La amaba, me estaba alejando como un maldito cobarde y lo que empeoraba la situación es que Candace me estaba orillando a esto. Preparé mis maletas con un poco de ropa y dinero que no fuese tan ostentoso. Mientras que a la par trataba de ordenar un poco aquellas alocadas ideas que aparecieron por mi cabeza.
- Katherine. Necesito que termines mi maleta, sólo cosas básicas, no me pongas nada formal. - dije en camino al despacho a hablar con Dimitri. Damián me había informado que hace no mucho habia llegado, estaba anocheciendo y yo tenía que hablar con él.
- ¡Austin! ¡Joder! ¡Que mal luces! - traté de esbozar una sonrisa, mientras que lo abracé tan distante como siempre.
- Sí, lo sé. -
- Entonces por que no haces nada para salir del maldito hoyo, joder. -
- Porque tu hermana me metió en esto. ¿Como intentar salir de algo en el que el amor de tu vida te hundió? -
- Haber Austin Brown, calmate y cuéntame todo, confía en mi. Por el amor de Dios, soy tu mejor amigo -. Me costaba tanto confiar el él. Sin embargo tenia que aceptar que tantos años invertidos en nuestra amistad no podrían haber sido en vano.
Comencé a contarle todo, tratando de evitar a toda costa el tema de mis inicio en el "amor". Sin embargo todo lo que le estaba contando parecía no tener sentido alguno.
- Espera, la verdad es que no logro comprender nada... -
- Lo sé, Dimitri... esto es tan..., difícil. Nunca pensé que te lo diría. -
- ¡Vamos hombre! ¡Dime ya! -
- Yo era gay -, dichas aquellas palabras siento una verdadera liberación sin embargo aún estoy esperando la reacción de Dimitri.
- Oh Dios mío. Bueno, supongo que eso no es motivo para llegar a esto... a provocarse daño mutuo. -
- ¿No estas molesto? -
- ¿Porqué habría de estarlo? Ahora le encuentro similitud a todo y puedo garantizarte que esto es sólo un capricho más de mi hermana. En el amor no hay distinciones ni barreras que las que uno mismo se impone. Brown, a pesar de todo cuentas conmigo, soy consciente de todo el apoyo que tú y Brendan me brindaron a mi y a Candace cuando mi madre estaba grave, existen muchas versiones de esta historia que sólo nos confunden más, sin embargo. Eres mi mejor amigo, yo no me voy a alejar de ti solo porque al principio tus gustos fuesen particulares, yo no soy quien para juzgarte ni mucho menos para regañarte en algo que ya no cambiará. Lo hecho, hecho está y el tiempo simplemente avanzará y se encargará de acomodar todo en su lugar. Tienes mi apoyo incondicional, eres como mi hermano. -
Sus palabras de pronto fueron un refugio, una forma de brindarme apoyo incondicional. Llevábamos años siendo amigos y el simple y sencillo motivo de imaginar que nuestra amistad por una simple confension podría irse a la basura en definitiva me hacia sentir mal, ademas de imaginar que todo lo ocurrido estaría pasando por mi culpa aunque en realidad no fuese así.
Ademas de asombrarme que Dimitri Stone fuera así de comprensivo y grato conmigo después de que repetidas veces había demostrado lo contrario.
- Dimitri, quiero pedirte un ultimo favor... -susurre sin entender aun el porque mis labios seguían temblando el uno sobre el otro a pesar de ya haber escuchado un poco de comprensión de su parte.
- ¿Qué ocurre?
- Quiero... quiero y necesito desaparecer por completo por un momento, alejarme de todo y de todos, tomar un respiro después de haberme estresado y lastimado tanto, quiero cambiar este agotador camino, quiero alejarme de todo por un efímero momento. No puedo confiar en nadie más en este momento así que quisiera pedirte que por favor, por el momento en el que yo pienso desaparecer del mapa te hagas cargo de mis empresas, que me ayudes con la administración...
Estaba nervioso esperando a su reacción, la cual podría ser desde enviarme al carajo, hasta apoyarme, sin embargo fuese cual fuese su decisión estaría de acuerdo con él. Si aceptaba me demostraría su incondicional amistad, y si no lo hacia, no lo juzgaría, ambos tenemos ocupaciones y empresas de las cuales nos hacemos cargo.
- ¿Pretendes fingir tu muerte?
- No en definitiva, aunque créeme que en estos momentos es lo que más deseo, sin embargo lo único que voy a hacer es escapar de todo por un momento, alejarme de esta maldita ciudad que lo único que últimamente me ha provocado ha sido dolor y tristeza. No sé quizá valla a una playa, a una casa de campo... no lo sé. Aún necesito pensar en eso.
- Y podré saber en donde estarás... -aquello podría considerarlo una pregunta sin embargo no sabia que sentido encontrarle.
- Por supuesto, te lo haré saber cuando esté listo...
Bufó al recibir mi respuesta. Sin embargo de una u otra manera lo comprendía, era tan estúpido querer encontrar una salida fácil a todo lo que de pronto se había colgado de mis hombros, aunque para ser honestos no encontraba una mejor salida que la de un escape.
- Supongo que esto que estas a punto de hacer es la idea más estúpida e imprudente que he escuchado, sin embargo si eso te hace sentir bien, lo acepto... Te apoyaré en esta locura por que lo mereces y ya haz sufrido más de la cuenta, sólo ponme al tanto de todo y que le diré a la prensa o a tu padre cuando no te vean llegar a las juntas de la empresa o a la oficina...
- Por supuesto te pondré al tanto de todo, hay mucho que platicar antes de que me valla, sólo que yo hablaré con mi padre y por la prensa no te preocupes, ellos se encargaran de inventar algo que sonará mejor que la verdadera razón de porque me estoy alejando de todo.
- De acuerdo... te escucho.
- Sólo quiero pedirte algo... ¿me dejarías un momento a solas?
- Claro que sí, Brown.
Salió del despacho, dejándome solo como parece ser que siempre he estado. Escuché a mis alrededores lo único que hacia eco en las paredes de ese lugar tan grande y vacío.
Silencio.
Tomé del cajón superior de mi escritorio una hoja de papel y un lapicero, tenia que escribirle algo a quizá la única mujer a la que he amado, a aquella a la que le entregué más de lo que pensé entregarle a alguien ajeno a Bruno o a mis singulares gustos.
Mi amor, mi alma, mi vida. Aunque no sabia como llamarla ahora, simplemente permití que una vez más mi corazón hablara por mi.
Sentí las lágrimas bañar mi rostro con cada una de las duras y frías palabras que había plasmado en aquella hoja de papel en el cual estaba destruyendo quizá lo único que le había dado sentido a mi vida..., el amor de mi vida.
Ya no me sentía ajeno al llanto, al contrario, ultiman ente el se había convertido en mi mejor aliado para la soledad. Las lágrimas marcaron pequeñas partes del papel y aquellas palabras fueron las que más daño me había hecho escribirlas, no me atrevería a mirarla mientras la estuviese leyendo, sin embargo no podía irme sin recordarle que todo esto no fue tiempo perdido, si no parte de una gran lección de vida. De algo que siempre recordaría.
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Secreto.©
عاطفية¿Que pasa cuando tus secretos más íntimos salen a la luz? ¿Que pasa cuando no eres lo que aparentas? Los aparentalismos no siempre suelen ser negativos, ni con una finalidad poco gratificante. A veces continuar con una máscara ajena a la nuestra es...