Mare
Al fin de cuentas no resultó ser una gran idea eso de meterme el el lago en un día como el de ayer.
Achus.
Desde que llegué anoche a casa me sentía bastante mal, de manera que a penas cené y después de darme una ducha de agua caliente, me acosté. Tanto Ethan como yo, lo que sorprendió a mi madre. Antes de dormirme me dijo mi madre que volverían a irse a un viaje rápido de dos o tres días por trabajo. Aunque no dijo nada más, al verme blanca y sudando como un pollo me miró compasiva antes de dejarme dormir.
Pero eso fue anoche, esta mañana me he despertado ardiendo en fiebre, sudando y sintiéndome aún peor de lo que me sentía cuando me acosté.
Ahora frente a mí, es encuentra mi madre, acariciándome la cara y cabeza para aliviar un poco el dolor y debatiéndose si quedarse o no.
- No mamá, no te quedes solo por mi. Es un resfriado, me tomaré lo que te ha dicho el médico y ya está. -Le digo mirando la mano con la que todavía sostiene mi móvil, después de haber llamado a un amigo suyo que es un reputado médico. - Además no estoy sola, Ethan estará aquí-le digo no muy convencida pero sabiendo que eso la va a tranquilizar. -Además, puedo llamar a Álex. -Sus ojos brillan de emoción al escuchar que lo nombro.
- Está bien hija..pero ten el teléfono cerca y cógelo cuando te llame-Dice severa. Parece que con la mención de Álex se ha convencido del todo.
- Si mamy..-Le sonrío para tranquilizarla, pero debido al cansancio y la fiebre que tengo, me debo conformar con un extraño gesto facial que al parecer la convence. Sin decir nada más y dejando un pequeño beso en mi frente, se va ha preparar el equipaje para su partida de esta tarde.
Los ojos me arden y siento una picazón extraña en ellos. Como si llevase horas despierta en lugar de acabar de abrir los ojos. Cierro los ojos para dejarlos descansar y en ese momento la puerta se abre para cerrarse un instante después, creando una leve corriente que provoca que me erice pero yo sigo con los ojos cerrados.
Escucho unos pasos que se acercan a la cama, a mí y de pronto una mano que reconocería en cualquier lugar, porque solo su toque provoca esto que siento, acaricia mi mejilla con amor. Una sensación cálida se instala en todo mi cuerpo y los nervios se hacen presentes cuando noto algo tierno y caliente rozar mis labios. Sus labios. Ethan.Una escurridiza lágrima se escapa de mi ojo derecho y siento como Ethan la quita. Mi cuerpo arde a un nivel que pocas veces he experimentado y puedo asegurar que no es a causa de la fiebre.
De pronto toda sensación de calidez me abandona de golpe cuando Ethan se levanta y se va cerrando la puerta. Abro los ojos a tiempo de ver como la puerta de abre de nuevo y por ella entra mi madre. Miro a su lado y veo un montón de maletas fuera de mi cuarto. La duda que tenía se aclara en ese momento y casi me quiero dar con la palma en.la frente por no caer que era por eso... ¡Claro!, por eso se habrá ido tan rápido, escuchó venir a mamá.
- Querida, me voy ya. Acaba de llamar tu padre diciendo que dentro de poco irá directo al aeropuerto. ¿Necesitas algo?.
-No mamy. Estoy bien. -Digo con voz ronca.
- Los números que puedas necesitar están en la agenda. He dejado apuntado junto a la nevera, una lista de los medicamentos que debes tomar y los alimentos. He llamado a la señora Magdalena y le he encargado que esta semana venga todos los días y así tendréis comida casera para comer.
La señora Magdalena es una mujer que se encarga de ayudar a mi madre, por ello solo viene fines de semana y cuando mis padres deben viajar. Es una mujer adorable que ronda los cincuenta, pero no los aparenta. Es divertida y la tengo más como una tía que como alguien ajeno a la familia. Trabaja aquí desde que soy pequeña, pero hace casi dos años tuvo una urgencia familiar, algo que le pasó a su hijo, por ello no llegó a coincidir con Ethan. Pero ahora ha regresado y doy gracias al cielo, por que la necesito. Seguro cuando le cuente lo que ha pasado me sabrá aconsejar.
Asiento, al ver a mi madre esperando pacientemente una respuesta por mi parte, ya que no me veo con fuerzas para hablar.
(...)
Hace más de una hora que mi madre se fue, la casa se siente tranquila. Sin poder evitarlo, recuerdo la sensación tan tibia de los labios de Ethan.., ¿él también estará enfermo?.
La puerta se abre y veo a Magdalena asomar tímidamente, su melena rubia recogido en un moño suelto, por una pequeña rendija.
- Pasa Magda.. estoy despierta.. -cada vez sentía mi voz más y más resentida y un dolor horrible invade mi garganta.
-¡Qué bien que estás despierta cielo!-Exclama visiblemente aliviada. -Te he traído un vaso de agua con la medicina que te toca. Enseguida te subo la sopita caliente.-Antes de poder protestar, Magda me mira de manera tierna y vuelve a hablar mientras se sienta a mi lado y acaricia mi mejilla-Verás cómo te ayuda.
Magda sabe que no es mi plato favorito, pero tengo la garganta tan inflamada que creo que será lo único que me podré tragar sin que me duela demasiado.
Resignada le digo que vale y se va sonriendo.
(...)
Miro el techo aburrida, esperando a que llegue la hora de comer. Me siento bastante floja y tengo mucha hambre. No hay ningún movimiento en la planta de arriba de casa, de hecho si no fuera por el gruñir de mis propias tripas, no oiría nada.
La puerta se abre e ilusionada miro hacia ella y comienza mi diarrea verbal sobre lo bueno que es que alguien venga y lo aburrida y sola que me siento, pero me arrepiento de todo ello en cuanto veo, quién cruza mi puerta.
- Entonces.., ¿te alegras de verme?.
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El idiota que ha regresado #2 (+18)Terminada #Disponible en Amazon
Romance•Segunda parte de "El idiota que vive en mi casa". •Antes de leer esta historia deben leer la primera parte para enterderla por completo. ~ Marcharme no fue algo fácil de decidir. Irme fue muy duro. Alejarme de ella sin du...