Prisoner of your Love

CAPITULO 0

Aun recuerdo cuando lo conocí, todo un caballero y un héroe, pero no todo es como lo pintan y por supuesto menos el.

Natahaniel Vólkov , un vampiro Ruso que robo mi corazón con cada bello gesto que dedicaba a mi persona.

Todo comenzó en las afueras de la Plaza Roja, en los años 1620, en ese entonces yo era un simple aprendiz de bruja, aunque la hechicería en ese tiempo estaba prohibida yo la practicaba en secreto y solo muy pocas personas de mi estricta confianza lo sabían.

Lo recuerdo como si lo hubiera vivido ayer, sus ojos verdes capturaron toda mi atención robándome un suspiro, mi maestra Sara Stepanov  al verlo me llamo la atención, según ella ningún ser sobrenatural debía saber que somos brujas ya que estos no usaban a su mera conveniencia, pero como solo era una estúpida adolescente con sus hormonas hasta el limite, por obvias razones no le hice caso, un muy GRAVE error.

El me salvo de un hombre que quería abusar de mi, Nathaniel me defendió hasta matar aquel hombre, no sentía lastima por el ya que para mi juicio no debería ni siquiera de existir y cuando esos ojos verdes captaron de nuevo mi atención, mi mundo dio un giro de 360 grados, su ceño fruncido y su boca de la cual se podía observar los colmillos filosos salir un poco junto con una fina linea de sangre, el era mi HÉROE y mi primer amor.

Nathaniel me cautivo poco a poco, lo amaba desde lo mas profundo de mi corazón, deseaba tanto estar a su lado, que no me importo huir con el para que nuestro amor  existiera durante décadas, lo amaba tanto que al saber la verdad me destrozo.

Me destrozo y no solo eso si no también que con el paso de los años me maltrataba de todas las formas posibles tanto física como mentales, ahora 328 años después me doy cuenta que si hubiera hecho caso a Sara o si por lo menos hubiera seguido a mi instinto, no estaría encadenada en este oscuro y asqueroso calabozo que Nathaniel construyo para mi, ya que mi olor a bruja lo mantenía a salvo de los lobos que habitaban cerca del área, pero como Sara decía el ''hubiera'' no existe.