La vida en las manadas no son fáciles, y eso lo puede demostrar Yuuri Katsuki quien al ver arruinada su vida vuelve a tener un comienzo de esta, sin embargo, con la persona equivocada.
Yuuri buscará la verdad en aquellos ojos color lila y el amor e...
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— Ese aroma a frutos rojos con vainilla y chocolate... lavanda... chocolate amargo... No puede ser..— sorprendido sintió su corazón chocar contra su pecho. Frente a ellos se encontraba Otabek y Yuuri, ambos se veían más fuertes que hace siete años, Yuuri se veía muchísimo más hermoso y Otabek, ni que se decía, habían madurado de una forma inesperada.
Después de aquella aparición inesperada, los lobos que resguardaban a los niños se acercaron lentamente a las personas que veían los cuerpos desnudos que anteriormente eran lobos salvajes.
—¿Yuuri? — preguntó el rubio mientras se acercaba a ellos, tocando el hombro del joven de ojos color avellana, este volteo y mirando los ojos verdes del chico, giro su cabeza a su derecha hacia su compañero e indicándole con un movimiento de la cabeza, Yuuri se alejo de ellos, soltando se del agarre antes, corrió a la salida transformándose nuevamente en lobo negro, quedando solo el chico de mirada seria, quien verificaba el área mientras que cierto rubio con los ojos llorosos, se cercó a él.— Ota...Otabek...— el mencionado con una mirada fría miró a los niños e ignorando al rubio verificó a todos los niños para confirmar si estaban bien.
— Es hora de sacarlos no podemos estar aquí mucho tiempo...— con la voz fría, Otabek cargo a una pequeña niña en su espalda, miro a Yuri y viéndolo de pies a cabeza un ligero sonrojo apareció en sus mejillas, se veía bastante bien. Se acercó a él y dedicándole un dulce beso en la frente susurro.— Te extrañe, pero tenemos que concentrarnos.
Yuri parpadeo varias veces y agitando su cabeza, le explicó a Mila el plan que se le había ocurrido hace unos segundos que tenían que llevar a cabo.
Mientras que en un cierto lugar de la ciudad, otro lobo negro corría en busca de alguien; con la respiración agitada veía todo a su alrededor, parecía el infierno, como aquella vez que lo raptaron. Corriendo en lo que antes era la avenida principal, dobló la esquina con dirección a la mansión Nikiforov y encontrándose con un bello lobo miró como este era acorralado por un grupo de lobos salvajes, gruño sintiendo su sangre hirviendo, camino sigilosamente y mirando con odio al lobo líder de aquella pandilla, y sin esperar, atacó a uno de los lobos, tomándolo del cuello y con fuerza apretó su madubula para escuchar como se quejaba el lobo y tirándolo lejos del lugar, dejo sorprendidos al par de lobos líderes.
El bello Lobo confundido veía como aquel lobo negro con gran agilidad derribaba a los lobos salvaje con facilidad, como si fuera quitarle un dulce a un bebé.
Mientras el lobo atacaba y mordía con furia el cuello de los lobos, se podía apreciar como solo salían más y más lobos, y corrían para atacar a su agresor, sin embargo no tuvieron éxito, solo eran derribados en un abrir y cerrar de ojos.
Sin embargo, todo se detuvo al sentir unos dientes en su cuello morderle ligeramente, transformándose en humano cargo al lobo que tenía encima y tirándolo al suelo tocó su cuello que sangraba.
