Mi Propio Demonio (+18) |Harry Styles|

Capítulo 14:Monstruo

Bajamos del auto de Harry y caminamos de prisa, el aire helado del pasillo eriza por completo mi piel y Harry busca las llaves en su bolsillo con desesperación, abre la puerta de aquel departamento finalmente y me paralizo, dudo más de lo que debería en entrar y de pronto todo parece abrumador, los pensamientos persuasivos me hacen recordar que aunque no quiera aceptarlo del todo, Harry es un asesino, no lo conozco lo suficiente y que aunque me ha dicho que no me hará daño, mi cordura me impide entrar y me grita que huya, que corra lo más lejos de él ahora que aún puedo

—Hope— su voz detrás de mí me hace dar el primer paso, entro en aquella oscuridad y suspiro intentando tranquilizarme al mismo tiempo que ignoro mis pensamientos

—Ven, debes quitarte la ropa ya— siento el calor subir a mis mejillas y trago el nudo en mi garganta, él me mira confundido por unos segundos y niega cuando lo comprende

—Sé como sonó eso, pero me refiero a que estas empapada, mira debo tener algo que te quede y debes ducharte— asiento y lo sigo como puedo, mis piernas tiemblan y ahora me es imposible verlo a la cara, él me da ropa suficiente aunque mi maleta se encuentre abajo en su auto y sujeto por último la toalla que me ofrece

—Gracias Harry— le sonrío y puedo notar aquel brillo en sus ojos, su celular suena y aparto la mirada

—Tarda lo que quieras, puedo esperar— asiento y lo veo irse a la sala, suelto todo el aire que he retenido en mis pulmones y dejo la ropa sobre su cama, de pronto estar aquí de nuevo me transporta a aquellos momentos en los que estuvimos ahí, acariciándonos como si la vida nos hubiese juntado de nuevo y es que todo ha cambiado en mi vida desde que morí, desde que me dejo volver y aunque lo he ignorado todo este tiempo, aquella sombra tenía razón, todo cambio...

Cierro las llaves y seco mi cuerpo con cuidado, amarro mi cabello con la toalla y limpio el espejo con mi mano, me miro por lo que parecieran horas, no sé quién soy y no sé si esa mujer que veo en el espejo es quien quiero ser, pero de lo único que si estoy segura es que no me arrepiento de estar aquí ahora. Abro la puerta sin hacer ruido y lo observo, esta de espaldas a mi desabrochando su pantalón, su piel es tan blanca que parece papel y su cabello es más largo de lo que pensaba, sus brazos están casi marcados por completo y doy unos pasos hacia él mientras quito la toalla de mi cabeza

—Pensé que tardarías mas— doy un pequeño salto en mi lugar y sujeto la toalla con fuerza en mi pecho, la vergüenza se apodera de mí y gira dejándome ver su cuerpo, se que debería apartar la mirada pero no lo hago, observo todo lo que puedo de él y muerdo mi labio inferior al verlo acercarse a mí, mis piernas tiemblan y se que seguramente estoy roja como un tómate

—Espero te haya gustado el espectáculo— susurra cerca de mi oído haciéndome estremecer y lo veo dudosa a los ojos

—Creo que me bañare con agua fría, aquí ya se siente mucho calor— recorre con su vista mi cuerpo e intento mantenerme de pie, llevo puesta prácticamente solo su camisa y mis piernas quedan en su mayoría descubiertas

—Diablos— me siento sobre la cama e intento echarme aire para refrescarme, camino alrededor observando todo y llego hasta la sala, ahí todo parece tener un poco mas de vida, hay algunos cuadros mas coloridos y se que la decoración de aquí no la escogió él, me dispongo a sentarme cuando escucho que tocan a la puerta

—Harry— lo llamo pero al no escuchar contestación de su parte abro la puerta, aquel hombre me mira de pies a cabeza y cruzo los brazos

—El señor me pidió que trajera la comida— lo dejo pasar con aquel carrito y me observa de nuevo

—¿Sucede algo?— le pregunto y entonces escuchamos a Harry, este le da un billete y no puedo creer que lo haya olvidado, la propina. Se retira finalmente y veo a Harry descalzo, apenas lleva puesto su pantalón pues aun lo tiene desabrochado y no lleva puesta su camisa, lo que me hace mas complicado todo