23. "Duko"

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Noa POV.

-Tengo que buscar unas cosas de la casa de Duko- dije con la vista al frente mientras pasaba el cambio.

-Dale, no hay drama-

Apreté el volante un poco incómoda. Mauro, mi primo, estaba sentado a mi lado en el auto y yo esperaba que las cosas estén tranquilas entre él y mi pareja.

Habían aclarado sus diferencias pero todavía se sentía un poco raro y yo necesitaba que esto funcione. No podía elegir entre Mauro y mi familia.

Lit no dijo nada el resto del viaje y lo agradecí.

-¿Queres acompañarme o esperas acá?- puse el freno de mano y empecé a agarrar mis cosas mientras esperaba su respuesta.

Sin contestarme bajó del auto y giré los ojos. Odiaba que no me contesten.

Cuando estuvimos en la puerta llamé a Mauro para que me abra y por el tono con el que me contesto me esperaba la bienvenida de siempre.

-Por esto es más fácil que te lleves una llave, Inoa- fue lo primero que dijo cuando vi su cara del otro lado.

-No quiero la llave de tu casa- le toqué el pecho con el índice cuando estuve frente a él, que estaba a un costado cediendonos el paso y sosteniendo la puerta.

Giró los ojos y yo me acerqué a darle un pico. Después de que me haya devuelto el beso me corrí un poco avergonzada dejando pasar a Mauro.

Contuve el aire hasta que se saludaron como lo habían hecho antes de su pelea, como si esta no hubiera pasado nunca. Hombres.

-No sé si me gusta mucho verte dándole besos a mi prima-

Empujé a Lit para que empiece a caminar.

-Callate- dijimos al unísono con Mauro.

Cruzamos el pequeño patio interno de la no tan nueva casa de Mauro. La cual había comprado y no había podido disfrutar tanto como quisiera.

-A mi no me gusta que vos y Duko se comploten para cargarme y no digo nada- Lit se tiró en el sillón a mirar la pantalla de su teléfono y Mauro levantó una ceja cuando escuchó su apodo salir de mis labios, le saqué la lengua en respuesta.

-Voy a buscar lo que necesito- avisé dejando al par en el living. Esperaba que no se maten.

En mi camino escaleras arriba también pensé en lo raro que era decirle a Mauro por sus apodos, pero cuando estábamos con Lit no sabía de que otra forma diferenciar a quien llamaba. Me estaba costando llamarlo de esas formas y hasta parecía demasiado forzado.

A Mauro tampoco le gustaba que le diga por sus apodos.

Cuando llegué a la habitación que quería empujé un poco la puerta y fui directo a un rincón donde había dejado un bolso con materiales el fin de semana.
A veces me traía cosas por si me inspiraba o tenía que terminar algún trabajo, con Mauro era difícil lo último porque me distraía.

Esta habitación era mi favorita de toda la casa, el sol entraba directo por los ventanales, no era necesaria una luz artificial hasta que se hacía de noche. Arrodillada en el piso y con las manos dentro del bolso me distraje mirando por la ventana el sol de las cuatro de la tarde.

Suspire un poco recordando que tenía que terminar un trabajo y volví a mi búsqueda. Me gustaba mucho la pieza que estaba haciendo pero era difícil desperdiciar los fines de semana.

Escuché pasos detrás de mi y cuando miré sobre mi hombro estaba Mauro apoyado en el picaporte de la puerta.

-¿No te vas a quedar?- podía adivinar su tono en cualquier circunstancia.

RED EYES 2 / Mauro Lombardo, Duki.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora