La vida en las manadas no son fáciles, y eso lo puede demostrar Yuuri Katsuki quien al ver arruinada su vida vuelve a tener un comienzo de esta, sin embargo, con la persona equivocada.
Yuuri buscará la verdad en aquellos ojos color lila y el amor e...
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"New life"
Pasaron horas desde que papá lobo y los hermanos de Otabek habían perdido la vida. Me encontraba acostado boca abajo en el lomo de mamá lobo, mientras veía la nieve caer delante mis ojos, una lagrimas comenzaron a recorrer mis mejillas mientras caían en el suave pelaje de mamá Lobo, mire a Otabek y mordiendo mi labio mi corazón se partió en dos, habían perdido a su familia por culpa de aquellos lobos malos y posiblemente por culpa mía. Enterré mi rostro en el pelaje negro de mamá lobo donde comencé a sollozar escuche un quejido por parte de ambos Lobos y tapando mis ojos traté de calmarme, sin embargo era inútil mi voz comenzaba a quebrarse cada vez que mi cabeza reproducía la imagen de la familia Altin muerta; Otabek se acercó a mí y con su hocico tocó mi brazo, gire mi cabeza para verlo quitando mis manos de mis ojos rojos, lo vi unos minutos y tallando mis ojos le dediqué una pequeña sonrisa, acaricie su cabeza para después guiar mi mano a su oreja escuchando un gruñido gustoso.
Pasaron dos días y aún no tenía ni la menor idea de donde íbamos a ir; ahora me encontraba con mamá y Otabek caminando por la inmensa nieve, mientras veía mis patas dejar huellas en la fría y suave nieve. No habíamos comido oh tomado agua, y para ser sinceros moría de sed, así que sin más, con mi lengua agarré un poco de nieve y dejándola en mi boca, sentía como está se derretía y el frío recorría todo mi cuerpo. Mamá Lobo y Otabek, repitieron la misma acción que yo y sentándonos en rocas mire el cielo nublado, la nieve seguía cayendo como lluvia entonces pensé en las huellas, los Lobos nos encontrarían por las marcas, sin embargo al voltear vi como estas desaparecían por el aire que se llevaba la nieve cubriendo por completo las huellas. Suspire aliviado y volviendo a mi figura humana baje de la roca para buscar ramas pequeñas, excavaba la nieve con mis manos en busca de ramitas para después ir con mamá Lobo y sonreírles. Otabek volvió a su forma humana y tomando igual ramitas las juntamos en la roca en donde estaba mamá Lobo. Le sonreímos a la mayor y observando cómo se transformaba buscaba pierdas, al encontrar unas rocas negras redondas comenzó a chocarlas obteniendo chispas, nos indicó que colocáramos bien las ramas para ver como las chispas alcanzaban las ramas y empezar a emanar fuego. Nos sentamos junto a ella y con sus brazos nos rodeó la cintura recargándonos en su pecho.
Mire el fuego y recordando aquella mujer afuera de casa hice una mueca. Ella se veía preocupada y a la vez ansiosa. Cerré mis ojos y sonreí ligeramente.
Al caer la noche llegamos a una cabaña que parecía estar abandonada, nos miramos y con esperanza de comenzar una nueva vida caminamos hasta ella. Mama Lobo abrió la puerta y adentrándose a ella camino lentamente, después de ella entramos nosotros era acogedora y muy caliente, miramos a su alrededor y todo estaba bien acomodado, como si alguien nos estuviera esperando. Mamá lobo nos indicó revisar, ella reviso la parte de arriba, Otabek y yo la parte de abajo, era seguro el lugar.
— Bien, parece que este será un buen lugar.— dijo mamá lobo mientras bajaba por las escaleras.— Hay solo dos cuartos, hay camas y cobijas como si alguien estuviera esperando nuestra llegada.
