La vida en las manadas no son fáciles, y eso lo puede demostrar Yuuri Katsuki quien al ver arruinada su vida vuelve a tener un comienzo de esta, sin embargo, con la persona equivocada.
Yuuri buscará la verdad en aquellos ojos color lila y el amor e...
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"Attention"
Al salir de la casa comenzamos a caminar hasta llegar a una estación de autobuses que había en el pequeño pueblo en el que estábamos, el camión conducía hasta la gran ciudad. Mire a Otabek y con una sonrisa recordé cuando me recibieron, había pasado un año desde que estoy con la manda Altin, y solo puedo decir que mamá lobo es muy fértil, ella es una Omega de sangre pura, excepto papa Lobo que por lo que tengo entendido es de sangre mestiza, por lo que sus hijos pueden variar, como yo. Otabek es el hermano mayor seguido por Serik, el hermano de medio y por último la pequeña Nurzhan, sin embargo al inicio de este mes nos enteramos que seríamos hermanos otra vez.
— Yuuri.— parpadeando desvíe mi mirada al automóvil y con una mueca nos subimos toda la familia Altin. Me senté cerca de la ventana y observando el paisaje sentí la mano de Otabek en mi hombro lo vi y con una sonrisa ladeé mi cabeza.— Estás muy serio, ¿Qué ocurre?
— Oh, nada, solo veo la montaña... es algo curioso que ya estando a mitad de verano aun esté nevando.— respondí mientras veía a través de la ventana.
— Si... Dice mamá lobo que es por qué una bruja echo un hechizo a la montaña, lo cual permite que siempre esté nevando.— respondió Otabek mientras apretaba su pequeña mano con la mía.— Dicen que los lobos salvajes son de clima frío y es por eso que siempre está así.
— Ya veo... ¿Esa bruja no será... Ya sabes quién?— pregunté mientras soltaba un suspiro y miraba a Otabek.
— Es lo más probable Yuuri, pero ya no te preocupes por eso, ella ya no volverá a molestarte.— aseguró Otabek mientras me regalaba una sonrisa pequeña.
Me acerque más a él y recargando mi cabeza en su hombro solté un ligero ronroneo.
Al llegar a la ciudad, bajamos del autobús y tomando su mano mire a mi alrededor, era una hermosa ciudad, la plaza principal estaba llena de gente, niños con globos, parejas comiendo helado, ancianos dándole de comer a las palomas, era increíble. Estaba muy emocionado hasta que algo rompió mi burbuja de confort, mamá lobo me había colocado un sombrero y unas gafas. Solo entonces recordé el por qué... No podía encontrarme con mis padres, si lo hacía desataría un caos y traería de vuelta a la manada Santorski.
— Es por tu bien cariño.— comentó papá lobo mientras se hincaba y posaba una mano sobre mi hombro.— A los 19 podrás regresar, ¿Esta bien?— dijo mientras sacaba una crema especial para omegas. Me la colocó en mi cara y en mis brazos para después darme un beso en mi frente.
— Si...— contesté mientras les regalaba mi mejor sonrisa. Mama y papá Lobo sonrieron ante mi mueca y con lentitud papá se paraba para comenzamos a caminar entre la multitud.
