Cuando la persona que te prometió nunca dejarte lo hace tu vida ya no es igual. Las piezas de tu corazón ya no encajan y nunca llegas a encontrar la que te hace falta.
O donde Harry se engaña de amar a una chica y deja a su pequeño novio por ella.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Louis se acomodo la sudadera color rosa pastel, tomo su mochila y llaves. Salió de su casa alegremente hoy platicaria con Harry sobre sus regalos de San valentin. Aún que el ya tenía una idea de su regalo quería ver si a su novio le parecía.
Al llegar a la escuela se llevó una sorpresa no tan sorpresa, Ashley y Harry estaban juntos, demasiado para la opinión de Louis, y de otros que no supieran que Louis y Harry eran novios.
Camino y fue hasta su casillero que estaba justo enfrente del rizado, no le importo si este lo miraba aunque ya dudaba de que el ojiverde notará su presencia.
Sacó los libros que ocuparía hoy, miro por el espejo que tenía en su casillero que daba al casillero del rizado que era donde este último se encontraba y algo en el se oprimió, este ni siquiera lo volteo a ver. Seguía ocupado con su platica.
Azotó el casillero, eso fue lo único que llamó la atención de Harry, miro al castaño y se sintió culpable. Vio como salía de ahí apresurado quiso ir a buscarlo, pero unos brazos se lo impidieron.
Ashley.
Louis tenía la esperanza que el rizado viniera detrás de él, pero no fue así. Eso hizo que sus ojos se aguaran. Harry ya no lo quería, ya no lo necesitaba, era un cero a la izquierda en su vida ahora.
[...]
—Adiós Niall—agitó su mano. El rubio le devolvió el gesto.
Caminar a casa solo no era algo que el menor acostumbrase a hacer, siempre iba con alguien. Su alguien.
Pasó por una tienda de obsequios para San Valentín. No sabía si comprar algo, pues no sabía si el rizado le importara.
Decidió entrar, había de todo y muchas cuentas personas, entre ella Ashley, sonrió y se acerco a ella. Le tocó el hombro y esta le sonrio.
—¿Buscando algún regalo? —preguntó ella sonriendo.
—Algo así, no estoy seguro—el y su inseguridad.
—Si es para harry. Me dijo que este año no te podía regalar algo, que ojalá y lo entiendas. —dijo esta con una tristeza fingida.
El corazón de louis se rompió, bajo la cabeza y siguió mirando. Okay, estaba bien, Harry no le regalaría nada, pero louis si. Para que el se diera cuenta que aún así el todavía lo tenia presente.
Compró unos chocolates blancos, los favoritos de Harry.
No le dirijo la palabra a la rubia, salió con su bolsa. Tenía que esperar a mañana.
Cuando iba caminando alguien le tocó el hombro. Miro y era un chico, muy lindo a decir.
—Hola, te vi en la tienda. Y bueno me pareciste muy lindo. —dijo mientras se rascaba la nuca.
Si Harry iba a jugar. ¿Por que el no?
—Um...ya veo. Yo me llamo Louis. —le extendió la mano al rubio. Este jugaba con el piercing que adoraba su boca.
—Me llamó Luke. Yo quería saber si podía tener tu número—exclamó, pero antes de que Louis hable respondió —Claro si tu quieres. —dijo tímidamente.
—Claro. —exclamó y le anoto su número en el teléfono. —Bueno yo me voy. Llámame par salir algún día—dijo antes de irse.
Su día no fue tan mal después de todo.
[...]
Al día siguiente...
—Harry, vamos es la fiesta de mi primo. —exclamó la rubia.
—Anda Harry, acompáñala querido. —respondió Anne mirándolos con aprobación.
—No quiero mamá, quiero salir con Louis. Lo he dejado muy solo últimamente. —dijo tristemente. Pues luego de lo que ocurrió en la mañana, Zayn fue a decirle que escucho llorar a Louis en el baño. Eso le partió el corazón.
—Mi vida, te he dicho que es chico no vale la pena. —exclamó con fastidio Anne.
Harry la miro mal, se levanto de la silla y salió de ahí, odiaba cuando su mamá hablaba así de su castaño. Por qué si, seguía siendo de él.
Tomó su teléfono y le llamó a Louis.
"¿Hola?"
—Hola Boo—
"Ah.. Hola cariño" como podía Louis a pesar de todo poder amar a Harry.
—¿Cómo has estado? —
"Bien... Supongo" río el castaño, ante su respuesta pues el sabia que no estaba bien.
—Yo... ¿Podemos vernos? —preguntó con nerviosismo.
"Claro. Te espero en mi casa" respondió.
—Ok te veo en diez. Te amo—exclamó.
"Yo igual" colgó.
El mayor tomo su cartera y su chaqueta y salió de ahí. Iría a ver a su Boo.
