Me reí una vez más y traté de no ahogarme mientras le daba un sorbo a mi bebida.
Los chicos no habían parado de hablar de cosas chistosas y bailar de formas raras cada vez que sonaba una canción que les gustaba.
Me mordi los labios y le pasé la jarra a Dam que me la había pedido.
Negué con la cabeza -Cállate un poco, Facu. Está mintiendo- como siempre estaba contando una anécdota nuestra y me estaba haciendo quedar mal.
-Te caiste, Inoa. No lo niegues- me señaló.
Ariel me abrazó y yo no entendí mucho lo que pasaba -¡Feliz cumpleaños!- apoyé mis manos en su espalda mientras esperaba que termine de darme su amor.
Me reí -Gracias, baby-
Pequeño detalle. Era mi cumpleaños y yo ni siquiera me había acordado.
-No me di cuenta que eran más de las 12- me volví a reír porque yo ni me había dado cuenta.
-¡Feliz cumple!- Damián sacó a Ariel y me abrazó -Te quiero- casi me derrito en sus brazos. Que buen amigo había conseguido.
-Gracias, Dami. De verdad-
El resto de los chicos me abrazó y me tiró de las orejas.
-La pequeña- Facu me empujó y le sonreí.
No podía haber empezado de mejor forma el día.
-Bueno- dije mirandolos a todos -¿Quién va a hacer los honores con el primer porrito?-
Se rieron y fue Facu quien me pasó un porro y yo sin negarlo lo puse en mis labios.
-¡Espera!- gritó exaltado buscando el encendedor, cuando lo encontró no me dejó agarrarlo y él quiso prender el cigarro en mis labios -¡Que los cumplas feliz!- empezó a cantar cuando el fuego tocó el papel.
Me reí, otra vez, cuando los chicos empezaron a cantar con él. La gente que estaba al rededor nuestro no entendía nada, algunos aplaudian, otros se reían y otros nos miraban como si fueramos los más raros del lugar.
Marcos apareció de algún lado y gritó -¡Pedí tres deseos!-
Cerré los ojos unos segundos, todavía con el humo en la garganta y cuando pedí mis tres desesos los volví a abrir y largue el humo.
-Ahora callense y dejen de hacerme pasar vergüenza-
Marcos, que había desaparecido hace un par de horas atrás se acercó a saludarme y me abrazó -Feliz cumple, niña-
-Gracias, markitos-
Mi celular vibró en el bolsillo de la campera y en la pantalla brilló el nombre de mi hermano. Atendí pero me di cuenta que ninguno de los dos nos íbamos a escuchar con el ruido de acá dentro.
-¡Espera, Lio!- hablé lo más fuerte que pude. Miré a Marcos que estaba hablando con no sé quien -¿Donde hay un lugar más tranquilo?- me acerqué a su oido.
Señaló detrás de nosotros -Ahí está el patio-
Había gritado que en un rato volvía pero no estaba segura si alguno de mis amigos me había prestado la atención suficiente como para haber escuchado.
-Hola, Lio. Ya está- hablé más tranquila y con un tono de voz razonable cuando llegué al patio.
-¡Feliz cumple!- gritó y se escucharon otras voces de fondo -Los chicos te saludan también-
-Gracias- me acerqué a un banco y me senté. En esta parte de la casa no había tanta gente -¿Todo bien?-
-Sí. Te estuve llamando desde las 12-
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RED EYES 2 / Mauro Lombardo, Duki.
Teen FictionBusca la primer parte para poder leer la segunda.