XXXI. Una noche.

2.3K 185 9
                                    

Vuelvo acercarme a él y me pego a su cuello.

_ Ariel- Que no es buena idea? Esto?

Mis labios se posan sobre su cuello, y siento como con el contacto el cielo se abre para mi, tantos años sin sentir nada parecido a esto, siento como su piel se eriza con mi tacto y yo voy dibujando de carmín rojo un camino hacia sus labios.

Cuando mi boca se apodera de ellos todo en mi cuerpo parece despertar, y siento como mi cuerpo le desea, recuerdo cada noche fría sin él, siento sus manos sobre mi cuerpo y sus caricias exigentes me hacen gemir, comienzo a desabrochar su camisa y me quito mi vestido dejando a su vista mi ropa ínterior de encaje, sus ojos brillan al verme y me acerco de nuevo a él para acariciar su piel, mis dedos se pasean por sus músculos ahora más marcados que hace años y mis labios van dejando pequeños besos sobre él.

Tiro de él y hago que caigamos sobre mi cama quedando el sobre mi, apretando mi cuerpo contra el colchón, estoy ansiosa, le deseo y el alcohol está logrando que aparte de mi cabeza la cordura y el dolor y salga a flote todo lo que esté hombre despierta en mi.

Sus labios empiezan a besar mi cuello y un gemido se escapa de mi garganta al notar como sus manos acarician mis pezones.

Pero el para y yo me quejo al instante.

_ Ariel- Thomas no pares, por favor.

_ Thomas- Estas borracha, no pienso hacer esto así.

El me coge y yo me cabreo como si fuera una niña pequeña a la que le han castigado sin si golosina.

El tira de mi y me levanta para después abrir la cama y volverme a dejar caer, está vez tapa mi cuerpo con la colcha y se tumba a mi lado.

_ Ariel- ¿Te vas a ir?.

_ Thomas- No me voy, tu duerme.

Me besa la cabeza y nose en que momento mis ojos se cierran y me quedo dormida sintiendo el brazo de Thomas sobre mi cuerpo.

Despierto sobresaltada al sentir que alguien está en mi cama, giró mi cabeza y veo a Thomas, y la realidad se apodera de mi, menos mal que uno de los dos tuvo la cordura en su sitio.

Le observó, está dormido y está guapísimo, sacó mi mano de la colcha y acaricio su cara, sus ojos al instante se abren y en su cara se instala una sonrisa, yo a pesar de eso no apartó la mano y de su mejilla.

_ Thomas- ¿cómo estas?

_ Ariel- Me duele la cabeza, pero nada que no lo solucione una pastilla.

La situación, al contrario de ser incomoda, es agradable y cálida.

_ Thomas- deberíamos levantarnos, hay que trabajar.

Me asusto por si es tarde, miro el reloj y compruebo que a pesar de todo es muy temprano y sabiendo que lo que voy hacer esta mal y que probablemente me tiré el resto del día fustigandome por ello me acerco a Thomas y mi mano baja por su cuerpo hacia su torso descubierto.

_ Ariel- No tienes frío? Te podías haber metido debajo conmigo.

_ Thomas- No quiera que me echarás por aprovecharme de la jefa borracha.

pσr nєcєѕidαd .  * EDITANDO*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora