Capítulo VII: No es lo que tu quieras, es lo que yo quiero....

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Fiamma:

Amaneció, despierto gracia a los rayos solares. No quiero despertarme pero simplemente el sol no me deja. En eso tocan la puerta.

-¿Señorita Diamini?-. Llama una voz aguda de mujer.- ¿Señorita Diamini?-. Volvió a llamar.

-Dígame-. Dije adormilada. Odio que me digan así, parece como si me hubiese casado con él.

-Levántense, el señor Diamini quiere desayunar con usted-. ¡Dios! ¡Lo que menos quiero es despertarme!.

Me levanto a regañadientes. Le abro la puerta a la criada Beatriz. Estoy cubierta con las sabanas.

-Buenos días, señorita Diamini-. Saludo Beatriz.

-No me diga así, odio que me diga me llame así-. Frote mis ojos para despertarme bien.

-Lo siento, pero yo obedezco ordenes de el señor-. Esta criada piensa que soy la esposa de Giacomo, sino vio a Cristina con él.

-Me da igual, mi nombre es: Fiamma y mi apellido es: Bellamy, no Diamini-. Estoy muy molesta.

-Pero vuelvo y le repito "yo no obedezco ordenes de usted sino de el señor"-. Tomo una ropa del armario y la puso en la cama.- Póngase esto-. Ordeno.

-Ok, pero primero iré a ducharme, huelo muy mal-. Quiero ducharme ya me da asco mi piel.

Beatriz me entrega una toalla. La tomo. Bajo la mirada y observo que esta un vestido negro que solo es ajustado en la cintura. Es blanco, al lado de el esta un sujetador negro con su respectivas bragas negras.

-¿De dónde consiguió esto?-. Pregunto, eso no se parece a lo que suelo usar normalmente.

-¿Esto?-. Señalo. Yo asiento.- Esto se lo compró el señor Diamini-. Respondió.

-Y...¿Por qué?-. No entiendo, ¿Giacomo me compró ropa?.

-No lo sé, solo sé que él se lo compro-. Se retiro y cerro la puerta.

¿Desde cuando él me compra cosas para mi?. Me apresuro a ducharme. 

Ya estando desnuda en la regadera, siento el agua mojar todo mi cuerpo. Es muy temprano como para levantarme, si tengo que trabajar me despierto temprano. Tomo la barra de jabón, la paso por todo mi cuerpo. Con el agua quito los restos de jabón de mi cuerpo. Cierro la regadera, salgo de la ducha. Luego salgo del baño.

Con mi cabello mojado, tomo otra toalla para secarle, tengo envuelta la toalla en mi cuerpo, lo quito para secar otra partes de mi cuerpo que aun siguen mojadas.

Me coloco las bragas, luego unto mi piel con crema corporal. Me pongo el sujetador y por ultimo el vestido. Me miro en el espejo y el vestido me queda muy bien, es semi corto y se amolda a mis curvas (las cuales no tengo, porque soy flaca, pero con este vestido hace que se vean que tengo curvas), tiene buen gusto Giacomo o quien sea que lo haya comprado. Seco mi cabello con el secador y luego lo aliso con la plancha de cabello.

Tomo unas zapatillas negras y procedo a colocármelas en mis pies. Me da mucha flojera maquillarme, no lo quiero hacer, soy muy floja a la hora de maquillarme. No suelo maquillarme muy seguido, de hecho he ido a trabajar sin una gota de maquillaje. Pero, en este momento creo que por darme esta ropa, se supone que quiere verme maquillada.

Me maquillo de modo natural, tampoco es que voy a usar un maquillaje exagerado, no tengo que usarlo moderadamente. Tomo mi celular, no me ha llegado nada de nadie, parece que no soy importante para nadie.

Salgo de mi habitación, veo que esta allí Giacomo sentado, enfrente de él tiene su lapto. Tiene puesto una camisa blanca, no se que tiene abajo, sera unos jeans, pero no logro ver bien. Él esta sentado en el asiento más importante de la mesa. Él me mira colocándose su mano en su mentón. Pone esos ojos de galán egocéntrico, ¡Dios! Con una simple expresión el hombre se ve guapo.

$Vendida$Donde viven las historias. Descúbrelo ahora