Fiamma:
6:00 pm
Me quito mi vestido, estoy en ropa interior, llegué una conclusión que la única forma de escapar de aquí es que yo haga lo que él quiera, solo así él me tendrá más confianza y podré usar eso a mi favor. Están tocando la puerta y luego la abren, es Giacomo.
-Fiamma, perdóname, de verdad...-. Yo me acerco a él.- Fiamma ¿Por qué estas en ropa interior?-. Preguntó.
-Porque quiero que tu compartas tu fetiches conmigo-. Cuando me escucho decir eso, me da una vergüenza saber que eso salió de mi boca.
-Fiamma, estoy hablando muy serio, es que cuando te vi que estabas...-. No puede decirme.- ¿Tu quieres que yo lo haga ahora mismo?-. Está incrédulo.
-Hazlo-. Accedí, Giacomo se sentó en el sofá rojo.
-Ven-. Ordenó, voy caminando.- No, quiero que te acerques pero gateando-. Volvió a ordenarme. Lo hice, gateé como si fuera un bebé, llegué hasta él, me inclino en su regazo, mis brazos se recuestan de en sus brazos y mis manos están en el sofá, bajo mi cabeza y él simplemente la acaricia., sus manos bajan por mi cervical, hasta llegar a la parte trasera de mi brassier quita el sujetador, ayudo a liberarme de él.- Levántate-. Lo hice, me puse de pies, entre sus piernas flexionada, besa mi abdomen, pasa su lengua en el. Me libera de mis panties, va depositando besos en mis caderas, se levanta, y nos besamos.
Entre besos y acaricias vamos caminando, mis manos juegan con su cabello, él baja mis brazos y no detenemos los besos.- Necesito que te acueste boca abajo ¿De acuerdo?-. Giacomo está congelado, por un momento no se mueve. Me pregunto lo que él quiere hacer, cuan tan lejos quiere que las cosas vayan, la ansiedad pasa por su cara y desaparece, el miedo comienza a gotear a través de mi.
Giacomo me detalla fijamente, siempre lo hace cuando vamos a tener relaciones, es como si le fascinara mi cuerpo, mirando su rostros, su barba, sus ojos negros del deseo y su labios que están tornándose en rosado, admito que tengo miedo, no sé si es puedo hacer esto, pero quiero hacerlo ya que si no hago que tenga confianza en mi no lograré escapar de aquí y pasa que yo estoy sintiendo algo por él, me quiero ir porque me siento que estoy presa y no me quiero ir por sentir algo por Giacomo, yo quiero ser todo lo que él necesita.
-¿Estas segura qué quieres hacer esto?-. Pregunta. Mi garganta en estos momentos está tan estrecha que apenas puedo tragar, asiento con la cabeza. Giacomo me mira de una lado hacia otro y pasa su mano por su cabello, suspira, como si él esperara que yo dijera que no. Se queda ahí mirándome perdido en sus pensamientos. Empujó mis codos.
Sus ojos se traban con los míos, yo quiero ser la única que él necesite.
-Entonces, quiero ser la única que te lo de ¿Funcionará?-. Pregunté, lo qué pasó creo que eso fue como una introducción, como una bienvenida a su lado oscuro, quiero saber de lo que es capaz de hacer conmigo.
-Quizás, no hay vuelta atrás, Fiamma, una vez que empezamos...-. Lo corté.
-No me estoy alejando-. Giacomo me toma tan fuerte que mi cuerpo está muy pegado al de él, es como sino quisiera que me vaya o me separé de él, se detiene.
-Ríndete-. Hago lo que dice, Giacomo agarra mis tobillos y tira de mi hacia atrás al borde de la cama tanto que mis rodillas tocan el suelo. Él extiende mis tobillos y los amarra cada uno a la pata de la cama. Trato de no pensar en ello, pero el pánico se está formando dentro de mi. La otra correa es peor, Giacomo se inclina con fuerza sobre mi espalda golpeando el aire de mis pulmones mientras ata mis muñecas. En cuestión de segundos, estoy amarrada de la cama boca abajo, y no puedo moverme. Mi corazón late más rápido, no puedo controlar esto, pero lo intento, tomo una respiración lenta y la suelto.
Giacomo pone una cámara de vídeo en la cómoda, la enciende y la luz roja parpadea, diciéndome que está grabando. No me gusta esto, en cambio, me estoy asustando más.
-¿Qué estas haciendo?-. Pregunte.
-Vas a verlo más tarde-. Respondió. Me rió como si fuera la cosa más ridícula que he escuchado.
-No, no lo haré-. Negué.
-Lo harás, me rogarás por verla-. La mirada de Giacomo es intensa y oscura, el miedo está aplastándome.
Mi voz tiembla.- No lo haré-. Él sonríe y se sienta al lado de mi cabeza.
-Última oportunidad, Fiamma-. Trato de mirarlo, trato de alzar mi rostro, pero no me puedo mover.
-No me estoy alejando, Giacomo-. Él toca mi mejilla suavemente.
-Muy bien, te veré después de que esto termine-. Giacomo saca una venda para ojos. Mi corazón estalla en mi pecho cuando lo ata sobre mis ojos y el mundo se queda negro. Siento que se levanta, oigo su voz, pero el sonido es lejano. Mi pulso golpea más duro, me pregunto cuánto tiempo permaneceré en esta posición. Su voz está cerca, cuando finalmente la registro.- Abre la boca-. Lo hago, no segura de que esperar. Los nervios revolotean a través de mi estomago, haciendo que me maree, mi mente está gritándome de que no es bueno lo que va a acontecer, trato de ignorarlo, pero siento que el miedo está abrazando mi piel, no hay forma de olvidar de que estoy atada. Respiro por mi boca cuando siento deslizarse algo frió por mi cara, hasta llegar a mi boca, es algo redondo y como metal o hierro no se que es. Giacomo lo amarra con fuerza, esa cosa redonda hace que como si no hubiera aire, como si no pudiera respirar.
El pánico surge a través de mi, más fuerte esta vez, mentalmente, sé que puedo respirar, pero siento como que no. Mis muñecas se contraen, haciendo que las correas tiren con más fuerza, Giacomo tomó todos mis miedos y los enrolló juntos, no puedo calmarme, la ansiedad corre por todas mis venas.
La voz de Giacomo viene detrás de mi, dice algo que no puedo entender cuando siento su aliento sobre mi trasero, sus manos ahuecan mi trasero y apretando mi piel suave antes de presionar sus caderas contra mi trasero.
El miedo me está estrangulando, trato de parar, trato de relajarme, odio estar confinada, el rugido en mis oídos lo hace mucho peor, ¡Estás atrapada! Las palabras se repiten en mi cabeza. Las palabras suenan huecas en mi mente cuando intento en enfocarme en el tacto de Giacomo, están a los lados de mis caderas, él debe estar arrodillado junto a mi, porque puedo sentir la textura de su pantalón tocar mis piernas. Gano el control de mi respiración, el pánico cede.
Algo frío toca la parte baja de mi espalda y me estremezco, Giacomo lo arrastra por encima de mis nalgas, raspando mi piel suavemente. Es fuerte, pero no me corta. La amenaza está ahí, el hecho de que estoy a su merced no se merced, pero de alguna manera me ofrecí a ser atada a la cama y dejar que él me haga esto.
El metal clava en mi piel y se va.- Respira-. Ordena, su mano está en mi espalda, esperando que lo haga, lentamente inhalo y dejo que el aire llene mis pulmones, dejo escapar el aire lentamente y lo hago de nuevo.- Buena chica-. Dice Giacomo, acaricia mi espalda.
Por un momento, siento que enloquezco pensando en que Giacomo me ha dejado atada en la cama sola, pero luego siento su mano en mi pierna, él desliza su mano sobre mi piel desnuda y órbita sus pulgares alrededor de mis muslos en la parte posterior. Estoy tan tensa que no sé lo que quiero, debí haber preguntado cuánto tiempo esto duraría. Pensé que podía lograrlo, pero ahora no estoy segura de eso. Apenas puedo respirar, mi lengua empuja la bola que está en mi boca, tratando de hacer más espacio para que el aire entre. Palmas calientes bajan por mi zona "V" de mis piernas, al principio puedo sentir el tacto de Giacomo, mis caderas se mueven de un lado a otros, pero no caigo. Todavía estoy boca abajo y mi desnudez está expuesta.
No tengo ni la más mínima idea de lo que ocurrirá a continuación, pero de repente todo da un giro. La mano de Giacomo aterriza duro en mi trasero, escociendo mi piel. El golpe inesperado me hace gritar en la mordaza, mis manos se vuelven puños y no puedo moverme, antes de que tenga tiempo para pensar, el codo de Giacomo está en mi espalda, el aire es forzado fuera de mis pulmones, al mismo tiempo que muerde mis nalgas. Cada mordida es más fuerte que la anterior, siento que mi cara en la comisuras de mis labios está adormeciéndolos, trato de gritar pero simplemente no puedo, consigo solo hacer gemidos de auxilios.
Es la peor cosa que me ha hecho Giacomo, no siquiera puedo ni gritar, ni pedir auxilio. Estúpida Fiamma, ¡¿Por qué tuviste que ceder?!
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$Vendida$
RomanceFiamma Bellamy es una chica de 17 años, saliendo de la secundaria, su familia esta con problemas muy graves económicos. Su madre Florencia Bellamy tiene cáncer de seno en etapa 2, ellos no tienen para costear esos tratamientos. El hermano mayor de F...