Capítulo 7 - El Pasado de John Wilde

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La luz azul tenue de la fría habitación iluminaba el rostro despectivo de Nick hacia el viejo zorro de cejas gruesas y mirada muerta, la coneja los veía con amplio suspenso esperando que uno de ellos rompiera la tensión del momento, el silencio era lo único que había, de repente uno de ellos habla.

—Antes que explique algo quiero preguntarte algo Nick.—Pregunta el viejo zorro.

—¿Que cosa?— pregunta Nick.

—¿Me invitarás algún día a tu boda con mi futura nuera? *refiriéndose a Judy*—El rostro molesto de Nick cambia a un rostro lleno de asombro. Mientras el viejo zorro suelta una pícara sonrisa. Judy se sonroja golpeando el brazo de ambos zorros.

—Dejarían de ser padre e hijo, son idénticos.—Comenta molesta Judy. Mientras Nick de nuevo se torna serio.

—No es la pregunta que esperaba... al menos me hubieras preguntado sobre mi madre quien murió por ser discriminada en el hospital, toda mi vida he vivido la discriminación hacia los zorros en la sociedad de Zootopia, por esta sociedad me convertí en un estafador, un traficante, un asesino... un criminal.—exclama.

—Lo sé bien Nick... pero durante todo este tiempo he estado sobreviviendo para verte... aunque sea una sola vez, y veo que no me equivoque al pensar que un día llegarías a ser un gran zorro.—Nick se muestra sorprendido.

Entonces John Wilde comienza a relatar su historia.

Flashback (hace 31 años)

Era un joven zorro de 26 años, un brillante Zoopólogo, ... a pesar de ser un zorro era muy respetado en la sociedad de Zootopia. Vivíamos en Sabanna Central, yo estaba felizmente casado con tu madre, la amaba tanto, y tu tenías apenas dos años de edad, eras muy pequeño para recordarme. Entonces, un día, fui contactado por las autoridades de Ciudad Ártica, ciudad situada muy al norte, con el fin de realizar expediciones en unas ruinas encontradas recientemente por su gente. Tenía que ir, ya que era mi trabajo y la remuneración por la expedición sería generosa. Pero tu madre sentía que no debía irme.

—¡John! No vayas, tengo un mal presentimiento, algo me dice que es muy peligroso.—comenta preocupada.

—Es mi oportunidad de expandir mi trabajo, no solo soy bueno, soy el mejor, y nadie mas que yo para hacer esto y tu no eres quien para frenar mis sueños.—Le dije en tono de arrogancia. Su rostro se entristeció. Luego de eso, no hablamos más.

Llegado el día,  estaba listo con mis maletas para irme, pero no sin antes despedirme de ustedes, de pronto tocaron a la puerta. Al abrirla estaba un grupo de animales lideradas por la Doctora Sara Paltrova.

—Buenos días señores Wilde, lamento la visita repentina, pero no podemos perder más tiempo, es hora de irnos—comentó la doctora con su típica frialdad. Entonces levanté mi equipaje del suelo y antes de salir por la puerta sentí que algo detuvo mi brazo, al voltearme vi que era ella quien me miraba con amor y tristeza, solté mis maletas y la abracé... la abracé como nunca, sentí su olor, su suave pelaje, sus intensos latidos... sus lágrimas. 

—¡Volveré!— Le dije con un nudo en la garganta.

—¡Te esperaré! Aun si ya no me encuentras yo estaré contigo. Y nuestro hijo será nuestro legado.—exclama con lágrimas en sus ojos. Le entregué mi corbata favorita, una corbata Azul con franjas moradas. Nuestros labios se juntan por ultima vez, y al salir por la puerta, sus ojos verdes son lo último que recuerdo de ella.

Ese día partimos en el tren expreso hacia Ciudad Ártica, en él viajábamos los cinco mejores científicos de Zootopía. Ellos eran la Doctora Sara Paltrova, una brillante Genetista y Bióloga, y otros tres científicos quienes eran dedicados ramas de la ciencia como la Geología (estudio de minerales), Paleontología (estudio de especies ya fósiles)  y filogenia (parentesco entre especies). A los dos días del largo viaje, llegamos al fin a Ciudad Ártica, era un vasto lugar, cubierto de hielo, edificios y vehículos para nieve, parecida al distrito TundraTown de Zootopia, sus calles y avenidas estaban repletas de animales como osos polares, lobos, perros, zorros, tigres, armiños, gatos monteses, jabalíes, tejones, ciervos, todo tipo de animales de nieve. El comercio principal del lugar era la pesca. Los vegetales y demás alimentos eran sembrados más al sur. En fin esa era la vida del norte.

El Pecado de Nick WildeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora