RED EYES 2 / Mauro Lombardo, Duki.

14. "¿Vos sos?"

La música estaba demasiado alta pero a esta altura no me importaba, mucho menos si tenía a Mauro sosteniendome y evitando que me empujen.

Me dio un beso húmedo entre el cuello y el hombro y le sonreí.

-Vamos para allá- habló pegado a mi oreja y yo lo miré señalar detrás de él -No sé qué quiere Alejo-

Mauro tiró de mi mano y me arrastró antes de siquiera esperar respuesta.
De todas formas le iba a decir que sí, había fumado bastante marihuana como para quedarme sola y sin él a mi lado.

Mi hombro chocó contra el de alguien y mi mano se soltó del agarre de Mauro por el impacto. Cuando miré el cuerpo con el que había chocado toda la intoxicación que tenía se había desvanecido en cuestión de segundos.

-Hola, Noa- me sonrió. Una sonrisa totalmente falsa y exagerada se pintaba en sus labios.

Traté de sonreír pero estaba segura que me había salido una mueca rara en su lugar.

-¿Todo bien?- grité tratando de sobrepasar el volumen de la música.

Quiso apoyar su mano en mi cintura pero Mauro fue más rápido y su mano apretó mi costado contra el de él.

Los ojos de Camila volaron a la presión que ejercían los dedos del chico contra mi piel.

-¿Todo bien?- la pregunta de Mauro iba más dirigida a mi que tratar de sociabilizar.

Hice un mejor esfuerzo en sonreír y asentí en su dirección.

-¿No nos presentas?- quiso llamar un poco más la atención la chica frente a nosotros.

-Mauro, ella es Camila- mis ojos quemaron contra su cara -Una conocida-

Mauro asintió en su dirección.

Ella estiró su mano hacia él para un apretón.

-¿Y vos sos?- preguntó soberbia.

Levanté mi ceja y cuando Mauro no le dio la mano quise darle unas palmaditas en la espalda y decirle ese es mi chico.

-El novio- habló totalmente seguro de sí mismo.

Los dos habíamos llegado a un acuerdo de no catalogarnos todavía y sólo disfrutar la compañía del otro por el momento, pero no iba a negar que estaba totalmente contenta con su respuesta.

Camila asintió en nuestra dirección.

-¿El novio?- preguntó haciéndose la graciosa.

-Sí- le sonreí y volví a hablar -Nos tenemos que ir con nuestros amigos. Me alegro de verte bien- en realidad me daba igual cómo estaba.

Mauro tiró de mi hasta que estuvimos en una zona mucho más tranquila del VIP.

Me enfrentó y podía ver que estaba un poco enojado.

-Ahora decime la verdad- a pesar del enojo no me soltó.

-Después que pasó lo nuestro, salí y conocí a esa chica- quería dejar la conversación ahí pero no me parecía justo mentirle a Mauro -Nos conocimos- quise tratar de que entienda sin decir nada más.

Frunció el ceño -Para- levantó una de sus manos -¿Anduviste con esa piba?-

Giré los ojos -No anduve. Estuve con ella dos o tres veces hasta que me di cuenta que era insoportable-

Esta vez la sororidad se me había escapado.

Él seguía tratando de entender mis palabras y todo lo que estaba pasando.