8. Repercusiones (Editado)

502 43 1
                                    

Rebeka

Cuando abro los ojos un horrible dolor martillea mi cabeza y la intensa luz matutina del sol, me obliga a cerrarlos de nuevo, de golpe.

Mierda. Beber duele. Madre mía... ¡Juro que no volveré a beber jamás!

Aún adormecida, palpo de manera distraída, el otro lado del colchón y la decepción me llena al no encontrar allí a nadie, al no encontrarla a ella. Aún puedo recordar el roce de sus labios sobre los míos antes de darme aquel primer beso que anoche me robó hasta el aliento, el tacto de sus manos sobre mi cuerpo, cuando me pegó a su cuerpo en cuanto perdí por un momento el equilibrio debido a su cercanía, la debilidad que se instaló en mis piernas al sentirla. Sin olvidar ese te quiero, que estoy segura que escuché, antes de cerrar los ojos.

— Uff.

Paso ambas manos por mi rostro, temiendo un nuevo cambio en Dani. Entonces me levanto y voy hasta el salón frotándome los ojos.

— ¡Dios!, ¿te puedes tapar? — Escucho su melodiosa voz que calma un poco el temor que he sentido al no verla a mi lado.

Miro hacia abajo, a mi cuerpo y veo que llevo el corto pero cómodo camisón que me puse anoche, el mismo que siempre utilizo cuando duermo en casa de Dani y su madre. Es más, ella misma es la que siempre me da este camisón, cuando nos vamos a dormir. Así que no comprendo el problema.

La miro y alzo los hombros en su dirección.

— Es lo que suelo llevar por la mañana cuando ando por aquí. No veo por qué te molesta.

— ¿Quién ha dicho que me molesta?, ¿has oído que salga eso de mi boca? —. Pregunta mientras se acerca a mí con... ¿coquetería?

Muerde su labio inferior y por reflejo, yo muerdo el mío en respuesta. Deja su mano en mi cintura y cuando parece que pretende hacer algo que yo deseo hacer desde hace tanto tiempo, su madre abre la puerta de su cuarto y aparece apresurada, murmurando y farfullando maldiciones y quejándose por llegar tarde, obligándonos a separarnos de golpe.

Chloe nos mira con los ojos muy abiertos. Sorprendida.

— ¡Vaya! ¿Ya levantadas niñas? Es domingo, hoy no tenéis clase y ayer os acostasteis muy tarde, podéis dormir un poco más.

— Lo sabemos mami, pero nos hemos despertado y ya sabes que después no volvemos a pegar el ojo — dice Dani a su madre, mientras me da una pequeña mirada cómplice.

— Bueno niñas, yo me voy ya — nos da un beso a cada una para irse finalmente con su uniforme de enfermera puesto. Adoro a Chloe, de verdad, pero creo que si no hubiese entrado en ese momento al salón, hubiera pasado algo muy bueno.

Miro de frente a Dani y espero a que haga algún movimiento, alguna señal que indique que continuará con lo que sea que fuese a hacer, hace un momento, pero me decepciono al ver que tan solo me da la espalda, leyendo un mensaje que le acaba de llegar.

— Adriana nos invita a comer con ella ¿Qué te parece? —. Me dice en cuanto se gira hacia mí con su vista aún clavada en la dichosa pantalla de su móvil.

— ¿Vamos a hablar de lo que acaba de pasar? Mejor dicho, ¿vamos a hablar en algún momento de lo que pasó anoche? — pregunto ignorando lo de la invitación a comer.

— No me has respondido —. Se queja mirándome directo a los ojos.

— Tú tampoco — la acuso con el mismo tono calmado que Dani ha utilizado conmigo — o ¿es que no hablaremos de eso, como tampoco hablaremos del beso que me diste anoche?

Suspira y me sonríe de nuevo. La misma sonrisa que me da cuando piensa evadir el tema.

¡Esto es agotador!

Mi amor, mi vida #AwardSpring #wattysawards2019 #CarrotAwards2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora