Mi Propio Demonio (+18) |Harry Styles|

Capítulo 17: No permitiré que te hagan daño

Después de lo sucedido Harry me ha obligado prácticamente a descansar en su cama, él no ha dejado de fumar durante todo este tiempo en el balcón y yo no he podido dejar de pensar en sus palabras, esas palabras que se han clavado en mi corazón y que me lastiman cada segundo un poco más, temo perderlo y se que algo muy malo ha sucedido para que haya cambiado así. Se que no podre soportarlo más y lo único que puedo hacer es irlo a buscar, así que me levanto decidida de la cama cuando lo escuchó abrir la puerta, me mira desde el marco y oigo su respiración agitada, el dolor que refleja su rostro es palpable y da unos pasos dudoso hacia mi, es casi como si fuese a desaparecer en cualquier momento y no puedo evitar el temor de perderlo

—Harry... yo— cierro mis ojos al sentir el ataque desesperado de sus labios, mi cuerpo parece desmoronarse en sus brazos, me sujeta con fuerza de la cadera y un sonido irreconocible sale de mis labios cuando me acaricia como lo hace, en ese momento abro mis ojos y busco su mirada en medio de toda aquella oscuridad, pero es inútil

—Pídeme que me detenga y lo haré— no digo nada pero mi cuerpo le hace saber que no quiero que lo haga, me sujeto de su cuello y lo beso como si de eso dependiera mi vida, sus manos rasgan mi blusa hasta quitarla de mi cuerpo y siento el calor de su piel sobre la mía, el tiempo se vuelve más lento, ambos nos envolvemos entre la oscuridad y la calidez de nuestros cuerpos, cuando encuentro su mirada sus ojos me dejan completamente hipnotizada, me olvido de todo a mi alrededor, de quien soy y dejo que sus caricias me embriaguen en un placer arrollador

—Hope yo— muerdo su labio inferior para callarlo y quita la pijama que llevo puesta dejando mis piernas al descubierto, las recorre con sus labios dejando un camino húmedo que termina cuando llega a mi entrepierna y es entonces que todo mi cuerpo se estremece

—Tu piel Hope, quema mis manos de una forma tan exquisitamente dolorosa que es imposible dejar de pensar que es un pecado— dice aquello mientras sus manos intentan clavarse en mi piel, me quejo en sus labios, pero eso solo parece ser la llave que suelta finalmente a la bestia

Me subo encima de él y beso su cuello para ir bajando por todo su cuerpo, me dejo envolver en el aroma de su piel y en aquella calidez que emana a mí, bajo su pantalón y lo saco rápido de sus piernas, tocar el suelo helado me provoca sentir un escalofrío en todo el cuerpo pero eso no me impide volver a él de inmediato, me detengo al ver la bragueta de su bóxer y entonces me toma de la cadera acercándome hasta sentir el calor que se encuentra ahí

—Te necesito tanto Hope— su voz ronca y agitada llega a mis oídos con pesar, así que me olvido de todo y comienzo a moverme sobre él, siento como aquel bulto incrementa su tamaño conforme mi movimiento se acelera y cuando me doy cuenta sonidos irreconocibles salen de mis labios, me muevo rápido y luego lento, disfruto cada roce y me dejo dominar por aquella explosión de emociones que invaden mi interior hasta que siento sus manos sobre mi espalda y en un movimiento rápido desabrocha mi brassier con gran facilidad, lo tomó enseguida antes de que deje mis senos al descubierto y lo escucho reír, así que lo observó un tanto avergonzada por lo absurdo que parezca

—Creo que deberíamos de detenernos— susurro cerca de sus labios y besa mi cuello sin tener el deseo de hacerlo

—Eso dicen tus labios, pero tu cuerpo me dice otra cosa cariño— se mueve de diferente manera debajo de mi y suelto finalmente mi brassier, sus manos no tardan en apoderarse de mis senos y mi cabeza se inclina hacia atrás al sentirme sumida en aquel placer, la cordura no existe en este momento en mi interior y me dejo dominar por la bestia debajo de mi...

—Cariño, despierta— abro mis ojos y me cubro con la sábana que se encuentra a lado de mi al sentir el frío recorrer mi piel, siento la cama sumirse y se que es él intentando despertarme, abro mis ojos estirándome y cuando lo siento jalar la sabana para descubrirme me doy cuenta que estoy semidesnuda, las imágenes de lo sucedido durante la noche llegan a mi como destellos en la oscuridad y lo miró sorprendida mientras él me observa con esa sonrisa pícara en el rostro