PROMISE

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|Don't forget to smile today|

Tenía unas náuseas espantosas, los ojos hinchados, dolor de cabeza y ganas de que este día no hubiera llegado tan pronto.

Estaba recostada en el sofá del dormitorio, con una manta envuelta en mi cuerpo y un vaso de agua con hielos en la mano. Veía como los estilistas sacaban todo su material para arreglarnos a Estefania y a mi.

La puerta del dormitorio se abrió.
Detrás de ella Alicia entraba acompañada de un repartidor. -Laia. -Gritó. -Te buscan.

El repartidor traía en sus brazos un ramo de rosas y una caja de regalo.

Los tres estilistas y Estefania ovacionaron los regalos.

-No quiero nada. -Respondí de mal modo y escondí mi cabeza en la cobija. Escuché como Estefania recibía el paquete.

No era muy difícil entender lo mal que estaba: ni mis padres, ni mi tutor, ni mi mejor amigo estarían a mi lado en el día mas importante para mí. Nunca me había dolido tanto la soledad como en ese momento.

-¿Por qué no querías recibirlo? -Cuestionó Estefania interrumpiendo mi doloroso silencio.

-No me importa que me manden algo si no estarán aquí presentes. -Respondí con voz entrecortada.

-Ni siquiera sabes quién lo mandó. -Respondió fastidiada.

-Tampoco me interesa. -Respondí cabreada.

-Pues voy a revisar la tarjeta. -Informó Estefania.

-¡Puedes hacer lo que quieras! -Chillé.

-"Don't forget to smile today... -La interrumpí.

-Puedes guardar silencio ya. -Me levanté del sofá, no era necesario leer el remitente. Con eso era suficiente saber de quién venía. Giovani.

Abrí la caja de regalo, dentro de ella venía un oso de peluche y una playera de la Selección con su dorsal, además, otra tarjeta donde ponía: "Promise?". Sonreí y un par de lágrima salieron sin permiso. Él definitivamente sabía reparar mis días malos.

Los estilistas hicieron su magia. Nos ayudaron a vestirnos y en poco más de tres horas por fin estábamos listas.
Ni siquiera estaba de humor para que alguien dijera algo sobre cómo me veía, así que traté de evitarlo a toda costa.

Mientras esperábamos a la mamá de Estefania un mensaje me llegó:

"Vamos retrasados. Te veo en el salón de actos." -Giovani.

¡Genial! Llegaría sola al salón. Suspiré.

Después de unos minutos fui yo quien torpemente, por los nervios, llegó al salón de actos del colegio.

Él ya estaba ahí. Acompañado de Guardado.
No podía pensar en nada, solo en el dolor de mi estómago y en que las piernas ni el vestido me fallaran y pudiera caminar bien.

Con las manos temblorosas y risas nerviosas, bajé del auto y me dirigí hacia a él.

Tomé aire antes de hablarle pero Andrés me facilitó el trabajo y lo hizo por mí.

-¡Laia! -Saludó Gio.

Traté de sonreír. Sin decir nada solo dejé un beso en su mejilla y  otro en la de Andrés. Regresé la mirada hacia a Gio, él la mantenía en mí con su bonita sonrisa y yo sentí que mis mejillas ardían.

-Entraré. -Informó Andrés, rompiendo el silencio incómodo.

Los dos asentimos y mis piernas comenzaron a temblar más de lo normal. -Te ves muy bonita. -Susurró y me dedicó una sonrisa.

ÁNGEL DEL DESTINO | Giovani dos Santos |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora