleste es igual. -dijo la voz misteriosa

En cualquier otra ocasión me habría levantado corriendo a averiguar de quien se trataba, pero estaba muy ocupada saboreando mi delicioso desayuno.