XXXVIII. Profesor

1.9K 151 9
                                    

Estamos tumbados en la cama, calmando nuestras respiraciones despues de disfrutar del mejor sexo que he tenido en la vida, y a diferencia de las otras veces, él me tiene abrazada por la cintura y yo apoyada la cabeza en su pecho desnudo,  sintiendo su corazón latir, su mano me acaricia el pelo delicadamente y de vez en cuando un pequeño beso se posa en mi cabeza, no hablamos simplemente disfrutamos del silencio y la tranquilidad que siento en sus brazos.

_ Tengo que decirte algo.

Que poco me gusta esa frase, pero disimulo y hago como si no me importará mucho.

_ Dime.

_ Estoy muy bien en la empresa, y no tengo que decir lo que me gusta tenerte como jefa, pero me han ofrecido un trabajo, algo más acorde a mi.

Yo me levanto, se va de nuevo, lo sabía por que narices he tenido que confiar en él, pero esta vez no voy a mostrar mi debilidad y lo mucho que vuelve a dolerme su marcha.

_  Muy bien, me parece correcto.

_  No te enfades por favor,  tienes que entenderme, tengo que irme.

_ Te entiendo, claro que te entiendo, has venido hasta que has encontrado algo mejor, en eso se basa el mundo ahora Thomas, no eres ni el primero ni el último.

_  ¿Qué esperabas que fuera un secretario toda la vida?

_  Yo de ti no esperaba nada, de ti no espero nada desde hace muchos años.

_  No pensé que te fuera ha molestar tanto, es evidente que no podremos vermos tanto, pero vamos ser maestro en el Instituto me deja toda la tarde libre de todos los días de la semana.

_  ¿Qué? ¿Maestro dices?

_ Si me han propuesto ser el nuevo profesor de Deportes, estoy nervioso tengo que reconocerlo, pero me apetece mucho, se que puedo hacerlo bien, el deporte es mi pasión.

Dios que ridícula me siento, al saber que simplemente quiere trabajar en otro sitio y normal, no ha nacido para ser secretario de Paul, ni de nadie.

_  Claro que lo vas hacer bien, Thomas me alegro tanto por ti, ¿tu, profesor?, que tiemblen los alumnos.

_ No estabas enfadada?

_ Pensé que te volvias ir.

Él se acerca ami y me coge la cara entre sus manos.

_ Nunca más cometería ese error.

Y me besa, me pierdo en su boca, su lengua juguetona me invade y mis manos van hacia su cuerpo, le abrazo, por que narices es imposible que me controle con él.

*******

Estamos en la empresa y Thomas ya ha presentado oficialmente su carta de dimisión, en dos semanas acaba su trabajo aquí y a pesar de todo lo que me alegro por él, no puedo evitar el sentir que echaré en falta sus visitas sin motivo a mi despacho y su presencia por la empresa.

El sonido de la puerta me saca de mis pensamientos.

_  Buenos días Ariel, necesito que revises estos anuncios cuando puedas.

pσr nєcєѕidαd .  * EDITANDO*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora