Mi Propio Demonio (+18) |Harry Styles|

Capítulo 20: Mi bello demonio

—Te amo mi bello demonio— susurro cerca de su oído y sujeta mi pijama mientras la desliza por mis piernas

—Y yo te adoro mi hermoso ángel — sella aquellas palabras con un delicado beso sobre mi frente y escuchamos que llaman a la puerta, Harry sonríe sobre mis labios y se separa de mí por un instante, de que aprovecho para bajarme de la cama y vestirme de inmediato, pero cuando intento cruzar la puerta de su habitación me sujeta

—No vayas— prácticamente súplica y beso sus labios

—No tardaré—finalmente me suelta y salgo deprisa abrochando aun mi blusa, pero cuando veo aquel rostro del otro lado de la puerta, se que me encuentro enfrente de una de mis pesadillas

—Hola querida— aquella sonrisa maliciosa se forma en su rostro y da un paso hacia mí, inmediatamente retrocedo y quiero gritarle a Harry, pero las palabras no salen de mi boca, él niega con el dedo y termina por colocarlo sobre mis labios

—No quiero que digas nada, solo quiero hacerte una última advertencia, me estoy cansando de este juego estúpido que tienen entre ustedes, lo sabes, sabes que él será tu perdición, así que debes alejarlo de ti Hope, tienes que hacerlo antes de que el fuego del infierno te consuma, créeme, te vas a quemar— se aparta de mi y gira una vez más mirándome de los pies a la cabeza

—Él estará mejor lejos de ti— caigo al suelo mientras lo veo desaparecer y todos aquellos destellos brillantes vuelan a mí alrededor, la oscuridad me llama de nuevo y me pierdo de en ella una vez más...

—Despierta Hope— abro mis ojos al escuchar el eco de su voz, siento sus manos sobre mi rostro y veo la preocupación impregnada en su mirada, sin embargo, en mi mente solo se encuentra la imagen de aquel hombre perverso

—¿Dónde está?— cuestionó enseguida y veo como la arruga en su frente se forma, me intento incorporar y él me ayuda a hacerlo, abro la puerta y miro hacia ambos lados aun escuchando aquella risa malévola en mi cabeza

—Él vino aquí— sujeto a Harry de la camisa e intento controlarme antes de entrar en un estado de ansiedad

—¿Quién?— Harry grita y cierra la puerta, lo veo marcar algo en su teléfono y me siento sobre el sofá mientras veo como mis manos tiemblan

—Mírame cariño— Harry se agacha enfrente de mí y toma mis manos mientras las cubre con las suyas, lo veo a los ojos más tiempo del que debería y suspiro cansada sin poder comprender realmente lo que está pasando

—Él es alto, unos centímetros menos que tú, es delgado y su cabello es negro, sus ojos son como dos hoyos profundos de oscuridad y todo él parece estar envuelto en sombras, él me da miedo Harry—veo a Harry aturdido después de escucharme y aquello no hace mas que incrementar la incertidumbre en mi interior, se separa de mi a los pocos segundos pero se pierde en algún punto inexistente del suelo, después de superarlo se pone de pie y también lo hago, saca su teléfono y me mira de una manera en que soy consciente de que debo esperarlo, se encierra en el cuarto pero aún así oigo sus gritos de frustración y enojo sin siquiera tener que acercarme, no sé que diablos esta pasando, pero se que él conoce a ese hombre. Después de unos minutos de silencio lo veo finalmente salir de la habitación, su cabello está sujeto en un moño y su rostro se encuentra enrojecido, su postura indica peligro y se que se encuentra furioso

—Harry— me mira fríamente y suspira intentando tranquilizarse mientras se acerca a mi

—¿Es la primera vez que lo ves?— dudo por un momento y raspa su garganta, se que quiere una contestación rápida

—Ya había aparecido en mis sueños, me amenazó y dijo que debía alejarme de ti— simplemente asiente, pero algo dentro de mi duele

—Él vino a decirlo de nuevo— Harry me mira fijamente y frunce el ceño —dijo que debo dejarte, que estarás mejor sin mí y que si juego con fuego me voy a quemar— se levanta abruptamente y sin imaginarlo toma una figura de vidrio y la arroja contra la pared, el ruido me hace gritar y me levanto enseguida, Harry continúa haciendo lo mismo con lo primero que encuentra y veo todas aquellas piezas de vidrio volar por todas partes, pero no hago más que alejarme y dejar que saque la ira de su sistema, después de un largo rato lo veo caer de rodillas y corro hasta tomarlo entre mis brazos, me abraza enseguida y niega repetidas veces mientras siento su cuerpo temblar