Tormenta de Enigmas

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En su situación anterior, pasando por un momento de pausada desesperación frenética, se sentía muy atormentada. Cuando despertó, le llegó la impresión de la lluvia, y no se le hizo tan raro finalmente confundirla con la peculiar humedad de su cuerpo, logrando así terminar de tranquilizar su mente. Mint pese a eso no evitaba sentirse mareada y extraña, y al intentar levantarse cayó por un debilitamiento raudo de sus piernas, pero la sorprendió enormemente encontrarse en los brazos de su padre, quien se veía bastante bien a pesar de aún estar herido. Su silueta perdía el refulgente brillo que le vio la primera vez, pero se hacía más real en cambio, demostrando que contrario a como habían pensado, él seguía ahí. La noche se aproximaba lentamente y la calma de la zona dejaba de sentirse sofocante como hacía momentos antes, había ya más tranquilidad en esta.

Keroge llevaba de la mano a sus tres hijos mientras deambulaban por el terreno desértico, donde no parecía que hubiera lugar para resguardarse de la lluvia. Al pensar tanto en ello, no se percataban todavía del todo de que había más cosas a las que seguían estando expuestos, incluyendo no solamente a las criaturas. Y por fin se dieron cuenta de esto cuando cayó un rayo en alguna parte del camino tras ellos, y el estridente chasquido los tomó por sorpresa; estaban entrando a una tormenta eléctrica. Cada vez caían más y más seguido unos de otros, aumentando mucho su preocupación por protegerse.

Iban pasando rápidamente junto a una ladera escarpada, que tenía una saliente estrecha cerca de la parte superior. Antes de seguir por ahí, un relámpago impactó sobre la saliente y se mantuvo fluctuando por un intenso período de tiempo hasta penetrar y derrumbar parte de la roca, que se deslizó formando una pequeña pendiente más abajo. Una vez se extinguió el rayo, Keroge y los niños, refugiados tras un corto muro, se asomaron de nuevo a observar la alta pared, y Louge les señaló una cavidad tras la enorme fisura creada. No teniendo más opciones a la mano, escalaron la ladera usando primero la pendiente y alcanzaron la abertura. Hallaron en la cavidad una cueva bastante amplia y fresca, con una excelente vista hacia afuera, y decidieron que sería un buen lugar para quedarse, aunque terminara de llover, hasta el día siguiente. Sin más, se acomodaron para dormir el tiempo necesario. Pasadas unas horas y entrada ya la noche, mientras Sym descansaba con su padre, Louge y Mint contemplaban desde el borde de la cueva la oscuridad solemne, bañados por algunas pequeñas gotas del rocío de la lluvia, y pensaban en qué sería lo que iban a hacer ahora que estaban perdidos y sin ningún recurso para usar. Ya no les quedaba nada más que su misma compañía, y el sueño desvaneciente de un lugar a salvo de la desolación.

Los dos hermanos, sin poder conciliar el sueño, resolvieron pasar el tiempo recorriendo el interior de la cueva, observando las irregularidades de las superficies, y esperando hallar alguna otra cosa. Entonces, Louge se topó con una intensa área oscura sobre una pared, a través de la cual descubrió un túnel que conduciría a alguna parte. Llamó a su hermana en seguida para que también lo viera.

Mint se sobrepuso a aquella horrorosa sensación húmeda que intentó emerger de nuevo mientras observaba las tinieblas, y también carente de respuesta, imaginó su primera impresión. Poniéndose ambos de acuerdo al fin se arriesgaron a entrar, aun sabiendo que desconocían todo desde ahí. No caminaron mucho por aquel pasadizo oscuro, cuando seguido a este se encontraron sin notarlo en un recinto abierto, un poco más iluminado, pero indescifrable, en el que parecía existir la ilusión de varios objetos dispuestos en el medio y junto a las paredes, intentando resaltar de entre la penumbra. Se adentraron en silencio, buscando, sin saber en específico qué buscar, aunque era evidente que ante la falta de luz no conseguirían nada fuera de lo que sus otros sentidos captaban. En el exterior un relámpago atravesó el cielo cercano, y de repente el destello se filtró al interior de la sala. Bajo una inmensa irradiación súbita, todo saltó en un instante a los ojos de los dos chicos: aparatos colosales alrededor, instrumentos espeluznantes sobre mesas de un duro acero grisáceo anómalo, y figuras y símbolos monstruosos por todos lados en las paredes.

NIRMITI: La Nueva TierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora