Laia Ferrer

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Desperté con un dolor intenso de cabeza, cada parte de mi cuerpo, de mi piel y mi vida dolía, como aquello que no sabes dónde, pero justo ahí lastima.

Ayer Anne había hecho de mi la persona más vulnerable y humillada de todo el colegio. En mi cabeza aún resuenan los gritos, golpes y burlas de todos a mí al rededor.

Estaba casi por graduarme como periodista, a mis 21 años había descubierto todo tipo de dolor, incluso aquel que parecía insuperable, por ello, rendirme en este punto ya no era una opción, aunque a veces quisiera.

Escuché la voz chillante de Anne pidiendo que saliera de la ducha para que ella pudiera entrar.

Tomé mi uniforme y me vestí rápidamente para dejarle el espacio y evitar una humillación más.

Rió falsamente. -Te recuerdo que has olvidado cubrir tus piernas. -Mencionó para después entrar al servicio.

Saqué aire y sin responder bajé hacia mi cama. Maquillé mis piernas con cautela, pued la falda corta del uniforme dejaba algunas lesiones al descubierto.

En el dormitorio también se encontraba Estefania. Una niña increíble, inteligente, divertida, noble y bonita, quien juró ser mi mejor amiga pero terminó no solo alejándose de mi, sino también burlándose.

Estar ahí era difícil cuando se trataba de mi.

Bajé a la biblioteca para leer un poco sobre las últimas noticias de fútbol, pies aunque sabía todo, esta mañana habría una conferencia de prensa con el personal de la Federación Mexicana de Fútbol (Femexfut).

-Sabía que estarías aquí. -Pronunció Dave sentándose a lado de mi.
Él era mi amigo desde la infancia, pero un tiempo dejó de vivir en la Ciudad, después de varios años nos reencontramos en el mismo colegio y desde entonces somos inseparables. -¿Ya desayunaste? -Cuestionó mientras tomaba mi mano.

Negué. -No tengo hambre. -Traté de sonreírle.

-¿Estás lista para la conferencia? -Su mirada se encontró con la mía y yo podría jurar que eran los ojos negros más lindos que había visto.

Asentí. -Desde siempre.

-Nos vemos allá, pequeña. -Besó mi frente y salió del lugar.

Dave era para mi la única persona en el mundo que valía la pena. Muchas veces llegué a confundir mis sentimientos hacia a él, creyendo que entre nosotros podría pasar más que una amistad, pero no, él nunca se fijaría en alguien tan fea y dañada como yo, además, siempre me había visto como su hermana pequeña y no pensaba deshacer ese vínculo, porque era lo único que tenía, pues mis papás habían decidido olvidarse de mi cuando se enteraron que tenía problemas relacionados a la salud mental y eso para ellos, no existía, así que se resignaron a estar lejos de mí y de todo lo soy.

El prestigiado colegio Elite Way School me había becado al 100 % y el señor Puente, papá de Anne y un empresario multimillonario se había comprometido a ser mi tutor durante los próximos tres años luego de que su hija casi fue expulsada por provocar que mis compañeros me golpearan.

Claro que también quería saber lo que era una familia, tener un hogar y encontrar a alguien con quien poder llorar, pero me tocó forjar un camino en solitario, entre el miedo y el silencio, pero siempre tratando de llegar hacia un mismo destino.

ÁNGEL DEL DESTINO | Giovani dos Santos |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora