Mis nervios estaban a flor de piel, Louis me decía que me calme, que si veía que Christian se pasaba de la raya al instante iba a detenerlo. Pero la verdad es que no creí que me importara que se pase de la raya, ni él, ni Louis.
El timbre sonó y retumbo en lo interno de mi cabeza. Christian ya estaba ahí, al otro lado de la puerta; esperando por vernos a los tres tumbados en mi cama, o en el suelo. Un calor recorrió lo mas interno de mi al pensar en los tres juntos.
-Hola- vi esa sonrisa lasciva en los labios de Christian y ya estaba alucinando.
-Hola- Louis le dio la mano con notoria incomodidad y luego caminaron ambos hacia el sillón, donde yo estaba sentada con mis sentidos más agudos de lo normal. Louis se sentó a mi derecha y Christian a mi izquierda.
Pensé en las posibilidades de que este trió no me agrade…
Nada.
-Traje algo para aligerar la carga- Christian sacó de su mochila licor (caro, muy caro) y una bolsa con tres pastillas. Éxtasis. –Me las dio un conocido, son muy buenas. En realidad no es éxtasis, es la mezcla perfecta para el sexo. “Sextasis”- el nombro esa palabra saboreándola, disfrutando cada letra en su paladar.
-Pues hagámoslo ya- lo dije sin pensarlo, mis nervios eran notorios. Tome la pastilla sin titubear y le di un trago al licor.
-Si tú lo dices- Christian me siguió y tomo su pastilla.
Louis lo dudo, pero después de un momento ingirió la droga.
Esperamos a que hagan efecto por más de media hora, jugamos a las cartas y tomamos más licor para alivianar el aire.
-Oh, Por dios. Estoy demasiado caliente- Christian me susurro al oído y sentí otra oleada de calor en mi cuerpo; si, yo también. Me beso fuerte en los labios, haciendo que mi cuerpo sienta más aun las sensaciones.
Louis besaba mi espalda, mientras Christian desabrochaba mi camisa con dedos agiles. Luego se paro y me miro con sus ojos encendidos, se saco su camiseta y sus pantalones. Louis tomo mi rostro con una de sus manos y metió la lengua en mi boca sin permiso alguno, haciendo que mi punto sur quiera de esa lengua ahora mismo.
Louis tomo mi mano y me guio hacia mi habitación, Christian iba atrás nuestro con solo sus bóxers. Me recostaron en la cama, Louis imito a Christian y se quito su camiseta y sus pantalones. Haciendo así que quede solo yo con demasiada ropa para ese momento.
-Es hora de sacar esto- Louis baja mis pantalones diciendo esas palabras y besa mis muslos. Christian se acerca a mi boca y comienza a besarme mientras me quita el sostén. Perdiéndome en la mágica lengua de Christian sentí otra. Pero en mi amado punto sur, Louis estaba chupando con fuerza haciendo que gima con tal intensidad en los labios de Christian.
No me acuerdo bien de como, pero después de unos minutos Louis estaba dentro de mí, tan fuerte que no podía evitar gemir mientras que me deleitaba con el miembro de Christian en mis manos.
Luego de unos minutos así Christian comenzó a besarme y a tocarme el clítoris con total tranquilidad, se coloco un condón y me penetro, tan suave que dolía, Louis me besaba, me tocaba y apretaba los senos. No podía creer de cuanta magia me perdí por tanto tiempo. Estos hombres eran magníficos y me estaban provocando el mayor orgasmo de mi vida.
Media hora después Christian acabo mientras apretaba mis caderas y sin decir nada más se metió a la ducha.
-No puedo creer que diga esto, pero me gusta saber que no acabaste con ese idiota- Louis se coloco entre mis piernas y me penetra, sin condón alguno, haciendo que me llene de su piel.
No entiendo porque, pero a Louis lo sentía mucho más adentro mío, como si lo quisiera allí en todo momento. No estaría mintiendo si diría que mi mejor sexo fue con Louis, porque así lo era.
-¿Podría ser amor?- sus palabras me aturdieron en un momento, no podía creer que todo se fuera por los caños con esa simple pregunta, claro que no. Eso era sexo. No más.
-Jamás- el hizo una mueca de disgusto y luego salió de mi interior, sin más que decir. Era obvio.
Christian reapareció en el cuarto y se acostó a mi lado, nuevamente me encontraba en el medio de dos hombres. De mi pasado y de mi presente…
No.
Louis no era mi presente, era un cliente, un simple cliente.