Mi Propio Demonio (+18) |Harry Styles|

Capítulo 10: Acabar con todo

—Ya no eres una niña Hope —escuchar su asquerosa voz me hace querer vomitar, jamás había sentido tanta repugnancia por una persona

—Vete al carajo —le grito con la voz completamente enronquecida

—Tu madre me dijo que te cuidara, no pensé que quisieras venir a Londres, después de todo la pasábamos tan bien y quizás quieres un poco mas— sonrío y sin siquiera pensarlo estrello mi puño sobre su nariz provocando que un chorro de sangre salpique hasta mi ropa, de pronto la satisfacción dentro de mi ser es abrumadora y lo golpeo de nuevo antes de que se recupere, mi rodilla se clava en sus costillas y verlo en el suelo es realmente fascinante

—¿Qué te sucede? — lo escucho gritarme y veo como vomita toda aquella sangre manchando aún más la alfombra

—Te arrepentirás de esto— me amenaza a pesar de que se encuentra tirado como la mierda que es en el suelo y pateo su estómago una vez más, pero se que nunca será suficiente para remediar el pasado, así que llamo a Alex para que me saque de este maldito lugar pero apenas cuelgo aquel cerdo se abalanza sobre mi, forcejeo como puedo pero golpea mi rostro con tal fuerza que mi realidad se oscurece y los destellos brillantes me hacen saber que me desmayare

—Ahora veras quien manda perra—lo escucho gritarme para después sentir sus asquerosas manos sobre mi cuerpo, lucho para evitarlo pero arremete contra mi rostro nuevamente, apenas me muevo y fijo mi vista en su cara borrosa

—Aléjate de mi cerdo—entierro uno de mis dedos en su ojo derecho y aprovecho para empujarlo con mis piernas, todo mi cuerpo tiembla y siento que en poco tiempo caeré de nuevo al suelo, así que me acerco para patearlo con toda la fuerza que aun me queda

—Maldito— escupo aquello y veo a un empleado del hotel en el marco de la puerta

—Ese hombre, ese hombre quiere abusar de mi— señalo a la persona que más daño me ha hecho en la vida

—Vaya abajo, dígale que llamen a seguridad—asiento y entro al ascensor, presiono el botón de planta baja con las manos temblorosas y apenas llego ahí las miradas se posan sobre mi

—Seguridad tiene que ir al cuarto 404, es urgente— rápidamente comienzan a moverse y me siento sobre un sofá intentando no colapsar por lo que ha pasado

—Señorita— la voz de Alex me hace voltear a mirarlo y notar la expresión de asombro y enojo en su rostro

—¿Quién le hizo eso? — pregunta tajantemente e intento limpiar la sangre que escurre de mi nariz, hasta que escuchamos los gritos

—Suéltenme estúpidos— fijo mi vista en él y sonrío cuando su mirada se cruza con la mía, me pongo de pie e intento avanzar hacia él, cuando noto como lo mira Alex, aquella ira en su mirada me detiene y sin pensarlo dejo que los recuerdos me lastimen por dentro, sus palabras en aquella oscura habitación, mi cuerpo temblando al escuchar sus pisadas en el viejo piso de madera, el dolor y la impotencia que me abordo aquella maldita noche cuando finalmente abuso de mi, todo se arremolina dentro de mi llenándome de odio, rencor y volviéndome tan loca que me es imposible detener aquella patada en medio de sus piernas

—¡Maldito cerdo!, ¡te voy a destrozar la vida!, te lo juro—veo como su rostro se distorsiona al escucharme y aquel terror al ver al hombre que me sostiene del brazo

—Señorita—escucho a Alex y me alejo finalmente de aquel desgraciado, acomodo mi vestido y suspiro completamente asqueada

—El pagará por lo que le ha hecho, de eso este segura—las palabras de Alex provocan cierto escalofrío en mi interior y finalmente suelta mi brazo

—Vamos a mi habitación por mis maletas, necesito largarme de este maldito lugar ahora— Alex me sigue sin decir absolutamente nada, algo que agradezco. Cuando finalmente salimos de aquel lugar subo al carro de Alex y cierro mis ojos solo para que mis pensamientos terminen conmigo, recuerdo el asqueroso pasado, la muerte de mi padre, el problema que ahora tiene mi madre y lo patética que soy por haber pensado que huiría de todo