Capitulo 22.

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En cuando Elena cayó al suelo, corrí a velocidad vampírica por unos lentes oscuros ya que mis ojos ardían y el color azul no se apagaba, tome a mi hermana en brazos, llame a Jeremy y la llevamos al hospital en donde Meredith la interno.

-Ella va a estar bien. Ella se golpeó un poco hoy, se golpeó la cabeza, pero fue solo una leve conmoción cerebral, nada de qué preocuparse- me dijo Meredith tranquila.

-Pero ella colapsó, había sangre- dijo Jeremy frustrado.

-Honestamente, Jeremy, ella está bien. Ella solo... ella ha pasado por mucho. ¿Hay alguien a quien quieras llamar?- nos preguntó, así que Jeremy llamo a los vampiro Salvatore que fueron a tirar el cuerpo de Klaus al Atlántico.

-Debemos sacar a Elena de aquí- me dijo Jeremy, lo mire extrañado, pero por alguna extraña razón le hice caso, así que entre a la habitación para desconectarla, luego llegaron Caroline, Matt y Tyler a ayudarme, así que llevamos a mi hermana a casa.

-Estoy bien. Yo solo... quiero algo de comer primero- dijo Elena cuando llegamos, así que Matt fue a hacerle algo de comer.

-Estamos en eso, tan pronto como nos aseguremos de que nadie está al acecho en los armarios- dijo Tyler subiendo las escaleras a checar, Caroline y yo nos sentamos.

-Bien, sofá, ¡ahora!- la rubia le ordeno a mi hermana, yo sonreí.

-Uh, te dije que estoy bien- le contesto de vuelta mi hermana.

-El doctor dice descanso, descansa- Caroline cubrió con una manta a Elena.

-Ahora, ¿qué puedo traerte? ¿Quieres un poco de té, tal vez un poco de vodka? Ambos te ayudarán a dormir- le pregunto Caroline a Elena, la cual no contesto- Lo sé, estoy siendo sofocante. Es lo que hago.

-No, es... es lindo- dijo Elena sonriendo.

-Estoy pensando, tal vez té con vodka- rio Caroline saliendo, Elena miro unas fotos en la mesa, yo estaba en otro mundo, mis ojos seguían ardiendo en ratos, así que no me quite los lentes.

Elena se quedó dormida así que decidí dejarla al cuidado de Matt hasta que tocaron la puerta y baje a abrir.

-Stefan- dije con media sonrisa.

-Maia, ¿estás bien?- me pregunto con el ceño fruncido-¿Por qué traes lentes?

-Elena está dentro- dije entrando a la cocina ignorando su pregunta, estábamos cocinando para mi hermana cuando deje de sentir mis ojos arder, baje un poco los lentes y mis ojos ya estaban de nuevo en su color natural después me los retire.

-Estoy siendo mimada. Me siento completamente bien- dijo mi hermana, voltea a verla con media sonrisa.

-Estás bajo arresto domiciliario. Se supone que debes ser mimado- le contesto Stefan.

-¿No sería más inteligente si te sacamos de la ciudad?- pregunto Matt.

-¿Y hacer qué? ¿Correrán por el resto de mi vida? No gracias- Elena se levantó del sillón- Y no soy inválida. Terminé con el sofá- salió de la habitación.

-Entonces, ¿vas a dejar que ella tome la decisión?- pregunto Matt a Stefan, yo continúe cortando zanahorias.

-Dejare que tome sus propias decisiones- contesto el castaño.

-¿Incluso si están equivocadas?- pregunto Matt.

-Nada malo con el libre albedrío, Matt. Créeme, no te das cuenta de eso hasta que lo pierdas. Además creo que...

Maia Gilbert III: ResterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora