Capítulo 16

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Subí a mi habitación, su auscencia describia perfectamente el estado de mi corazón. Vacío y frío. Hay unas maletas encima de su cama.
Se va... ella se va.
Muy cautelosamente me acerco a su maleta, aún no ha guardado nada en ella. Dejo la carta en su maleta y me quedo de pie observando la recámara, su ropa encima de la cama. Finalmente salgo de la habitación dirigiéndome a la de visitas. Lo único que quiero es dormir.

(***)

El lugar es vacío, solitario, desgarrador. Un disparo a lo lejos roba por completo mi atención. Estoy sentado con los pies amarrados y amordazado. Trato de gritar, de mi boca sólo salen gemidos ahogados y llanto.
¿Quién me hace esto?

-Perdí a Candace por tú culpa. Era la única familia que tenía.-

Dimitri está de pie, apuntando una pistola a mi cabeza. Cuando jala del gatillo, la liberación es única, limpia y abrazadora.
Un sólo grito se escucha de mis labios antes de cerrar mis ojos para siempre...

(***)

-¡Noo! ¡Mierda! ¡Noo! ¡Candace!...- Me despierto de mi desgarrador sueño. Con el corazón palpitando a mil y las lágrimas bañando mi rostro.

-¿Austin? ¡AUSTIN!- Candace aparece en la habitación, al percatarse de mis lágrimas no duda en abrazarme y en ese momento es cuando siento cobijo, consuelo, un lugar lleno de paz. La aprieto contra mi pecho. Ella es mi liberación. Ella es mía. Sólo mía. Después de calmar mi respiración Candace se aparta un poco de mi.- ¿Sueles tener constantes pesadillas?-

-No, sólo cuando algo de mi vida está mal.-

-Austin, tus gritos despertaron a todos, no quería entrar a invadir tu privacidad pero no parabas de gritar yo...-

-¿Qué grité?...-

-Austin...-

-Candace, dime que grité-

-Gritaste que no me asesinaran. Y después constantes "No" y... mi nombre...- Oh Mierda.

-Candace lo siento... mis pesadillas son horribles. Prometo no volver a despertarte.-

-Es que no me molesta que nos despiertes, ni que grites. Simplemente el hecho de ver que sufres por mi...- sus ojos se tornan cristalinos.- Terminé mis maletas. Me iré unos meses a puerto Vallarta con mis tíos.- Un jadeo se escapa de mis labios.

-Me dejas...-

-¡No!- se apresura a decir.

-¿Entonces?-

-Sólo quiero tiempo para pensar todo esto. Ayúdame. Pido tu comprensión.-

-Si verdaderamente es lo que quieres, hazlo. No te pienso detener. Ahora descansa, ¿Cuando sale tu vuelo?-

-A las 5:00 am. Me daré un baño y saldré en camino al aeropuerto.-

-Bien, Damián te llevará.- Me vuelvo a recostar tapando mi rostro con las sábanas, no quiero que me vea llorar. Ni mucho menos que piense que es por su culpa. Siento como se aleja en camino a la puerta, sus pasos se detienen.

-Te amo.- Sus palabras son aquellas que me hacen salir de la cama corriendo en busca de  sus brazos, de sus labios, en busca de ella.
La beso con sorpresa y necesidad, al principio se resiste pero finalmente termina cediendo. ¡Dulce, dulce Candace!
Nuestras bocas se saborean una a la otra. Extrañaba su sabor, sus manos acariciando mi cabello mientras nos besamos, su cuerpo pegado al mío, su respiración entrecortada.- Austin...no... no puedo...-

-Candace, mi dulce y hermosa Candace.- La abrazo en busca de mi refugio. Acaricio su espalda levemente.- Duerme conmigo un rato más.-

-Austin...-

-Candace, mi amor... no te veré en meses lo único que pido es dormir a tu lado, sentirme vivo, recostarme en tu pecho y escuchar tu corazón, a la mierda el aeropuerto yo te compraré un boleto, quiero despertar encontrandome con tu mirada, quiero dormir abrazado de tu amor, quiero ser alguien nuevo para ti. Duerme conmigo Candace, por favor.- Sigo abrazado a su cintura, levemente coloco mi oido sobre su pecho escuchando con claridad como su corazón late más rápido.- Tu corazón te está traicionando. No me rechaces, sé que fui un idiota. Pero de los errores se aprende y yo estoy dispuesto a aprender por ti, sólo por ti. Porque te amo, Candace. Te amo muchísimo. Quiero hacer de nuestro domingo el primero de muchos que nos esperarán juntos.-

-De acuerdo.- Me es casi inevitable esbozar una sonrisa de oreja a oreja. ¿En que momento? ¿Cuando? Ella se volvió tan indispensable para mi.

Nos dirigimos a la cama, acomodamos un poco las sábanas, primero entro yo mientras envuelvo a Candace en mis brazos. Inhalo su aroma mientras besuqueo su hombro. Ella suspira.

-¿Nos besuqueamos?- Se sonroja levemente.

Sólo asiente con la cabeza mientras la volteo levemente a mi cuerpo. Su respiración se acelera.
Sin pensarlo la beso, disfrutamos del momento, de nuestras bocas probandonos una vez más.
El beso es tierno, aunque poco a poco va haciéndose intenso, excitante.
Muerdo el labio inferior de Candace. Mientras ella enreda sus manos en mi cabello tirando un poco de el. Gruño en su boca. Ella pasa sus manos a los botones de la camisa que llevo puesta, los desabotona uno a uno acariciando mi piel con las yemas de sus dedos. Esta hermosa mujer me desarma, su inocencia, su amor.
Quiero quitarle la ropa, hacerle el amor, pero no puedo aprovecharme de ella.
Haré lo que Candace quiera y si desea hacer el amor, lo haré por que en estos momentos es lo que nuestros cuerpos piden a gritos.
Candace cambia de postura subiendo a mi regazo, mientras saca por completo mi camisa de mi torso. Paso mis manos a sus caderas, ella deja de besarme sus ojos se clavan en los míos, llenos de miedo, de excitación, de deseo.
Besa mi pecho, mi vientre, mordisquea mis caderas a lo que sólo pronuncio jadeos.
Baja a mis pantalones quitandolos junto con los boxers con demasiada tranquilidad que siento que me moriré de tanto esperar.
Se inclina hacia delante, sé lo que hará y no la pienso detener. Su cabello cae a los lados de mis caderas mientras ella, chupa mi polla con lentitud, saboreando, dándome placer, dándome amor.

-Candace...- Jadeo levemente, siento mi cuerpo tensarse, mis músculos contraerse mientras Candace aumenta su ritmo a la increible felación que me está haciendo.
Sin pensarlo me corro en su boca, rápidamente se los traga, levanta su mirada a la mía mientras lame su labio inferior.- Mi amor...-

Ahora soy yo quién la hará disfrutar, poco a poco la desnudo. Quito su camisón y su bata. No tiene ropa interior. ¡Joder! La imagen de ella desnuda hace reaccionar a mi entrepierna. Quiero hundirme en ella.
Beso sus pechos, mordisqueando y lamiendo uno a uno de sus pezones mientras se endurecen ante mis caricias. Bajo a mi principal objetivo, está depilada. Mi boca juega con su clítoris mientras mis manos acarician sus pechos. Arquea la espalda y responde con jadeos que me hacen continuar. Sin pensarlo me hundo en ella poco a poco, disfrutando de ello, de su piel, de mi mujer.
Hacemos el amor de forma tierna y llena de amor, Candace llega a su orgasmo y yo al mío gritando su nombre.
Al paso de unos minutos por fin platicamos.

-Te amo Austin, eres y siempre serás el único hombre en mi vida.-

-Y yo a ti. Te amo. Eres la mujer mas increíble que pude haber conocido. Nunca me sentí tan feliz ni lleno de vida que cuando estoy a tu lado. Quisiera estar así contigo siempre.-

-¿Así como?-

-Hacerte el amor por las mañanas y dormir en tu pecho, encontrarme con tu mirada y recordarte cuanto te amo...-

Secreto.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora