Fiamma:
Bajando las escaleras, escucho voces que se están riendo a carcajadas. Voy al comedor y lo primero que veo es Giacomo y Cristina besándose, ella está sentada en sus piernas. Me siento del otro extremo del comedor, anonadada de lo que acabo de ver, mis ojos se llenan. Lo miro y él me ve mientras se besa con Cristina, detienen los besos.
-Buenos días Fiamma-. Saludó Giacomo. No le devolví el saludo
-Baby, no te moleste el saludarla no ves que ésta no tiene educación por ningún lado-. Se vuelven a besar.
Trato de no mirarlo y veo a los alrededores, pero es inevitable no verlos, también estoy intentado las ganas de llorar. Me levanto de la mesa y subo las escaleras, lloro.
Él sabe perfectamente que estoy enamorada de él y hace eso, es un idiota. Siento que era mejor enamorarme de Louis que de él, porque Louis yo sé que va a estar conmigo, en cambio, este puede estar conmigo, mañana con Cristina, luego con Natasha y después de eso con Taylor.
Nunca seré su prioridad, sé exactamente en lo que me metí o bueno, en lo que me metieron. Ahora tengo que buscar la manera de salir de este lugar, siempre lo digo, pero Giacomo hace algo y termino posponiendo.
Limpio mi rostro, inhalo y exhalo para controlar mi llanto, tomo fuerzas de voluntad y voy al comedor, mi estomago está gruñendo, tengo hambre. Salgo de la habitación, bajo las escaleras, veo y no esta ni Giacomo ni Cristina, voy a la cocina y caminando por el pasillo me encuentro con Giacomo, lo veo y volteo de inmediato, no sé si él me vio solo sé que me devolví por el mismo camino. Camino más rápido, voy por el comedor.
-¡Fiamma!-. Dice mi nombre. Corro, giro la cabeza y él está persiguiéndome, trato de correr aún más veloz, pero él de pronto, ya me tiene rodeada con sus brazos, yo estoy dándole la espalda, siento su respiración, está agitada por estar corriendo.
-¿Qué quieres?-. Pregunte, mientras me volteo para hablar con él.
-Nada, solo es para decirte que hoy estaré todo el día aquí con Cristina y Natasha, y quiero que te unas a nosotros-. Este maldito imbécil piensa mierdas, ¿Qué mierda tiene en la cabeza?
-¿Eso es lo que quieres?-. Asintió.- ¿Tu quieres hacer algún tipo de cuarteto o que demonios quieres?-. Lo empujo.
-¿Estas celosa?-. Preguntó con todo el cinismo y una sonrisa de sarcástico en sus labios. Mis ojos se llenan.
-¿Usted es un poco cruel?-. Dije con voz baja pero él si me escuchó porque de inmediato cambio su expresión.- ¿Usted piensa que yo estoy hecha de hierro? ¿Qué yo no tengo sentimientos?-. Se me salieron las lagrimas.- ¡Si estoy celosa! ¡Y si lo amo! Pero hay una diferencia entre usted y yo, que yo si tengo mis sentimientos claros y sé que es lo que siento, en cambio, usted, tiene que tener a cuatro mujeres en su vida para llenar ese vació que te dejó Elsa al irse-. Dije desafiante. Giacomo con su rostro dice que está hecho una furia.- Al menos yo tengo la valentía de decirle que lo amo y usted no la tienes, porque usted es un cobarde que no tiene las agallas de decir lo que siente y ¿Sabes qué? Eso es una de las características de los cobardes-. Giacomo me toma agresivamente por la cintura, me atrae a él. Me asusto, su respiración y su expresión lo dice todo.
-¿Quién te dijo a ti que yo soy un cobarde?-. Mierda, creo que me sobrepasé con lo que le dije.- Yo no soy ningún cobarde, yo sé lo que siento y en este momento siento que te ganaste un castigo por lo que acabas de decirme-. Me besa de la forma más salvaje que hace que mis labios duelan, me acorralo contra la pared, gimo por el dolor en mis labios. Él muerde mi labio, pero después nuestros besos bajaron de salavjismo a ser besos de ternura, besa mi cuello.
Pudimos haber llegado a tener sexo pero, nos interrumpieron.
-¿Señor?-. Lo llamaron. Nos detuvimos.
-Dime-. Giacomo se volteó. Veo por unos segundos y es un escolta.
-Señor, vino su amigo el señor Norman Higgins-. La voz del escolta es muy gruesa.
-De acuerdo, Theo, gracias por avisarme-. El escolta se retira, Giacomo vuelve su mirada a mi.- Esto no se queda así-. Me señala con el dedo, le doy una sonrisa.
-Espero que no me dejes con las ganas-. Estoy seduciendolo, le doy un beso corto.
Él se mordió el labio, me mira como si quisiera devorarme completamente, se acerca.
-Esto es raro-. Dijo irónicamente.
-Si, lo es, primero comenzamos peleando y ahora estamos bien-. Si estoy enamorada de él, pero no sé si él lo esta de mi.
-Bueno, quiero que me esperes en la piscina y que tenga puesta solamente tus panties, quiero que te vayas ahora mismo-. Me besa de nuevo. Nos alejamos, se me ocurre una gran idea para volver a llamar su atención. Le siseo, camino un poco lento, giro y veo que volteó Giacomo, subo la falda de mi vestido, le muestro mi trasero con mis panties. Él sonríe.- Eso es mío-. Dijo glorioso.
Caminando me encuentro con Beatriz.- Beatriz, necesito que por favor me envíes mi desayuno a la piscina-. Ordené.
-Si, señorita-. Ella se aleja, pero se devuelve.- Señorita...-. La miro.- ¿Su plan de escape? ¿Todavía siguen en pie?-. Pregunto.
-Si y esta es la primera fase-. Respondí. Ella solo asintió y se fue.
Voy a la piscina, miro hacia arriba para tratar de no llorar, sé que lo que hago es arriesgado, pero quiero ver a mi mamá, quiero saber como está. Estando aquí no he visto a Fabian, lo cual es extraño si se supone que él es su escolta.
Acercándome a las sillas de la piscina, me acuesto, cierro los ojos y como era de esperarse me interrumpieron, es Beatriz con el desayuno.
-Aquí tiene señorita-. Colo la comida en la mesa que está a mi lado.
-Gracias Beatriz-. Agradecí.
Se retira Beatriz, empiezo a comer, estoy sola en este momento, todo esta en absoluto silencio, viendo solamente el paisaje mientras disfruto mi desayuno. Termino de comer y veo hacia arriba al balcón, está Giacomo observándome mientras habla con alguien, otro hombre, pero este hombre en caucásico que también está viéndome, ese hombre me da una sonrisa y luego desaparece y veo a Giacomo, me quito los zapatos.
Tomo la falda de mi vestido y lentamente la subo, poniendo mi cuerpo en descubierto, su ojos están encima de mi. Me libero de mi vestido, me toco sensualmente todo mi cuerpo.
-Tu cuerpo es muy hermoso e irresistible-. Se muerde el labio.
-¿Lo quieres?-. Le pregunto.
-Si lo quiero y lo anhelo-. Con su voz me dice que me devorar por completo.
-Entonces, ven a buscarlo-. Cuando le dije eso él desapareció corriendo del balcón. Por arte de magia Giacomo está acercándose a mi, me toma y me besa, yo le quito su chaqueta, porque siempre él está vestido de traje, le quito su corbata luego desabotono su camisa.
Bajo mis manos, le quito el cinturón, las manos de Giacomo se apoderan de mi trasero, él va bajando poco a poco mis panties, meto mi mano por debajo de sus boxers y toco su miembro, lo acaricio, él muerde mi labio, detengo los besos.
-Entremos a la piscina-. Le dije. Giacomo se quita sus zapatos y calcetines, luego su pantalón.
-De acuerdo-. Él me carga por el trasero, camina, bajamos por las escaleras de la piscina, nos besamos, mi espalda toca la orilla de la piscina, Giacomo baja mis piernas, él me voltea quedo frente de la orilla de la piscina. Giacomo me embiste por detrás.
Gimo, él me toma por el cuello, besa mi cuello, me inclino, apoyando mi pecho en la orilla, recuesto mi cabeza, la manos de él acarician mi espalda. Hasta que...
-¿Señor?-. Escucho que lo llaman, pero esa voz se me hace conocida, nos detenemos.
-Dime Fabian-. De inmediato cuando oí ese nombre, levanté mi rostro, y es ¿Mi hermano? ¿Fabian? Su rostro dice todo, él está en shock total, claro, acaba de ver a su hermana menor teniendo sexo anal con su jefe, ¿Cómo cree que va a estar? ¿Feliz? No lo creo.
Mis ojos se llenan, trato de oculta mi desnudez, mi hermano está aquí, no siento felicidad sino rencor y mucha rabia....
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$Vendida$
RomanceFiamma Bellamy es una chica de 17 años, saliendo de la secundaria, su familia esta con problemas muy graves económicos. Su madre Florencia Bellamy tiene cáncer de seno en etapa 2, ellos no tienen para costear esos tratamientos. El hermano mayor de F...