Mare
Me destiro en la cama después de haber pasado casi toda la noche relatandole lo del acosador a Ethan, quién al parecer ya había descubierto por sí solo más de la mitad. Mi chico es todo un genio y tiene muchos contactos a su alcance, al parecer más que yo. Así que tal vez descubramos pronto quién está detrás de los anónimos que no me han dejado descansar bien durante el último mes y medio.
Me levanto de la cama sin hacer ruido, ya que ayer Ethan decidió que trabajaría desde casa para así no dejarme sola. Después del encuentro con la misteriosa chica de la que desconocía su nombre y su relación conmigo o con Ethan, la verdad es que me encontraba bastante alterada.
Enciendo la pequeña tele que se encuentra en la cocina y voy hasta la cafetera para preparar una taza bien cargada. Sin duda la necesito.
La tele se enciende y mientras que una reportera comienza a narrar las noticias, sigo con mi tarea. Bajo de la estantería dos tazas que tenemos mi idiota favorito y yo a juego y las lleno de café. Sin embargo, cuando estoy apunto de despertar a mi dormilón, la mención de un nombre femenino en la pantalla plana hace que todas las palabras mueran en mi lengua. Siento la mano en la que sostengo la enorme taza adormecida, de modo que termina deslizandose entre mis dedos para chocar contra el suelo de madera que hay en la cocina, haciendose añicos.
Escucho la voz de Ethan llamarme adormecido desde la habitación, para segundos mas tarde sonar alarmado. Puedo escuchar con total claridad el sonido de sus pasos acercándose hacia mí. Puedo sentir sus cálidas manos rozas la piel de mi cara, brazos y cadera, pero me es imposible. No puedo emitir ninguna palabra.
Lo único que soy capaz de pensar es en lo que hará Ethan cuando se entere de la noticia.
- ¡Nena!, ¿Qué te pasa?, me estás asustando.
- Esta madrugada nos hemos despertado con la noticia del fallecimiento de la jovencísima Jimena Santos, prometida del menor de la saga King. Decenas de celebridades han acudido conmocionados a la clínica en donde ha estado hospitalizada los últimos dos meses, dispuestos a apoyar a sus padres. Queridos y respetados por muchas personas de gran importancia para la economía del país. Esto ha sido un duro golpe-. Contesta la reportera en mi lugar, a la pregunta que ha hecho Ethan.
Mi mirada se desplaza en seguida al rostro de Ethan. Quien mantiene un gesto temible mientras contempla estupefacto la pantalla como si esta le fuese a decir algo más que nadie sabe.
Con enormes zancadas y sin dirigirme ni una sola mirada, va directo a la habitación. Temo que vuelva a sus viejos hábitos, que se encierre en sí mismo y no me deje entrar, así que lo sigo en silencio.
Veo que toma su teléfono y marca de manera rápida antes de colocar el pequeño aparato de su oreja.
Mi mente se encuentra trabajando frenéticamente, en busca de cual puede ser el número que ha marcado con tanta urgencia, pero no doy con nada y lo único que logro con esto es sentir un mayor desazón.- Mamá- exclama Ethan aportandome claridad y un poco de paz mental.
Veo que intercambian un par de palabras, sin embargo por más que me acerco no escucho nada ¡maldita sea!
- ¿Está papá por ahí?
Silencio
Trato de poner atención pero nada de esto funciona. Así que termino haciendo señas a Ethan para que ponga el altavoz.
Este me entiende y no tarda en decírselo a su madre-. Mamá te pongo en altavoz. Mare está aquí- avisa.
- Mare querida que alegría.
- Buenos días señora
- ¡Oh!, pero qué te he dicho de decirme señora. Ahora somos familia...
- Ya mamá deja eso - le corta su hijo de mala forma y aunque no digo nada en voz alta para que su madre no nos escuche, le mando una mirada enfadada por sus palabras-. Es decir..., necesito preguntarte algo. Es por Jimena - Ethan no necesitaba decir nada más, parece que su madre lo entienda incluso a larga distancia.
- Querido, son ciertas las noticias. Lo siento mucho cielo.
- Maldita sea - vocifera iracundo contra nada en particular, alejando aún más el teléfono para no asustar a au madre - ¿Por qué no me dijisteis nada? No llamasteis - les echa en cara.
- No lo sabíamos - se excusa rápidamente Natalia.
- ¿Cómo que no lo sabíais?
- Nos hemos enterado por las noticias. Jimena llevaba cerca de dos semanas recluida, en la habitación de la clínica donde nos encargabamos de su cuidado, sin dejar que otro que no fueran sus padres o su doctor pasasen. Se negaba a vernos y dio orden que no nos informasen de nada- relata con extrema angustia-. Hijo, entiendeme. Si te llamaba para decirte esto solo lograría que dejases todo y volvieras. Que te alejases de nuevo de tu felicidad por mi culpa -. La mirada de Ethan se clava de nuevo en mi - no podía consentir eso. No de nuevo.
- Mamá...- la voz desgarrada de Ethan no hacía más que erizarme. Podía sentir como una extraña corriente corría libremente por mi cuerpo y algo pesado se intalaba en la boca del estómago. Me dolía verlo tan triste y no poder ayudarlo de ninguna manera. Me siento inútil y frustrada.
Despacio y sin hacer ruido, avanzo hasta la puerta, me alejo de Ethan para darle algo de intimidad mientras habla con su madre. Cierro la puerta que nos separa a mis espaldas y me deslizo por ella hasta acabar en el suelo. Poco a poco mi visión se torna borrosa, el leve picor que tenía en los ojos ahora se ha vuelto un fuerte escozor debido a las lágrimas retenidas con esfuerzo. Pienso en todo lo que Ethan y yo hemos pasado hasta llegar aquí. A lo que somos hoy. Pienso en lo mucho que esa chica le ha hecho sufrir y en todo lo que ha hecho a causa de ella. Todas las mujeres con las que ha jugado por un corazón que ella destrozó sin miramientos.
Lo mucho que cambió después de descibrirla con otro y el cambio que hemos pegado desde que nos conocimos. Y casi sin darme cuenta, comienzan a caer lágrimas que esta vez no interrumpo.Desconocido
- Esa maldita no logrará lo que desea. No se quedará con Ethan. Tenemos que hacer algo, ¡maldita sea! - grito estampando el jarrón que hay sobre la mesita del café contra la pared más alejada del pequeño apartamento en dónde me encuentro.
- Tranquila, debes...
- ¡No! No te consiento que me diga lo que tengo o no que hacer. Soy yo la que tiene que estar escondida en este maldito cuchitril mientras se adueñan de lo que es mío. Así que no me dirás lo que debo o no hacer.
- ¿Cálmate quieres? No has pasado por todo esto tú sola. Yo también he perdido mucho por el camino y no pienso consentir que perdamos nada más. Juntos obtendremos todo lo que nos ha sido arrebatado, mi amor, recuperaremos la vida que nos han quitado junto a toda su fortuna.
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El idiota que ha regresado #2 (+18)Terminada #Disponible en Amazon
Romansa•Segunda parte de "El idiota que vive en mi casa". •Antes de leer esta historia deben leer la primera parte para enterderla por completo. ~ Marcharme no fue algo fácil de decidir. Irme fue muy duro. Alejarme de ella sin du...