Recuerdo ese día, en ese momento vi la belleza en sus piernas y casi note el odio que tenía en sus ojos. Volteo la pagina y aparece otra fecha...
15 de enero de 2014:
Las visitas de mi hermoso extraño se estaban volviendo frecuentes, hay veces que me paga simplemente por besarlo, como si el buscara besos y nada más. Pero otros días llega con su lujuria desatada y sus hormonas al tope.
Ese día comencé a bailar en el frio tubo, algunos hombres se me acercaban y colocaban dinero en mi sostén, en mis bragas... otros simplemente se dedicaban a gritar obscenidades. Un hombre de unos cuarenta años me hizo algunas señas para que baje del escenario, él quería comprarme, obviamente. Sin titubear baje del escenario y en mi lugar entro Cristal, una de las nuevas. El hombre tenía un whisky en las rocas, eso me hizo pensar en Louis. El pidió un trago para mí y luego comenzó a hablarme de negocios... como si a una mujer le gustaría.
-¿y de cuanto hablamos si simplemente me la chupas?- al instante puse una notable cara de asco, pero luego me acorde de que es un cliente y que es mi deber servirle.
-Unos 100 dólares- un poco caro, es obvio. Pero no tenía ánimos para hacerle algo a ese cuarentón con pinta de vaquero frustrado.
-Eres bastante cara nena- el enrollo un mechón de mi pelo en su dedo y luego bebió de su whisky.
-Ella no es cara, y esta noche se va conmigo porque estoy dispuesto a ofrecerle 200 dólares por una simple chupada- mi dios de ojos verdes apareció al instante, el tenía los codiciados 200 en su mano y una sonrisa lascivia en sus labios.
-Esto no son negocios niño bonito, yo la encontré antes, puedes buscarte a otra puta por otra parte- mire a Louis cuando el cuarentón dijo eso, su seño se frunció al instante, y luego sonrío irónicamente. Yo sin darle importancia a todo esto comencé a caminar hacia él, hacia sus suaves y bronceados brazos.
Fuimos hacia la habitación favorita de Louis, hacia la habitación que le mostré el primer día y que ahora frecuentamos cada vez que el viene.
Sin decir nada él entro y cerró la puerta bajo llave, me senté en la cama esperando a que él se siente junto a mí, para hablar o besarnos como lo hicimos la última vez. Pero en vez de eso, el se saco la camiseta; dejando a la vista sus hermosos tatuajes, luego se bajo los pantalones, haciéndome ver de qué se trataba. El estaba totalmente erecto y ni siquiera lo toque, y sus ojos estaban más oscuros de lo normal, llenos de lujuria. Eso hizo que me excite totalmente y que pensara en que podría hacer con ese majestuoso hombre entre mis piernas.
Camino hacia mí y luego de apoyar sus rodillas en el colchón comenzó a besarme, fuerte y suave a la vez. La fina mezcla entre el infierno y el paraíso. Salí de sus brazos y comience a darle un baile erótico, lleno de desenfreno y sensualidad. El estaba recargado en sus hombros, con sus ojos llenos de lujuria y su bóxer mas lleno que nunca.
Sé que no es bueno esto, supe de muchas chicas mas que se metieron con personas famosas; ellas no salieron bien, los prostíbulos se llenaron de camarógrafos y luego no vieron más a su amante. Es obvio que me pasara lo mismo con Louis, pero no puedo evitar mirar su cuerpo y no querer seguir. El es hermoso, y me paga muy bien.
Cuando note que no tengo más ropa el tomo mi mano y hizo que me suba a su cuerpo desnudo y caliente. Lo bese profundamente mientras jugaba con su erección entre mis manos, el toco mi clítoris sin suavidad alguna; haciendo que mi feminidad se moje más de lo normal. Mi cuerpo responde de una manera tan diferente bajo su tacto, como si realmente quisiera tenerlo dentro de mí, como si fuera más que un orgasmo actuado. Juegue con su erección en mi entrada, y luego de unos minutos el quito mis manos de su erección y coloco las suyas en mi cintura, penetrándome con brutalidad haciendo que de mi boca salga un fuerte gemido, tan físico como el dinero que el dejo sobre el buro y tan real como su piel tocando la mía. El seguía entrando y saliendo de mi cuerpo sin ninguna censura, como si su vida dependiera de ese orgasmo, yo no podía evitar morder su cuello cuando sentía esos pequeños golpes de placer tan fuertes. El me quito de encima suyo y luego se coloco el arriba, sosteniendo mis manos sobre mi cabeza ingresando nuevamente a mi cuerpo, lento, suave y frustrante. Con su mano libre comenzó a tocar mi punto débil, chupo su dedo índice y medio y volvió a frotarlo, tan tranquilo que me molesto. Después de unos minutos torturándome de esa manera comenzó a penetrarme más fuerte, con una rapidez extrema, haciendo que su respiración se agite al igual que la mía al punto de llegar al clímax de ambos; apoyo su cabeza en el hueco de mi hombro y mi cabeza. Diciendo que ama tener orgasmos conmigo se libero, al igual que yo. Su cuerpo cayo arriba del mío, su respiración seguía agitada pero poco a poco comenzó a regularse. Besó mi cuello, mi mandíbula y luego mis labios; después de todo un orgasmo sin tocarlos, se sintió como el infierno su lengua.
Mi completo extraño estaba jugando duro con mi cuerpo.
