5. Tobbías, el rey de los Idiotas.

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— ¿Quiere explicarme qué es esto y porqué está en su celular? —pregunto con seriedad el director, mientras miraba el celular con el ceño fruncido. Barbara no sabía cómo responder sin ser sarcástica al respecto.

—Eso es, uhm... ¿un error? —empezó ella, cuidando sus palabras. —Lo que pasa es que, mi... uhm... el hijo de los mejores amigos de mis padres solo vive para molestarme y me mando esta foto.

— ¿De casualidad sus padres son Priscilla y Diego Parker, señorita? —pregunto con un tono de voz que Barbara juro chillón.

—Sí.

Vio al hombre sonreír hasta dónde sus comisuras lo dejaban y vio en sus ojos el destello de luz como si le dijeran a un niño que la magia existe. Y Barbara lo supo.

No estaba en problemas.

Ese sujeto lo estaba.

—Bueno, les he dicho a mis padres que esta escuela es maravillosa, y que me estoy esforzando por sacar un buen título aquí —empezó, ante la falta de palabras del hombre. — Pero ellos piensan que yo soy una mala persona. Y todo es culpa de Tobías. —suspiro, dejando que su mirada pareciera perdida cuando en realidad miraba las boronas de lo que había sido una dona en el escritorio. —Como siempre, voy a salir perjudicada y me sacarán de probablemente, la mejor escuela que he pisado.

El sujeto, elevado en el cielo por las palabras, jadeo y negó con la cabeza cuando Barbara termino su actuación. No dijo nada más, se quedó esperando a ver y escuchar como otro estúpido caía en sus manos como un mosquito por la luz.

—No, señorita Parker... verá yo fui el compañero de sus padres en la universidad y e-eh... tu eres básicamente mi sobrina. Y correr a tu familia no es correcto, ¿verdad?

Antes de que pudiera reír, Barbara negó efusivamente con su cabeza.

—Claro que no, pero usted debe de conocer como son ellos, ¿no es verdad? Si se enteran de esto, ellos...

—No, no, no Barbara. Tus padres no se enterarán, ¡te lo juro! —sonrió el director. —Si eres tan pillina como tu padre. —se carcajeo, y segundos después Barbara fingió reírse junto a él. —Puedes irte, anda... en cinco minutos es el receso.

Barbara le agradeció con una sonrisa, tomo su celular y su bolso para encaminarse a su habitación pero antes de atravesar la puerta, el director la interrumpió.

—Señorita Parker, sería un honor si saluda a sus padres de mi parte y sería increíble que mencionarán en algún medio que usted está estudiando aquí.

Con la pura intención de irse, Barbara le sonrió lo más amable que pudo.

—Estoy segura que les encantará escuchar de usted.

Y se retiró del lugar antes de que la detuviera de nuevo. Se encamino a su habitación y aprovecho para mirar de nuevo el mensaje que le había enviado Tobías. ¡El completo estúpido había hecho eso en su cama! Estaba a punto de marcarle para desquitar toda su rabia en cuanto entro a su habitación, hasta que encontró a Gracie y Faith y ahí, así que colgó.

— ¿Qué diablos? —empezó Gracie con una risa acompañada. —La monja estaba hecha una furia, te fuiste y comenzó a darnos un sermón del sexo y prácticamente a rezar el padre nuestro. —comenzó a reírse aún más fuerte, como recordando algo. —Te aseguro que ella nunca lo ha hecho, pobrecita.

Barbara solo rodo los ojos, aún con el coraje corriendo en sus venas.

—De todas formas, ¿qué estabas viendo? ¿Porno junto a David Guetta y sus canciones pasadas de moda? —esta vez se burló Faith al mismo tiempo que le quitaba el celular de sus manos.

—No lo puedo creer —se río de nuevo. — ¿por esto te envió a dirección?

Si estaba un poco más calmada, todo se fue a la basura cuando Faith le recordó la foto.

— ¿Quién es la chica? —Pregunto Faith, y luego le hizo zoom a la foto, —Bueno... ¿quién es el chico? —pregunto con voz coqueta. Gracie se acercó al celular.

—Oh, el chico... —Gracie hizo la misma voz, pero mordiéndose el labio.

—El chico se llama Tobías y es el rey de idotaland.

Las hermanas se miraron al mismo tiempo y soltaron una sonora carcajada al mismo tiempo.

—Y tú la reina, si te sigues comportando como una niña de papi y usas frases como: "idiotaland" —le dijo Gracie riendo.

¿Y ella que se creía para hablarle así a Barbara Parker?

— ¿Qué mierda, Gracie? Yo puedo hacer lo que quiera con mi vida y usar las palabras que se me den la gana. —grito instantáneamente a la defensiva.

—Sí, Barbara... tu puedes hacer lo que quieras —dijo con obviedad, y usando un tono como si le hablara a una niña pequeña. —El caso es que por eso tu madre te tiene desconfianza y eres un, uhmmm, sin ofender...un cliché. —explico de buena manera. —Y antes de que digas algo, te voy a explicar: ¡eres tan predecible!

—Explícate. —pidió Barbie con cierta curiosidad y molestia en su voz.

Y Gracie suspiro.

—Ya sé que tienes todo y tú actitud es la típica de una niña cómo tú. Pero deberías fingir no ser tan perra para ser otro nivel de perra. Quiero decir, todos sabemos que eres manipuladora y puedes conseguir lo que quieras, pero deberías disimularlo y hacerte la niña buena para distraer.

— ¿Por qué haría eso?

—Porque, a como nos cuentas las cosas, solo hay dos personas que no caen en tus redes, y son nada más y nada menos que él caliente de Tobías y tu madre. Es porque te conocen y van un paso adelante.

—Gracie tiene razón. —concordó Faith. —Si finges ser otra, cualquier error pasaría por alto.

Gracie asintió.

— ¿Sabes? Tu simplemente deberías llegar y hacer como que cambiaste y maduraste como en las mierdas de películas románticas. —sugirió Faith. —Tendrías a tus padres a tus pies y así ganarías todo lo que quieres.

Barbara se tomó su tiempo pensando lo que las no-gemelas sugerían. Eso tenía más que sentido, si llegaba siendo la hija perfecta sus padres dejarían de tenerle lastima a Tobías y toda la atención volvería a ella.

— ¿Qué dices, quieres que te ayudemos a fingir? —la animo Gracie.

Entonces, por primera vez en el tiempo que había llegado al infierno, sonrió honestamente.

Tobías Hayes, olvídate de ser el centro de atención.

¿Comprometidos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora