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La mañana no comenzó como me hubiera gustado, en horas de la madrugada una fuerte tormenta nos azotó, y hasta el momento aún no paraba de llover, no podíamos salir así, aunque los caminantes sean lentos en la lluvia, era arriesgado, ahora no sólo éramos dos, más bien cuatro personas, y considerando que ahora teníamos a un niño en el grupo, pues era mejor no arriesgarse.

Le había dado miles de vueltas a la cuestión de Lia, escuchar su historia, en parte hizo que la aceptará pero aún tenía dudas, estaría mezclando a personas que no conozco bien con mi familia, aunque bueno sólo son ellos dos, no creo que sean mala influencia, necesitaba conocer más de ella, algo en ella me atraía, no en el sentido sexual, más bien en la parte misteriosa.

Disimuladamente la miraba, o bueno eso creía.

_ Joder!!! podrías dejar de mirar cada movimiento que hago, me desespera.

_¿Que? de que mierdas hablas, ya se te safo un tornillo o que.

_ No te hagas el inocente, tu jodida mirada me recorre a cada paso que doy, acaso crees que no me doy cuenta, si tanto desconfias de mi, por que no preguntas de una vez lo que necesites saber, y terminamos con esto_ espeta furiosa, Héctor me miraba tratando de ocultar una gran carcajada, estaba gozando de este momento el muy idiota.

_ Vamos William, habla de una vez, a mi me agrada su compañía_ lo miraba furioso, si las miradas mataran de seguro el ahora estaría muerto por entrometido.

_ Lia mira escuchame, no te acoso sólo observaba sin querer, no crei que lo tomarias tan a pecho, lo siento...._ ella me miraba aún molesta, poco a poco su semblante se suavisaba.

_ Se que es difícil que confíes en mi, lamentó reaccionar así, pero nunca me ha gustado ser el objeto de visualización de las personas, estoy consciente que la situación en la que nos conocimos no es la ideal, pero si me brindas tu votó de confianza puedo ayudar.

_ Está bien Lia, perdona mi imprudencia, no quise incomodarte.

_ Ok... ya que todo se resolvió, que le parece si nos largamos de aquí.

_ Héctor el clima no da, el camuflaje escurriria de nuestros cuerpos una vez que la lluvia vuelva a caer, de inmediato identificarán nuestro olor.

_ Tu siempre piensas en todo ¿verdad?, pero esta vez quiero darte la contra.

_ ¿Que tienes en mente?

_ Tengo un amigo, bueno tenía un amigo ahora de seguro ya es uno de esos muertos, la cuestión es que trabajaba en el super de a lado, el siempre decía que los camiones lo mantenían cargado para así poder, todos los días repatir a tiempo, si es así creo que nos sería de gran ayuda llevarnos unos de esos camiones.

_ Como puedes asegurar que siga cargado, que no lo saquearon cuando inició el pánico, por lo que observe las puertas de ese almacén están abiertas.

_ El almacén pudo saquearse pero quien buscaría dentro de los camiones de repartir, nadie sospecharia de que hay dentro, vamos William intentarlo no costará nada sólo lo veremos, anoche cuando lo recordé, busque el molde de esa llaves, Luis siempre las perdía y el único que le salvaba el trasero era yo, que tenía la copia.

_ Es una idea descabellada pero hay que intentarlo.

Salimos con sigilo de la cerrajeria, entramos al almacén, el cual estaba hecha un desastre,  los camiones se encontraban en la parte trasera del supermercado, por lo que debíamos pasar por todos los estantes hasta el final del pasillo e ir por la puerta exclusiva para empleados, aún seguíamos cubiertos por la sangre seca con la que ayer nos cubrimos, esperaba que siguiera haciendo efecto, el pasillo era largo y oscuro, el cielo nublado no ayudaba en nada, debíamos andar con cautela para poder llegar a nuestro objetivo.

Con dos pequeñas linternas nos adentramos dentro del lugar, los estantes se encontraban casi vacíos, algunas productos desparramados por el suelo y el olor nauseabundo de la carne podrida, algunos muertos cubiertos de moscas, cada que entrábamos más, el olor era más insistente podría jurar que se trataba de la carne que tenía guardado para la venta, cuando por fin nos encontrábamos frente a la puerta de servicios, tuvimos la suerte de llegar sin ningún percance.

_ Es hora_ Héctor tomo la manija de la puerta y la abrió, al hacerlo una gran horda que se encontraba adentro vino hacía nuestra dirección_ no puede ser!!!

_ Cierra!! ahora_ rápidamente tratamos de cerrar la puerta, pero los caminantes ya se encontraban amontonados sobre ella, causando una gran presión sobre ella, evitando que pudiéramos cerrarla.

_ William, no podemos cerrarla, hay que hacer algo.

_ Sostenlo!! trataré de matar a algunos tal vez lo alijeremos_ tomé el cuchillo y me apoye por la puerta, cada cabeza que salía sobre el espacio entre la puerta y el marco, comencé a empuñarlo, logrando así que la fuerza ejercida sea reducida, cerrando así la puerta.

_ Eso estuvo a punto_ nos sentamos apoyándonos por la pared tratando de recuperar la respiración.

_ Si....es mejor volver, no quiero entrar ahí.

_ Yo menos, larguemosno de aquí.

No conseguimos nada, retomamos el camino hacia afuera recogiendo de paso algunas latas desparramados en el piso, dos botellas de agua, entre ellos algunos dulces lo colocamos en una bolsa y lo llevamos, antes de dejar el lugar en una esquina del supermercado había ropa limpia y nueva, al parecer nadie necesita de ropa cuando el mundo se va a la mierda, pasamos por rai y recogimos un par de prendas entre ellos también tomé ropa para Lia y su hermano, nos vendría bien cambiarnos de ropa.

Fuimos de vuelta a la cerrajeria, entramos y trancamos la puerta, está noche nuevamente tendríamos que dormir aquí.

_ ¿Que pasó?_ Lia se acercó a nosotros y tomo unas de las bolsas que tenía en manos y lo llevo al centro del local, colocandola sobre la mesa.

_ No pudimos entrar, el lugar estaba repleto de ellos_ habló Héctor.

_ Les traje ropa, si quieren pueden cambiarse, también hay comida_ les indicó, ella se acerca a mi y toma de mi mano, hasta ahora me di cuenta que tenía la mano cubierta de sangre.

_ Estas bien, estas herido_ tomaba mi mano y comenzaba a revisarla, con cada movimiento que realizaba mi corazón latía acelerado, ella me miro y quedé perdido en su mirada.

_ Estoy bien, sólo maté a algunos y es sólo su sangre_ no parecía convencida con mi respuesta, la tomé del rostro e hice que me mirará_ estoy bien...tranquila.

_ Está bien....

_ Está noche dormiremos nuevamente aquí, mañana si el tiempo nos favorece volveremos a casa.

_ Claro, nos preparare algo de comer_asenti, ella tomo las bolsas y comenzó a buscar en ella, algo que preparar.

Las cosas a veces no sucede como uno lo planea, hoy todos nuestros planes no nos ayudó en nada, tal vez mañana el día sea más favorable y podamos volver a casa.....

Muertos Vivientes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora