XX. Primera vez.

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Una vez en la cama sus labios empiezan a decorar mi cuello, y bajan hacia mis pechos, Thomas me desabrocha con delicadeza el sujetador y libera mis pezones, posa sus labios sobre uno de ellos y el placer que siento me llena, estoy completamente sumergida en un mar de oleadas fuertes, olas que me hacen gemir, sus labios y su lengua me torturan en cada lametazo, Sus manos desabrochan mi pantalón y se separa de mi levantandose de la cama, de un solo tirón me los quita, el casi al mismo tiempo él se quita los sullos dejando a mi vista su cuerpo en el que sólo hay unos boxes blancos.

Es el hombre más guapo que he visto en mi vida, tantos años teniendo la posibilidad de disfrutar de estas vistas y los he desaprovechado.

El vuelve a estar sobre mi, jugando con mis pezones y yo me tenso al notar que empieza a bajar con delicados besos hacia mi vientre.

Sigue bajando y de mi garganta sale un pequeño gritó al notar su lengua en mi entrepierna, levanto un poco la cabeza para ver como él tiene la cabeza entre mis piernas que están abiertas y sus manos en mis muslos suben y bajan acariciandome de una manera deliciosa.

_ Thomas, Thomas.

Susurro su nombre, estoy completamente perdida, jamás en la vida había sentido algo parecido, el universo entero desaparece, sólo estámos él y yo, en mi cama y la excitación, ni el miedo ni la angustia están ya, ya nada importa sólo él, sus ojos se levantan y se encuentran con lo míos.

Su mirada me provoca más morbo, más emoción, él sigue en mi zona íntima hasta que sin poder controlarlo el placer se hacer insoportable, necesito gritar, mi cuerpo se estira en toda la cama y siento como toda yo se rompe en mil pedazos, mientras me besa la boca y calla mi gritó.

_Eres exquisita Ariel  y eres mia.

Sus palabras me ruborizan más, si claro, tiene razón soy suya, completamente suya, él se pone un preservativo que saca de su cartera y se coloca entra mis piernas abriendolas más con sus manos.

_ Despacio vale.

Yo jadeo un si y siento como muy despacio su pene se va haciendo paso entre mis pliegues, mi vagina se va llenando, el dolor es punzante y fuerte pero nada que no se pueda soprtar, él sigue introduciéndose en mi y cada vez es más incómodo y el dolor se hace más presente.

_ Me duele. Giro mi cabeza y aprieto mis dientes, espero que esto no sea así siempre.

_Ya casi, tranquila.

Ya casi que? Se me va a pasar? O ya casi ha terminado? Dios el dolor no me deja pensar y de un golpe seco siento como algo dentro de mi se a roto, ahora si, el dolor es insoportable, siento como su gran miembro me ha partido en dos, pero Thomas no se mueve, sólo me mira y empieza a besarme, no puedo decir que este disfrutando mucho del beso pero sus labios de cualquier forma son adictivos, sus manos empiezan a pellizcar mis pezones y cuando me quiero dar cuenta estoy gozando del placer que siento, gimo su nombre, sentirme llena y su lengua haciendo maravillas con mis pechos ha hecho milagrosamente que el dolor desaparezca, un pequeño movimiento de caderas hace que mis ojos se habrán, el sentimiento es de satisfacción con cada penetración,  cuando su miembro entra de nuevo en mi es el paraíso, le tocó el cuerpo entero, mi cadera se alza, quiero más, mucho más, y Thomas poco a poco va subiendo el ritmo y la fuerza de las embestidas, yo me agarró de sus hombros y doy rienda suelta a mi placer que es eterno, jamás me quiero separar , me gustaría estar así el resto de mi vida, sintiendo como se hunde en mi una y otra vez.

pσr nєcєѕidαd .  * EDITANDO*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora