Capítulo 23

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Narra Grayson:

—Gray, ven aquí amor. – Susurró en oído con aliento a alcohol.

—¿Que quieres? – Bufé.

—Necesito que me beses. – Río. —Anda ven.

—No quiero. – Fruncí el ceño.

Camine hacia la barra por una bebida, tras el ventanal gigante de vidrio que daba hacia el jardín, pude ver a Paula con un chico.
Inmediatamente comencé a sentir una furia inmensa en mi, el se encontraba tomándole el mentón y haciéndola reír.
Me dirigí con Alison y pedí otra bebida para ella.
Me senté en uno de los escalones, ella se posicionó en mi piernas.
Comenzó a besarme el cuello y después los labios.

—Te he extrañado. – Sonrió.

—Por favor Alison, tú no extrañas a nadie, eres mas zorra que nada. – Rodee los ojos.

—¿Ah si? ¿Y porque me besas? ¿Porqué estás conmigo? – Río.

—Porque no tengo otra opción. – Bufé.

—Quiero sexo. – Susurró en mi oído.

—¿Que dices? – La mire.

—Lo que oíste. – Beso mi cuello.

—No, eso sí que no, no quiero volver a hacerlo contigo. – Fruncí el ceño.

—Escuchame bien estúpido, si quieres que tú reputación no esté más manchada de lo que ya está, lo harás conmigo. — Susurró en mis labios. —Y si no quieres que tú "niña" se entere de lo que has hecho. – Río llevando la mirada hacia Paula.

—No, no lo hagas. – Suspiré. —Solo esta noche, no más. – Dije serio.

—No te pido más cariño. – Sonrió.
Me tomo de la mano llevándome a una de las habitaciones.

La ropa nos fue sobrando y al estar completamente en acción alguien entro a la habitación.
Al encender las luces ella de quedó inmóvil y con los ojos llorosos.
Me separé de Alison como pude, ella río ante la expresión de Paula, pero yo, sentía que se me venía el mundo encima al verla así.
Ella desapareció en cuestión segundos, decidí ir tras ella, no dejaría que esto se quedará así.
Tomé mi ropa y me la fui colocando torpemente.
Los zapatos los llevaba en mis manos, corrí como pude al colocarme la camisa.
Salí y comencé a buscarla, pero choque con un chico, el cuál al ver de quien se trataba no podía estar más agradecido que fuera el.

—Carter! Hey! Dónde está Pau? – Grite por el fuerte sonido de la música.

—Salio hace unos instantes con un chico, supongo que fueron a casa. – Sonrió.

—¿Y eso te alegra estúpido? ¿Con quién fue? Dímelo Carter! – Grite aún más.

—¿Porque te importa tanto? Supongo que ella está así por ti, déjala que disfrute su vida con alguien más, no la mereces, él sabrá como hacerla felíz, es un buen tipo. – Río. —No pierdas tu tiempo Dolan, lárgate con Alison y deja en paz a Paula. – Dijo serio.

—No, no la dejaré, jamás! Nadie pueda estar con Paula, con mi Paula! – Lo mire fijamente y salí hacia mi auto.

Conduje con velocidad hacia la casa de Paula, estacioné el auto y baje dirigiéndome hacia la entrada.
Mire con detalle buscando algún borde que me ayudara a subir hasta su habitación.
Toda la casa estaba con las luces apagadas.
Tenía suerte que su habitación fuera la del balcón más grande, quedando con vista hacia la calle.
Me sostuve de la pequeña​ barda que tenía la ventana que daba a la sala y comencé a escalar.
Al estar ahí arriba, pegue mi oído en la ventana, no quería pensar que ella estuviera haciendo algo que no fuera de mi agrado.
Pero al parecer, solo dormía. Sonreí, sabía que ella no era así.
Era mi oportunidad, sin más abrí con cuidado y entre.

Al parecer ella me escucho, con rapidez se levantó y se dirigió a prender la luz.

—¿Que haces aquí imbécil? – Dijo cruzándose de brazos.

—Necesito hablar contigo. – Musité.

Traté de hablar con ella, pero ella solo gritaba o se ponía en plan de niña pequeña.
Quise callarla pero se resistía, así que no me quedo otra opción. Además era claro que yo siempre escogería esa.
La bese, creí que ella me rechazaría, pero no fue así, siguió el beso con ternura.
Quite mi campera que llevaba puesta y la tire al suelo.
Acariciaba su vientre, pero ella me mordió con fuerza mis labios dejando un horrible dolor en ellos.
Luego de eso me golpeó fuertemente en la mejilla.

—¿Qué diablos fue eso Paula? – Dije enojado.

—Creiste que con un beso y un intento de sexo se me olvidaría todo? – Río irónica.

Dios, ¿enserio pensaba que quería acostarme con ella?
Era una maldita técnica para disfrutar mejor el beso, no para acostarme con ella.

Quise decirle todo, él porque de mi decisión con Alison, pero ella se negó a escucharme.

—Paula! Déjame explicarte. – Dije en tono de suplica.

—Eres un maldito Grayson! Tal vez no seas un maldito criminal que te convierta en alguien malo pero mierda! TÚ SI SABES COMO LASTIMAR A LAS CHICAS! – Grito.

Mierda, esa fue la gota que derramó el vaso.
Sentí mis ojos arder y un nudo en mi garganta.

—Dime a que le tienes miedo! ¿A mi? O a que! – Me levanté caminando hacia ella.

—A salir lastimada Grayson! – Gritó.

—?Lastimada? ¿Por quién!?– La mire con dolor.

—Por ti! – Grito seguido de un sollozo.

Me quedé inmóvil. Ella jamás había demostrado temor hacia mí, había sido una chica con mucho carácter, ¿porqué diablos ahora me temía?

—¿Por mí? Paula, tu jamás me has tenido miedo. – Musité.

—No te lo tenía hasta que me di cuenta de ésto! – Dijo cabizbaja.

—¿De que? – Fruncí el ceño.

—De que en verdad te quiero. – Me miro.


No te tengo miedo 》g.d  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora