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Dos días pasaron desde nuestro encuentro en la planta alta, con Héctor trazamos la ruta a seguir para poder lograr lo que nos proponemos, por el momento debemos llegar a la cerrajeria en donde trabajaba para poder conseguir los moldes y con ello fábricar las llaves, según el con un molde de llave maestra podríamos abrir las puertas tranquilamente, sin necesidad de forzarlas, así, si no logramos traer todo el contenido de las despensas podríamos mantenerlo cerrado de ese modo no correriamos el riesgo de perder los alimentos que de encuentran adentro.

El plan era sencillo, por así decirlo consistía en primer lugar llegar vivos en la cerrajeria, construir la llave y luego ir a probarla ¡Así de simple y sencillo! claro, como no, no era cosa fácil, el lugar quedaba en el centro de la ciudad, lo que implica que los muertos estarían más aglomerado en esa parte específica, debido a que la gente se centraba más en eso lugares, segundo lugar, ir en auto llamaría la atención, por lo que teníamos que ir caminando y quedaba a unos 9 km de donde nos encontramos.

Es un viaje largo y lleno de peligro, nada nos aseguraba de que al llegar pudiéramos entrar en el local, ni que realmente funcione nuestro plan, pero sin arriesgarnos, no lograriamos nada, era hacer esto o nada, además una idea loca pasó por mente, recordando que días atrás que los muertos pasaron cerca mío, sin ni siquiera inmutarse por mi presencia, lo que me hizo pensar que  es el olor los que los atrae, y esa noche al decapitar a aquel muerto, quedé bañado en su sangre, fue por eso que pasaron de lado, sin hacerme daño, así que si queríamos llegar vivos nuestro destino, debemos intentar de todo.

Salimos fuera de las altas murallas y buscamos los caminantes que necesitábamos, por extraño que parezca la casa se encontraba despejada de los muertos, he incluso podríamos decir que es un lindo día, el sol radiante, el calor sofocante y bueno eso es realmente reconfortante, es como si nada hubiese pasado, bueno claro dejando de lado el charco de sangre exparcido por las calles y restos de muertos que que pudrían en el.

Caminamos unas cuantas casa, hasta que por fin encontramos un pequeño grupo de cinco muertos, empuñamos los cuchillos en sus cráneos y terminamos con ellos, cargamos a los muertos acercándonos de vuelta a la casa, dejamos los cadáveres en el portón y volvimos a entrar en la casa, debíamos despedirnos de la familia y tomar la mochila en la que llevaríamos todo lo necesario, realmente no sabíamos cuanto tiempo nos tomaría en volver, por lo tanto era mejor ser precavidos.

_ No creo que haya necesidad de que se arriesguen así....William, hijo tu haz hecho muchas cosas grandiosas por nosotros, pero hijo esto es ir demasiado lejos.

Mi madre, como siempre no estába de acuerdo con las decisiones que tomaba, pero ella necesitaba entender que ya no soy un niño, que las decisiones que tomaba, las hacía porque era lo suficientemente consciente de mis acciones, ya no era el momento de esconderse y esperar que otros solucionen los problemas, era el momento de actuar y hacer las cosas de manera correcta.

_ Madre entiendo que estes preocupada, pero ya no es tiempo de eso, se cuidarme mamá y volveré a casa sano y salvo junto a ustedes, debes aprender a vivir con ello mamá, aceptar que las acciones que realizó es por el bien común de todos.

_ Pero......_ antes de que termine la oración la interrumpo.
_ Mamá déjame hacerlo, si no soy yo, quien será madre_ suspiro, no hay opciones o soy yo o nadie más_ soy el único que no tiene nada que perder madre, mis tíos están pasados de edad, son padres, tienen hijos a quienes cuidar, no puedo pedirles que arriesguen su vida, dejando sólo a sus hijos, no puedo madre.

_ ¿Pero si puedes dejarme a mi? acaso no soy parte de tu familia William, me preocupas, irás a meterte en la boca del lobo.

_ Te prometo que volveré mamá y tu vas a cuidar de Noah y Melody, te prometo que volveré_  la abrazó fuerte y le doy un beso en la coronilla de la cabeza, era consciente de que mi destino era incierto, que las posibilidades de volver con vida era una en un millón, pero lo último que quería es que mi madre se preocupara, debía hacer que ella mantuviera las esperanzas, no quería que se quedara sufriendo por mi.

_ Prometeme que te cuidadas a toda costa cariño_ la mire a los ojos y sonreí.

_ Por supuesto mamá te lo prometo.

_ Déjame darte la bendición, que Dios te acompañe y regreses sano y salvo cariño.

_Amen madre, así será_ le doy un último abrazó, nos despedimos de todos, encargandole a mis tíos que no salgan afuera y que no habrán los portornes, así también que eviten salir demasiado hacía el frente, no debemos confiar en nadie en estos tiempos, uno nunca conoce exactamente las intenciones de los demás, así que es mejor evitarlos a toda costa.

Una vez que salimos afuera, comenzamos a abrir las tripas de los dos muertos que recogimos, con todo el asco del mundo comenzamos a embarrarlo a nuestra ropa, tratando de aguantar las ganas de vomitar que producía el olor nauseabundo de sus cuerpos.

_ Espero que realmente esto ayude en algo, esto es extremadamente asqueroso.

_ Lo se Héctor, eso espero.

Una vez cubiertos con suficiente tripas, comenzamos a caminar, de todas formas, no me fiaba demasiado a que la sangre funcione, por lo que traía dos metralletas que estaban en la bolsa que encontramos y un hacha en la mano, en caso de levantar sospechas a los caminantes, sería un largo camino.......

Muertos Vivientes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora