✦ Pasado

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Habían pasado meses desde la última pelea entre padre y la madre de Lalisa.

Todo parecía estar en calma en la casa, sin embargo, Lisa sabía más que nadie que eso no era así. Todo seguía siendo absolutamente igual; las peleas, los llantos, los golpes...

Ellos seguían teniendo problemas y seguían discutiendo de tal manera se su madre quedaba terriblemente afectada. Lisa lo sabía y ya había llegado a una etapa de maduración en la que fingir que esos problemas no estaban ya no era una opción.

Con la edad de 14, casi 15 años, estaba cansada de tener que decirle a sus profesores que su madre estaba trabajando, cuando la realidad era tenía una gran marca violacea en su rostro. O en el peor de los casos, hundiéndose en su depresión y en su miseria encerrada en las cuatro paredes de su habitación.

Lisa noto el tenso silencio apenas entró a la casa; por lo que decidió subir escaleras arriba para ver como estaba la mujer que le dio la vida y que, hasta ahora, era el ejemplo de fortaleza más grande que existia en su vida.

-¿Mami?-pregunto Lalisa al entrar a su habitación

Quizás ya se estaba volviendo grande para llamarla de esa manera. Su madre alguna vez,en un ataque de enojo le había gritado que empezara a madurar. Si bien Lisa lo sabia, no quería hacerlo. Quería ser esa pequeña niña cuyos padres la protegían de los monstruos bajo su cama.

Aunque sabía que todo llegaba a su fin, y un ejemplo de ello era la familia perfecta que antes tenia y la cual nunca seria a partir de ahora en adelante.

-¿Si, Pastelito?-Inquirió su madre al oirla

Ella se encontraba acostada en su cama de espaldas a su pequeña, sus ojos rojos por el llanto y con sus manos temblorosas. Trataba de no ver a los ojos a Lalisa,tenía miedo de que viera el moretón en su mejilla y lo destruida que se encontraba tanto física como mentalmente.

-No hay comida en el refrigerador.-le recordó su hija en un susurro.-¿quieres que vaya a comprar algo?

-Si. Si, por favor- dijo rapidamente Alicia-Hay dinero en la mesa, Panpriya.

Lisa noto que con sus últimas palabras la voz se le quebró, así que sin pensarlo dos veces se acercó rápidamente hasta ella sintiendo un revoltijo en la boca de su estómago.

-Mamá, mirame-le pidió, sus ojos volvían a llenarse de lágrimas al oirla

- Lisa no...

-¡Mirame!- le gritó casi desesperada. Quito por instinto las manos de su rostro dejándola ver tal y como ella no quería que la viera. Ahogó un gemido. Ya no soportaba ver eso- ¿Porque dejas que él te haga esto?¿¡Porque no lo mandas a la jodida mierda de una vez y ya,mamá!?

-Hija son sólo peleas de...

-¿De adultos?-la interrumpió con la voz envenenada. Rió sin gracia- ¿en serio me dirás a mi que esas peleas son de adultos? Ya estoy grande, mamá. Y eso-señalo con su dedo el golpe- ¡Eso no es normal!

-No digas esas cosas. Tu padre sólo esta...

-¿En una etapa difícil?-la interrumpió de nuevo, queriendola hacer reaccionar-¿cuantas veces más me dirás eso Alicia? ¿Cuando terminará su etapa difícil?-su madre ahogó un sollozo- Han pasado ya tres años...

-Tu no lo entiendes Lalisa.

Y era cierto, ella no entendía sus motivos.

Su madre aguantaba ese infierno porque, si bien su esposo descargaba su ira con ella, a Lalisa la trataba de maravilla, como el padre que siempre debió haber sido.

Alicia quería que Lisa sintiera lo que era tener un padre,pues ella jamás lo tuvo en su vida cuando niña. Quería que su hija tuviera a toda costa lo que ella no, aún sabiendo que eso significaba recibir más agresiones por parte de el.

Lisa en cambio creía que debía dejarlo,pero sabia que en el fondo su madre seguía pensando que aún había algo de Robert Manoban, el hombre del cual se enamoró y no el monstruo en el que se había convertido ahora.

-Mamá...

-Eres muy pequeña para entenderlo aún- se excuso- prometo que esto no será para siempre. ¿puedes ir a...?

- Te traeré hielo y luego me iré. - le dijo leyendo sus pensamientos.

Trago duro y se incorporó sin querer realmente hacerlo, para luego salir de ahi.

~~~~

Lalisa se dedicó a observar como su padre se llevaba ese pedazo de carne a su boca. Su madre no había salido de la habitación en todo el día y Lisa se sentía una pésima hija por no saber que hacer.

Hace unos minutos que su padre había llegado del trabajo, hace unos minutos que se había ofrecido a cocinar. Su rostro serio y algo nervioso demostraba los problemas económicos por los que estaba pasando en ese momento, Lisa no soporto verlo asi.

-¿Cómo te fue en la escuela Lalisa?

La misma levanto su vista del plato casi al instate al oirlo. Acto seguido tagó duro mirandolo de reojo.

-Bien.-murmuró ella sintiendo un nudo en la garganta al oírlo llamarlo de esa manera.

El era el único que aceptaba que fuera llamada "Lalisa"

-¿Sólo bien? ¿Has hecho amigas esta vez?

-Sí.-mintió sin mirarlo. Siguió jugando con la comida frente a ella. La tensión se sentía en el cuerpo de la pequeña.

-¿Si?-inquirio en un tono frío, no quiso intimidar a su hija pero eso consiguió.-¿Cuáles son sus nombres?

-Jeanine es una de ellas.-mintió.

Uno...

Dos...

Tres segundos pasaron.

Y Lisa gritó al sentir un puño ser lanzado con fuerza en la mesa.

Cubrió como pudo su rostro con ambos brazos sintiéndose aterrada. Sintió la voz de su padre en su oido.

-Hija mía, si quieres que las cosas te salgan tal y como lo quieres, aprende a mentir de la forma correcta. ¿okay? Sé que solo tienes de amigo a el imbécil de tu vecino.

Lisa no contestó. Estaba temblando.

-Si, siente el miedo que yo sentí a tu edad...gracias a eso tienes comida en la mesa,Lisa.-le dijo antes de incorporarse y gritar un "momento" al oir el timbre de la puerta ser sonado una y otra vez.

Lisa se dio media vuelta por instinto. Oyo desde su lugar a Sook,quien estaba parada en la puerta preguntándole algo a su padre, quien se rio falsamente.

-Una araña la pico. Eso es todo Sook. Ahora mismo la llevaré al hospital.

Dicho esto charló unos segundos mas y cerró la puerta para volver a la mesa.

-¿Ves como acabo de engañar a la vecina? Con una sonrisa y un tono amable todo es posible. No lo olvides pequeña.

Le dio un beso en la coronilla y con una lata de cerveza se fue de ahí.

El padre de Lalisa la queria, de eso no habia dudas. Ella era una parte esencial de su vida, sólo que en su niñez había sido educado de una manera especial,por no decir violenta.

Quizás, hasta mucha más de la que Lalisa formaría parte.

Esa era la única manera que el conocía de inculcarle a su pequeña los métodos necesarios para que pueda vivir sin ser pisoteada por otros.

Cuando su padre se fue, Lisa lloró.

Dreams | Lizkook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora