I promise you (YuTae/TaeYu)

Mine

Y ahí me encontraba nuevamente, Johnny y yo habiamos vuelto al bar de la vez pasada apenas tuvimos un respiro, ninguno de los dos habia tenido suerte con su chico, por que si, el alfa casanova habia caido a los pies de un tierno y sexy omega. Vi a mi compañero levantar se mirando todo el lugar con atención, lo segui cuando comenzo a andar hasta que dimos con su chico.

-¡Ten! - el chico se sorprendió al verlo ahí - tenemos que hablar.

-No es momento Johnny - susurro el pelinegro mirando para todos lados.

-Por favor Ten, yo se que tu tambien lo sentiste, estamos destinados - vi como Ten ponia un dedo sobre los labios de Johnny pidiendole silencio.

-Para, enserio no es el momento, tengo que encontrar a un amigo que esta en apuros, en cuanto lo ponga a salvo podremos hablar.

Deje de escuchar su pequeño debate cuando el aroma del omega llego hasta mi, corrí entre la gente importándome poco si empujaba a algunas personas, tenia que llegar a él. Al llegar a la barra lo vi sentado, se veía cansado y había un alfa cerca suyo, por la expresión de Yuta podía asegurar que lo estaba molestando; furiosos me acerque a ellos escuchando parte de su charla.

-Vamos Yuta, te pagare bien.

-¿Cuantas veces tengo que decir que no? Sabes que no dejo que me anuden, ya déjame en paz, seguro habrá otros que aceptaran tu dinero.

-Pero Yuta, yo te quiero a ti - pose mi mano sobre el hombro de aquel alfa.

-Ya lo escuchaste, déjalo tranquilo - el hombre me miro molesto.

-¿Y tu quien te crees que eres para darme ordenes? - empece a gruñir cuando el se levanto de su asiento.

-Soy quien te romperá la nariz si no dejas a Yuta en paz.

El primer golpe lo sentí en la mandíbula, sonreí de lado antes de empezar una pelea uno a uno, ambos luchábamos por aquel bello omega. Perdí la noción de la realidad, mi lobo tomo el control de mi cuerpo, podía ver la escena en tercera persona, los dos rodamos por el suelo hasta que yo quede sobre el, comencé a golpearlo con toda mi fuerza descargando mi ira completamente en el, no note que aquel alfa ya no se defendía de mis golpes.

-¡TaeYong! ¡Detente! - Mire a Yuta, se veía asustado así que solté al alfa y corrí a abrazar a mi omega, el se refugio entre mis brazos, lo sentía temblar así que solté mi olor buscando tranquilizarlo, el froto su nariz en mi cuello.

-¡Hey tu! Hay que sacar a Yuta de aquí - mire al amorcito de Johnny junto a nosotros, asentí y con cuidado levante a mi omega en brazos.

Ten nos saco a los 4 del bar para guiarnos por las frías calles de Seoul, Johnny y su omega nos miraban de tanto en tanto como preguntándose que ocurría entre nosotros. Yuta permaneció oculto en mi cuello, se aferraba a mi como si temiera que yo fuera a desaparecer, buscaba mi olor como si fuera necesario para respirar; mi lobo se encontraba tranquilo ahora que tenia al omega entre mis brazos. Llegamos a un edificio no muy lujoso, tuvimos que subir 5 pisos antes de que Ten abriera una puerta dándonos paso a un pequeño departamento.

-Déjalo en el sillón - yo asentí no muy feliz, pero cuando Yuta sintió que lo dejaba se aferro con más fuerza.

-No me sueltes - siendo así, me senté en el sillón con Yuta entre mis brazos, acaricie su espalda transmitiéndole confianza.

-No me agrada que este contigo.

-Tennie, no seas tan duro con él.

-Ten, el detecto mi aroma, y yo estaba usando los supresores - el pelinegro abrió los ojos como platos antes de asentir.

-Ya veo, así que al fin encontraste a tu pareja destinada.

Yo solo me quedé en silencio tratando de procesar lo que Ten acababa de decir, mi lobo aullaba feliz por haber encontrado a su pareja predestinada después de tanto tiempo, pero hasta cierto punto mi lado humano tenía miedo, miedo por la forma en que nos habíamos conocido, sin embargo, estaba decidido a proteger a Yuta de todo, lucharía por él.

- TaeYong - susurro, sentí como se removía entre mis brazos buscando cada vez más cercanía entre los dos, un gemido y el fuerte olor de mi pareja me confirmaron lo que temia.

-Esta en celo - susurré mirando como Yuta se retorcía eróticamente entre mis brazos.

Esto no era lo que yo tenía en mente.