Rebeka
El brillante sol de la mañana resulta cegador, así que me coloco mis gafas de sol en cuanto salimos de casa de Dani, camino a la heladería.
En cuanto llegamos al viejo local, decorado al típico estilo de los sesenta, abro la puerta descubriendo a Susan, ocupando la mesa en la que solemos estar. Frente a la enorme cristalera que según la dueña "es la joya del local" y tiene una estupenda vista al parque que hemos cruzado para llegar aquí.- Susan - Adriana agita frenética su mano, una vez que entra al local, seguida de Dani, mientras que sostengo la puerta para nosotras.
- ¡Chicas! - la morena de pelo largo y rizado, se coloca su larga melena sobre sus hombros y nos sonríe tan espléndida como siempre.
Una extensa hilera de butacones de cuero rojo, bordea casi todo el interior del local y frente a ellas, se encuentran unas mesitas de color gris que resultan acordes con toda la decoración basada en rojo, gris y negro. Nos acercamos a la mesa en la que nos espera la morena de ojos azules con una gran sonrisa en sus labios y mientras cada una de las chicas toma su asiento usual, yo me acomodo en el asiento de cuero, cerca de Dani.
El día resulta bastante caluroso, así que decido quitarme la camisa de manga corta que me dejó Dani antes de salir de su casa. Mientras las chicas comienzan una conversación de la que me mantengo completamente ajena.
Totalmente ida y escuchando levemente el parloteo de mis amigas, sin ser plenamente consciente de la conversación que mantienen a mi lado desde que llegamos, recuerdo una y otra vez lo ocurrido en casa de Dani. Los besos de anoche, inundan sin piedad la afluencia de mis pensamientos e inunda mi mente de diversas imágenes de ella y yo, durante toda la noche.
El recuerdo de su voz cuando tiernamente me dijo aquel 《te quiero》 ¿O tal vez fue mi propia imaginación, tratando de burlarse de mí, por no poder tener a mi lado a la persona que más amo? Ya no sé ni qué pensar, la verdad.
Todo mi cuerpo reacciona ante ese mordaz pensamiento y me hace regresar a la charla de mis amigas, mediante un ácido escalofrío que recorre todo mi cuerpo. Sacudo disimuladamente la cabeza tratando de deshacerme de ese dichoso pensamiento que me atormenta, e intento prestar atención a mis amigas nuevamente.
Al parecer Susan, menciona bastante indignada, como Sarah, una chica de mi clase, ha sido vista con uno de nuestros profesores.
- ¡Me parece fatal! - exclama Susan haciendo demasiadas florituras con las manos para mi gusto, provocando así que las miradas indiscretas de todo el local, se posen en nuestra mesa. Mi pequeña se sonroja debido a la repentina atención y muerdo mi labio inferior, tratando de no sonreír por ello, mientras me fulmina con la mirada.
- Pues, a mí me parece que no nos debemos inmiscuir en ese asunto. Ni nos va, ni nos viene y a esa chica ni la conozco -. Comenta Adriana.
- Es una buena chica - comento vagamente, aún ligeramente perdida en mi propia tortura mental.
Me parece escuchar a Dani gruñir a mi lado pero no le doy mayor importancia. A la vez que Susan carga de nuevo contra Sarah.
A pesar de que trato de concentrarme en la conversación que mantienen, mi mente no deja de irse una y otra vez, al "lo siento" que me dijo Dani hace apenas dos horas.
"Lo siento", repite una y mil veces mi maquiavélica mente que trata una y otra vez derribarme y hacer que me sumerja en ese único pensamiento, mientras lucho en vano por salir de ahí. No es un lugar que me convenga ahora mismo, ya que estoy a pique de mandarlo todo a la mierda y preguntarle a Dani sobre ello, descubriéndome a mí misma frente a nuestras amigas.
¿Qué siente? ¿Por qué pide disculpas? ¿Saldremos alguna vez de este maldito círculo vicioso?
- ¡Maldita sea! -. Exclamo con furia, interrumpiendo la conversación de mis amigas, quienes me miran sorprendidas por mi repentino grito.
Susan, me mira con una ceja alzada y claramente molesta, ya que estaba hablando sobre "un asunto vital", claro está según ella.
-Disculpa... ¿Algo que añadir al respecto? -. Pregunta con una actitud altiva que a veces me desespera. A Susan no le gusta nada que la interrumpan.
- Nada, no importa - respondo bajando la cabeza al ver que Dani me observa con una pequeña sonrisa divertida.
Dani está fresca como una rosa, mientras yo me castigo una y otra vez, pensando en lo tonta que he sido. Me molesta su actitud, siempre es así, parece que nada le afectase en lo absoluto.
La morena frente a mí, chasquea su lengua con molestia, atrayendo de nuevo, la mirada de todas hacia sí.
- Me parece que esa chica es muy estúpida. Claramente el profesor juega con ella. Jamás la tomará en serio -. Ataca de nuevo Susan, mirándose las uñas.
¡Esto es el colmo!
- ¡Basta ya! -. Exploto ante la sarta de estupideces que suelta mi amiga y frente la mirada estupefacta de las demás -. Nadie elije de quién se enamora y creo que todo el mundo, ha tenido un amor prohibido a lo largo de su vida. ¿Quién eres tú para decir que eso no saldrá bien? -. A lo largo de mi discurso, no he podido luchar contra las ganas que me devoran por mirar a la pelirroja que tiene mi corazón en sus manos, que por otra parte, no ha apartado la vista de mí ni una sola vez.
- Tienes toda la razón - concuerda tranquilamente conmigo Adriana -. Nadie elige de quién se enamora y por otra parte, tan solo es un rumor. Nadie sabe si todo lo que se ha montado con ese asunto es cierto.
- Aunque lo fuera, Sarah es una buena chica -. Digo mirando a la morena que me acribilla con la mirada.
Esos ojos azules como el cielo tormentoso, que ahora se posan sobre mí, de una manera fría y cargada de tal rencor, que prometen causar devastación y caos.
- ¡Olvidaba el hecho de que a ti esa chica te encanta! - explota ceñuda mi amiga, con un tono de burla que me resulta extraño.
¿Qué diablos le pasa?
Trato de no mirar a mi derecha, en donde la hermosa pelirroja que me tiene loca, también me observa como si quisiera matarme. No sé qué diablos les pasa a éstas dos.
¡Sarah es solo una compañera!
- ¿Qué te pasa Susan? -. Pregunto tomando su mano cuando ésta se levanta cabreada, de la silla en donde estaba sentada momentos antes, antes de que se aleje demasiado de mí.
- ¡Nada! Suéltame, me quiero ir.
Miro a mí alrededor, y veo como poco a poco, vamos atrayendo otra vez, la mirada de las pocas personas que hay en la heladería. Adriana y Dani incluídas. Sin soltar su mano, me pongo de pie, al igual que ella, para ponerme a su altura y que nadie más nos pueda escuchar.
- Siéntate. ¿Por qué te pones así? - Susurro en su oído. Y quedo perpleja cuando, al acercarme un poco más a ella, me doy cuenta de que Susan está temblando.
- Solo... suéltame - me mira impaciente - ¡Ahora! -exclama cuando ve que no le hago caso.
Tras unos momento mirándonos la una a la otra en un tenso silencio, obedezco su orden y suelto su mano totalmente contrariada, por su extraño cambio de humor. Esto se siente demasiado raro. Ya que cuando entramos a la heladería, se le veía tan radiante como siempre.
Vuelvo en silencio a mi lugar, en donde todo se ha visto envuelto en una extraña tensión, que parece surgir de la nada. El ambiente es tan tenso, que ninguna de las chicas se atreve a hablar, hasta que escuchamos la puerta cerrarse tras una afectada Susan.
Miro finalmente a Dani quién mantiene su vista clavada en el mármol blanco bajo sus pies. Desvío la mirada hacia Adriana, antes de que ésta hable.
- ¿Qué ha pasado?
Me encojo de hombros, sin saber cómo responder a la pregunta que al parecer nos hacemos todas.
- No lo sé.
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Mi amor, mi vida #AwardSpring #wattysawards2019 #CarrotAwards2019
RomanceNadie elige a quién ama, han estado juntas desde pequeñas y desde siempre Rebeka ha sabido de quién es su corazón. ¿Qué haces cuando encuentras al amor de tu vida?. Luchas por tu amor, pero, si ese amor es tu mejor amiga... ¿Qué harías entonces?. El...