Cap. 19 La conversación que nos debemos

1K 25 1
                                    

Ethan

El sol pica mis ojos, a pesar de que se encuentran aún cerrados. El dulce aroma de mi chica, por que sí, es mi chica y no hay duda de ello, acaricia mis sentidos aún adormilados y me despierto casi al instante.
Una enorme sonrisa se extiende por mi rostro al abrir los ojos y verla recostada plácidamente sobre mi pecho. Su respiración es suave y lenta y una pequeña sonrisa se adueña de su hermoso rostro. El mismo que lidera todos mis sueños y fantasías desde que la conocí, hace casi dos años, en la calle, el primer día que llegué aquí. Ese día lo supe, con aquel choque y la manera en la que me dejó parado como un estúpido, viendo como su perfecta silueta desaparecía por aquella calle, supe que esta loca chica llegaría a mi mundo para revolverlo todo a su paso y se quedaría en el, ganándose para siempre mi corazón.

Su pequeño cuerpo, que se encuentra rodeado por mi brazo, tiembla ante mi contacto y veo como poco a poco sus ojos se abren. Cuando me mira, siento un pequeño pinchazo de ansiedad, temiendo que se escape de mi lado otra vez, pero ese temor desaparece en cuanto Mare se acerca a mi y roza sus labios con los míos, dejándome más que sorprendido y con ganas de profundizar ese pequeño roce que me alza hasta el cielo y mata todas mis dudas.

- Tenemos que hablar-le digo casi suplicante, a lo que ella asiente con un pequeño movimiento de cabeza, haciendo que un mechón rebelde le salte al centro de su cara y me impida la maravillosa vista de ella que tenía hasta el momento.

Extiendo mi mano hasta su cara y con una pequeña caricia, acomodo el mechón castaño a su lugar nuevamente. Mi mano se queda quieta por un momento sobre la mejilla de Mare y esta inclina su cabeza contra mi mano, en busca de un mayor contacto. Sus ojos brillan de felicidad y sé que es el reflejo de los míos. Se estira como si de un pequeño gatito se tratase y nos levantamos para enfrentar el momento que tanto esperaba y temía por igual.

Dejo una humeante taza blanca de café bien cargada y con bastante azúcar, como le gusta a mi chica, frente a ella. No paro de mirarla una y otra vez, recorro su escultural y pequeño cuerpo, de arriba abajo sin cesar. Creo que jamás me cansaría de contemplarla, pero esta vez es diferente. Esta vez quiero absorber lo más que pueda de ella, memorizar cada mínimo rasgo de ella. Su mirada de placer cuando el líquido oscuro toca su lengua, la manera casi idéntica en la que me mira, con un hambre voraz. Como coloca tímidamente su rebelde mechón de pelo, que no deja de incordiar, detrás de su oreja, la misma que ahora tengo tantas ganas de morder. Sin ser consciente de mis propios movimientos, llego hasta ella en apenas dos zancadas. Tomo su cara entre mis manos temblorosas e inclinándome un poco estampo mis labios sobre los suyos en un rico beso candente, apresurado y que expresa todo lo que pasa por mi cabeza en este momento. Miedo, ansiedad, inseguridad, pasión y amor.

El miedo de no volver a sentirla tan cerca de nuevo, me atenazaba. Lo más difícil de mi relato era como comenzar, lo sé. Pero en este momento me encuentro en una encrucijada que jamás pensé tener que afrontar. Temo perderla si no se lo cuento pero también cabe la posibilidad de que no me crea.

Separo nuestros labios encontrándonos ambos con la respiración entrecortada y yo con unas ganas tremendas de llevarla a la cama y no dejarla salir de allí nunca más, pero sé que no puedo alargar más la espera.

Mare

Se sienta en la silla que hay frente a mí y sostiene mi mirada con algo de dolor y miedo. Le tomo de la mano y le doy un apretón a modo de aliento.

-No me iré, me cuentes lo que me cuentes.., aquí estaré.

Veo claramente como un peso desaparece de sus ojos, en cuanto lo digo.

-Mare..tenías razón, todo comenzó con esa maldita llamada. La llamada era de mi madre.

-¿Tu madre?. ¿Por qué tu madre..?-me detengo en el momento en que Ethan levanta una de sus manos indicando que guarde silencio.

-Sé que ardes en deseos por conocer toda la verdad y la mereces. Pero te pido que me dejes contar todo de un tirón, sin preguntas. -Intento protestar pero Ethan me lo impide. -Mare, esto ya es lo suficientemente difícil. Por favor.

Asiento ante su mirada cargada de súplica.

-Cuando me marché, fue debido a que me lo pidió mi madre. -Se le escapa un suspiro. -Todo comenzó con esa llamada. Pero según los planes de mi madre, lo que pasaría estaba decidido desde hace muchos años. -Su mirada está fija en un punto lejano, como si estuviese evocando aquel momento, su mirada está invadida por el dolor. Sin siquiera mirarme, continúa con su relato. -Siempre he sido un caprichoso, he hecho lo que me ha dado la gana y como ya te conté, he hecho mucho daño a mucha gente. He jugado con muchas mujeres-ataja-mis padres, cansados de arreglar mis problemas con la prensa, excesos y diversos malos entendidos, habían concertado un matrimonio con la hija de uno de sus socios. Jimena-suspira- ella es la chica con la que estaba comprometido, es la mujer con la que se me ha estado fotografiando durante todo el año pasado y fue la chica que rompió mi corazón, la razón de que comenzase a actuar así. -Me mira-yo no quería alejarme de ti Mare, tú me has cambiado, contigo todo siempre ha sido diferente, desde el principio. Hay veces que he sido un completo idiota contigo pero todo fue debido al miedo que sentía por volver a sufrir. -Suelta un suspiro de dolor, el mismo que se refleja en sus ojos grises. -No tenía más remedio que marcharme, mi madre no me dio más opción. Ella está enferma.

- ¿Qué le pasa?. -Pregunto a pesar de que sabía que era un error.

-Cáncer y es terminal. Supuestamente, para la prensa, yo vine aquí para centrarme en terminar mis estudios y comenzar a afianzar relaciones empresariales, ya que éste año yo "tomaría las riendas de la empresa familiar"-hace comillas con los dedos cuando habla de la empresa de su familia. -Así que por eso me mantenía alejado de mi prometida, pero en esos momentos en que mi familia y la de ella luchaban por que la noticia no fuese filtrada por la prensa, yo debía estar tranquilo y no armar ningún escándalo. Por eso me mandaron aquí. Lo que nadie.., lo que yo no esperaba-se retracta así mismo-eras tú.

Me quedo paralizada ante sus palabras, realmente era algo que no esperaba escuchar de mi idiota favorito.

-Jamás pensé que te ibas a meter tan dentro de mí, -admite pegándome más a él-jamás pensé que me enamoraría. Lo admito, al principio te vi como un juego pero pensar que estabas con otro me destrozaba y me afectó más de lo esperado. Fue ahí cuando me di cuenta de mis propios sentimientos, pero no se lo podía contar a nadie, conociendo mi historial no me creerían. Después, cuando todo parecía ir bien entre nosotros..Mi madre me pidió que regresara, que era hora de sentar la cabeza y los últimos años de vida de mi prometida estar a su lado y cumplir con lo que le debo a su familia ya que di mi palabra. No tuve más opción que dejarte y fue lo más duro que he tenido que afrontar en mi vida, pero si quería demostrar a mis padres que había cambiado debía hacerlo.

La habitación queda ahogada en un silencio atronador, mientras que lo único que ambos nos vemos capaces de hacer, es mirarnos el uno al otro. Sin saber qué otra cosa hacer y sin encontrar nada que decir para que la tensión que hay en el ambiente disminuya, envuelvo su cuerpo entre mis brazos y no duda en hacer lo mismo mientras susurra una disculpa tras otra en mi oído.

El idiota que ha regresado #2 (+18)Terminada #Disponible en Amazon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora